𝐏𝐚𝐫𝐯𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐦𝐢𝐧𝐠𝐛𝐢𝐫𝐝

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- Extrañaba pasar tiempo contigo, estos días han sido exasperantes en temas del pueblo, voy a terminar perdiendo la cabeza.- El rey Jeong, se encontraba en el comedor real, siendo bendecido con la compañía de su encantador esposo. 

- Extrañaba a mi esposo, creí que los niños me robarían tu atención, pero al parecer fue el pueblo quien lo hizo, ¿está todo bien? - El rey Lee se levantó de su silla y con su copa de vino en mano caminó hasta su amado, logrando posarse sobre su regazo, una vez más reviviendo aquellos momentos de recién casados. 

- Me siento el peor padre, no he podido compartir mucho tiempo con ellos tampoco, solo por las noches y suelen dormirse muy temprano, prometo que solucionaré los asuntos y volveré a ti, como antes. - Su mano, se elevó hasta entrar en contacto con la mejilla de su esposo, acariciando esta con suma delicadeza. 

- No me evadas mi pregunta, Jaehyun. Aunque tus caricias me derriten el alma, no me hacen perder la cordura, aún...-cerró sus ojos, disfrutando de la calidez de la mano de su amado. 

- Todo está bien, lo prometo y te prohíbo hablarme en ese tono de nuevo.- Tomó a su esposo por su mentón, sujetándolo con solo una pizca de fuerza, haciendo que su esposo abriese los ojos y sus miradas conectaran. 

- ¿Quién eres tú para prohibir mis acciones, eh? - La mirada desafiante del rey Lee había ocasionado que a Jaehyun le recorriera un escalofrío por todo el cuerpo. 

- Voy a tener que proceder a castigarle, señor Lee.- su pulgar, acarició el labio inferior de su esposo, el cual le tomó por sorpresa y atrapó du pulgar entre sus dientes, dándole una pequeña mordida, seguido de un beso suave en el mismo. 

Taeyong, dejó la copa de vino sobre la mesa y pasó sus manos por detrás de la cabeza de su esposo, enredando sus dedos en sus suaves y oscuros cabellos.

- Pues va a tener que darme una lección, Jaehyun. Aquí, sobre esta mesa, déjeme ser su postre... 

El calor en la habitación creció aún más justo en el momento que los labios de los reyes se unieron en un beso gobernado por la lujuria y el deseo que ambos sentían. Jaehyun estaba en desventaja ya que su esposo estaba sobre sus piernas, de forma que Taeyong se aprovechó de ello y comenzó a desabrochar la camisa del rey con mucha delicadeza y lentitud, sabía que su hombre no era alguien paciente. Sintió sus manos colocarse sobre sus piernas, rápidamente llevó las suyas hacia las de él y les dio un suave golpe en forma de regaño. 

- La paciencia es una virtud, mi rey. - Susurró sobre sus labios, mirando a su esposo directamente a sus ojos. 

Sus manos regresaron a su anterior trabajo hasta lograr desabrochar la camisa de su esposo, dejando a la vista su varonil pecho, sus besos crearon un camino desde la boca de su amado hasta su cuello, lugar que comenzó a besar y a morder delicadamente. Si algo le gustaba al rey Lee, era morder a su hombre, marcándolo como suyo. 

Sin más espera por parte de Jaehyun, tomó a su esposo por sus muslos y le colocó sobre la mesa. Frente a sus ojos, terminó de quitar su camisa para poder lanzarla sobre su silla, tomó con sus manos la fina tela de la camisa de su esposo la cual rasgo de un solo tirón, a la mierda la costosa tela, necesitaba apreciar la desnudez de su esposo lo antes posible o algo terminaría explotando dentro de sus pantalones. Necesitaba hacerle suyo, una y otra vez. 

...

- No pude evitar mirar el pequeño moretón en su hombro esta mañana mientras lavaba su cabello, Taeyong. ¿Se ha golpeado con algo? - Las palabras de nana habían hecho que el rey se ruborizara como nunca antes, de manera que al ella darse cuenta, pudo entender todo y solo sonrió coquetamente.- No he preguntado ni visto nada, mi ángel. 

En los brazos del rey, se encontraba su pequeño Jeno, ya que era su turno de tomar el biberón, las puertas de la habitación se abrieron y Jaehyun entró por ellas, con una sonrisa tan hermosa que hizo temblar a Taeyong. Se acercó a su nana y tomó de sus brazos a su pequeño hijo que se mantenía despierto, después, tomó asiento al lado de su esposo en el sofá.

- Nana, ¿has visto a Kun está mañana? Le busqué en su habitación, pero no estaba y me han informado que no le han visto. - El rey Jeong tenía una manera tan dulce de ser cuando estaba con su familia, que incluso derretía el corazón de su nana.

- Me comentó durante el desayuno que saldría con el ministro y los guardas, así que supongo que aún no regresan. - La anciana, miraba enternecida a la pareja con sus hijos en sus brazos, el rey Lee, alimentando y mirando al pequeño niño con todo el amor del universo y el rey Jeong, acariciando las manos de su príncipe Jaemin y dejando muchos besos sobre su cabeza.

- Debo confesarte que el hecho de que Kun esté aquí con nosotros me trae más tranquilidad, sé que el cuida de ti con su vida. - Tae miró a su esposo y le dedicó una de sus maravillosas sonrisas que lo volvían loco. 

- Realmente le pedí que me ayudará a cuidar de ustedes, especialmente de los niños, no quiero sorpresas de nuevo. - Todos en la sala, sabían a que se refería Jaehyun, sin embargo, no era tema a discusión. 

- ¿Cuándo presentarán a los niños? - Preguntó nana mientras se levantaba de su lugar y empezaba a acomodar las cunas de los pequeños, era claro que después de comer se dormirían y el pequeño Jaemin ya lo estaba en brazos de su padre.

- Recibimos respuesta de los dioses, ellos serán quienes conozcan a los niños primeramente, será en un par de días, los presentaremos al pueblo luego de eso, pero antes, quiero que todo esté asegurado, no quiero llevarme ningún desagrado, menos con la presencia de mis hijos. - Jaehyun, se levantó con mucha delicadeza y caminó hasta la cuna de su amado Jaemin para poder recostarlo sobre esta, dejando que descansara, luego, caminó a su esposo y tomó al pequeño Jeno, quien ya había acabado de comer, para poder dormirlo entre sus brazos. 

- Todo va a salir de maravilla. -Tae, se acercó un poco más a su esposo y reposó su cabeza en su hombro, admirando a su pequeño niño en los brazos de su padre.- Sus ojitos me encantan, será un niño muy apuesto, como tú.

- No te discuto eso, pero siendo honesto, siento celos por la belleza que tendrá Jaemin gracias a ti, voy a tener que dejarle en claro que no podrá tener pareja jamás. - Las risas inundaron la habitación, era muy conmovedor ver al rey tan celoso por su hijo.- Hablo de verdad, Jeno tampoco tendrá permitido eso. 

- ¿Serán tus hijos solterones para siempre? -Preguntó la anciana desde su lugar. 

- Es una buena idea, los príncipes del reino, deseados por muchos, sin poder ser de nadie. 

Sin duda alguna, la locura paternal había caído sobre el rey, Jeong. 

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora