𝐌𝐢𝐬𝐬𝐢𝐭 𝐦𝐞 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐮𝐬

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- ¿Qué estás diciendo?- La expresión en el rostro de Jaehyun demostraba incomodidad ante lo que el contrario había mencionado, trato de separar a Jaemin, pero este solo se aferró más al brazo de la deidad.– Jaemin, vete de aquí, déjame a solas con él.

- Yo te maté... Acabé con tu vida...- susurraba el menor manteniendo su vista sobre la túnica de la deidad, ni siquiera tenía la valentía de mirarle a los ojos

Doyoung solo le miró desde su punto y sintió un dolor en su pecho, el príncipe se veía tan arrepentido, sin dudarlo la deidad apartó la mano del menor de su túnica y dio algunos pasos hasta alejarse lo suficiente del chico, esperando a que este cumpliera las órdenes de su padre. No tardó demasiado tiempo para abandonar la habitación al igual que Jeno, dejando completamente a solas a dos poderosas deidades, una más que otra. 

- Necesito que hablemos de algo importante.- Habló Doyoung mirando nuevamente a Jaehyun 

- ¿Por qué debería escucharte?- Preguntó el rey manteniendo una mirada fría y sentándose en su lugar. 

- Es sobre Taeyong.

...

El ahora casado príncipe se alejó de Jeno, necesitaba estar solo para procesar lo que estaba sucediendo, incluso ignoró el llamado de su esposa y padre cuando se los encontró en el pasillo. Al llegar al salón real se encerró por completo, no recordaba que aquel lugar fuese tan oscuro en plena luz del día, pero se percató que todas las cortinas de los enormes ventanales se encontraban cerradas y la única luz provenía del domo de cristal que daba al centro del lugar. Pasó sus manos por su rostro, estaba sorprendido por lo que había sucedido hace unos segundos, pero a su vez una mezcla de emociones se encontraba en guerra en su cabeza, estaba seguro de que le había arrebatado la vida a aquella deidad responsable de la muerte de Kun, pobre Kun... había sido asesinado en vano. 

- ¿Recordando el pasado? Este lugar se ve mucho mejor que la última vez.

La voz ocasionó que un escalofrío recorriera su cuerpo por completo, al voltear y observar los tronos se encontró con Johnny, quien estaba cómodamente sentado sobre el trono de su padre.

- No te haré nada, trata de no orinarte en tus pantalones.- La deidad sonrió al menor y estiró su mano hacia él.- ¿El pensamiento te tortura? Déjame ayudarte. 

- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Creo que no eres muy listo, normal para un semi dios, te recuerdo que mi hermano está aquí, así que espero por él.

- ¿Te convertiste en su dama de compañía?

La deidad rio levemente y se levantó de su lugar para caminar hacia el menor.

- Ese es un término que no me describe en lo absoluto, en cambio, es la palabra perfecta para describir a tu esposa.- Los gestos burlistos en el rostro de Johnny solo causaban que el menor se llenara de ira.

- Respeta a mi dama, ella no está presente para defenderse de tus acusaciones e insultos sin sentido.- Habló el príncipe manteniendo su mirada fija en los ojos vacíos del dios. 

- Cuando oigas a un niño preguntar...¿por qué el sol viene y se va?- cantó la deidad caminando al rededor del menor, manteniendo su rostro muy cerca de él.- Dile porque en esta vida no hay luz sin oscuridad. 

La deidad movió sus manos con fuerza y la poca luz de la habitación desapareció, lo cual era prácticamente imposible porque aún era de día, el menor se quedó perplejo en su punto tratando de divisar algo en medio de la oscuridad, sintió como unas manos frías se colocaban sobre sus ojos y le hacían cerrar los mismos, sin embargo, pudo verse de pie en una casa en medio del bosque. El tiempo parecía enlentecido, incluso el aire era palpable, sus movimientos eran tan suaves que sentía estar en un sueño, el campo verde y lleno de flores frente a él le causaban mucha paz, miró a su lado y se encontró con la deidad a su lado, Johnny miraba al frente y mantenía una expresión tranquila, con su mano señalo hacia un punto para que el menor mirara y se encontró con algo completamente desagradable, la mujer a la que llamaba esposa estaba en medio de muchos hombres, completamente desnuda y disfrutando de las caricias morbosas de los tipos, Jaemin quiso apartar su vista pero algo no le permitía moverse ni cerrar sus ojos, tuvo que presenciar aquel acto inmoral por completo, el final fue la gota que derramó el vaso y le hizo vomitar, pero esta vez sí pudo moverse, al acabar miró a la deidad que mantenía su vista fija sobre él.

- Fueron engañados, la doncella que te presentaron jamás perteneció a una buena familia, lo hicieron solo para poder ganar un  poco más de poder, pero lo malo no es sus actividades sexuales, agudiza tu vista y mira una vez más.- 

El menor obedeció y fue la peor escena, aquellos seres no eran hombres, eran seres procedentes del inframundo, íncubos, aquellos disfrutaban el acto despreciable con la chica. Jaemin apartó la mirada de la escena y su gesto de desagrado hizo reír a la deidad. 

- Fuiste engañado de la manera más estúpida, lo que me sorprende es que logró hasta engañar a tus padres, es ahí donde me queda claro que ellos eran los más desesperados con tu matrimonio.- La deidad acarició con delicadeza el cabello del menor.- Tuviste frente a ti al ser que realmente es tu destino y por tu ego le dejaste ir, no creas que podrás irle a buscar después de esto, Jeno no está dispuesto a volver a ti y me lo ha dejado muy claro.- Johnny comenzó a caminar siendo acompañado por el príncipe, tratando de alejarse de aquella escena.- Tu hermano llegó a mí, arrepentido por lo ocurrido aquel día en el palacio, logró ver algo que ustedes nunca determinaron y que hasta el día de hoy no han logrado descifrar, es por eso que para los humanos es tan sencillo engañarlos.  

Las palabras de la deidad eran como golpes de realidad para el príncipe, parpadeó un par de veces ya que la imagen frente a él comenzó a cambiar frecuentemente, pasando de ser un bosque feliz a uno lleno de oscuridad y sangre, miles de cuerpos por todo el lugar, su respiración comenzó a entrecortarse y al tratar de huir la deidad le tomó con fuerza por los hombros. 

- Bienvenido al infierno...- Susurró en su oído antes de mostrarle las escenas más crueles cometidas en aquel palacio incluso antes de su nacimiento. 

Sus padres siendo asesinados frente a él, escuchando su llanto de niño, observando como el gran dios les cortaba la garganta sin asco alguno y descuartizaba a los que le habían engendrado, una criatura enorme y de aspecto completamente extraño apareció por la puerta principal de lo que alguna vez fue su casa y comenzó a devorar a aquellos humanos, a su familia. El niño Jaemin gritaba en su cuna, con solo unos días de nacido había presenciado el acto más inmoral, un ser con túnica oscura entró para callar al niño, pero al verle solo se quedó ahí, observándole, minutos después salió de aquel lugar y a su acompañante le ordenó no acabar con la vida del menor, el ser se quitó la túnica de su cabeza y pudo observar su cara... la cara del responsable de su desgracia. 

Conoce tu maldita realidad. 

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora