𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚 𝐦𝐞𝐚 𝐢𝐧 𝐜𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚𝐭𝐞

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Desde esa noche, Doyoung se había convertido en una pieza importante para los reyes, la envidia por parte de los demás soldados se podía sentir, pero nadie hacia comentarios al respecto por respeto a las decisiones de los reyes. La búsqueda e investigación se mantenían en marcha; sin embargo, aún no habían pistas, según comentó Afrodita a su hijo, el día de la reunión con Hades este no se presentó y las puertas del inframundo se convirtieron en algo impenetrable, no entendían lo que sucedía, pero iban a hacer todo lo posible por sacar a la rata de ese lugar.

Las reuniones se realizaban a puertas cerradas en el estudio, con solo Jaehyun, Kun y Doyoung presentes, Kun había tomado la noticia de Doyoung con bastante alegría, incluso se atrevió a darle un corto abrazo, siempre había admirado a ese soldado, especialmente cuando conoció su trágica historia. Ahora eran los tres hombres inseparables.

Taeyong dedicaba su tiempo al aprendizaje de sus hijos, los jóvenes ya no solían salir mucho del palacio, Jeno quería aprender tanto como su hermano lo había hecho, quería ser como él, en el caso de Jaemin, estaba interesado en poder dominar más de cinco idiomas, de esa forma sería una pieza importante cuando fuesen a negociar o conquistar nuevas ciudades, la comunicación e integridad de los pueblos era su mayor preocupación por ahora.

Yuta, se encargó de ayudar a Taeyong con el estudio de los niños, además, había creado un vínculo tan fuerte con Jaemin que este cada mañana pasaba por su habitación para ir juntos al comedor, se podía decir que eran mejores amigos y los reyes estaban encantados con ello.

Nana siempre se mantenía al lado de Taeyong, incluso habían aprendido a comunicarse con solo la mirada, su lazo era tan fuerte que incluso Jaehyun se asustaba en ciertas ocasiones, pero continuaba siendo la mujer más amada del palacio, tanto por la familia como por el servicio.

...

- Hace tanto que no te reclamaba como mío.- Besó suavemente la piel de su cuello causando que se erizara.- Soñé con esta noche por tanto tiempo.

Sus manos acariciaron con descaro su cadera, por debajo de sus prendas, sintiendo la calidez de su piel.

- Prometo llevarte al paraíso más de una vez esta noche.- Sus manos tomaron los bordes de su camisa y la quitó de su cuerpo, lanzándola a algún sitio de la habitación.

Su anatomía era perfecta, no podía evitar mirarle de pies a cabeza aunque solo su parte superior estaba desnuda, pero eso duraría muy poco, ansiaba tenerle completamente desnudo para él. Aprisionó sus labios en un beso desesperado, lleno de lujuria y pasión, sus manos buscaron el broche de su pantalón para poder desabrocharlo y que estos cayeran hasta el suelo en cuestión de segundos, lo mejor de todo es que él también estaba completamente entregado a él, deseaba que lo proclamara como suyo esa noche. Sus caricias quemaban en su piel, el deseo de ambos seres era indescriptible, cruzaba todos los límites del universo, su pasión se desbordaba a tal punto que se podía sentir en cualquier parte del palacio.

En aquella oscura habitación, oculta entre los pasillos del palacio, los dos cuerpos estaban entregándose y reclamándose, el calor era insoportable, los vidrios se empañaban de manera desmedida, el deseo carnal estaba consumiéndolos de pies a cabeza.

Sus manos acabaron de desvestirle, rompiendo su ropa interior y lanzándola a algún lugar de esa habitación, lo tenía completamente desnudo, sus labios atacaron su cuello, besándole y mordiendo con descaro su delicada piel, deleitándose con el sabor de su sudor, jamás había probado algo tan exquisito.

Gimió su nombre suavemente lo cual causo que el ser perdiera su cordura, lo empujó contra la pared y elevó hasta que lograse colocar sus piernas en su cadera, sus manos tomaron a su hombre por sus glúteos para evitar que se cayera y a su vez aprovechó para acariciarlos descaradamente, causando que su victima jadeara sin control alguno.

Estaba ansioso por estar en su interior, lo haría suyo al fin...

Despertó de golpe, su respiración era agitada y el sudor invadía su frente, ¿Cómo había sido posible tener ese sueño impuro? Quizá la presencia del dios del deseo estaba comenzando a afectarle, pero ¿Era eso posible? Se sentía confundido y a la vez muy caliente por la situación. Pasó su mano por su frente intentando secar el sudor y se levantó con cuidado de la cama para dirigirse al baño, necesitaba lavar su rostro.

Mantuvo sus ojos cerrados frente al espejo del lavado, se había sentido tan real ese estúpido sueño, sus caricias, su deseo, incluso la desesperación, ahora se sentía avergonzado de lo sucedido, pero para su suerte nadie se había dado cuenta, agradecía de que aquel tuviese el sueño pesado o ya habría corrió a esconderse si lo hubiese atrapado.

Se miró al espejo, sus pupilas estaban completamente dilatadas, pudo notar el tenue sonrojo en la piel de sus mejillas, para su mala suerte, supo que nada estaba bien cuando sintió un dolor en su entrepierna, inmediatamente se desvistió y entró a la ducha, dejando que el agua fría calmara lo que sentía, el clima era frío, pero prefería enfermarse a ser descubierto.

Salió del baño luego de estar encerrado casi una hora, miró a la cama que tenía frente a él, sintió sus mejillas sonrojarse, intentó calmarse así que soltó un suspiro de resignación y se sentó sobre la cama tomando su rostro entre sus manos, las dudas invadieron su mente y era algo normal, especialmente con la clase de sueño que había tenido que vivir, pero...

¿Por qué había tenido ese sueño?

¿Por qué todo se sintió tan real?

¿Debía contarle a alguien? No, eso sería estúpido, quedaría como un enfermo ante todos.

¿Por qué precisamente con él? No podía negar que era un ser celestial, pero simplemente no era natural.

¿Por qué sentía deseo por su hermano? Es su hermano.

¿Qué le estaba haciendo Jaemin?


...

Los tres capítulos de esta noche fueron gracias a woo_love

Espero que les haya gustado.

Nos vemos mañana...

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora