𝐓𝐞𝐧𝐞𝐛𝐫𝐢𝐬 𝐥𝐞𝐩𝐨𝐫𝐞𝐦

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- Todas las tropas ya tienen su posición asignada, el ataque será de manera silenciosa y por completa sorpresa. - En la mesa, se encontraba el mapa de la isla, los puntos estratégicos ya habían sido determinados por el capitán de la guardia real, Qián Kūn. Un hombre admirable, determinado y valiente que no dudaba en realizar las operaciones cuando se trataban de dar bienestar al pueblo, especialmente daba todo por el cuidado de la familia real. 

- Kim Doyoung, usted se quedará dentro de los jardines del palacio, no participara de la actividad, luego hablaré con usted.- ¿Había sido retirado de esto? Los nervios invadieron hasta mis huesos, no quería ser descubierto. 

Me retiré de la sala cuando se me pidió hacerlo y esperé pacientemente por el capitán en la puerta del palacio, no había sabido nada en años del inframundo, desde el día que me marché decidí esconderme y que mejor manera que estar en el palacio, para mi desgracia al servicio de alguien, pero lejos de Hades. Mi mayor preocupación era Johnny y mi madre, si aún ese mocoso inmaduro no se había vuelto loco posiblemente mi padre aún conservaba su cabeza, pero de lo que si estaba seguro era del bienestar de mi madre.

- Soldado, justo iba a enviar a alguno de mis hombres para que lo buscara. - El capitán apareció por el lado derecho del jardín. Nuestra base se encontraba en una parte alejada del palacio en el jardín, desde el día que fui rescatado nunca volví a entrar al palacio, incluso la guardia se intensificó.

- Capitán, ¿Puedo conocer la razón por la que fui retirado de la misión?- Mi postura era firme y de respeto, ¿En qué me había convertido? Soy un dios viviendo entre humanos y actuando como ellos, cuanto asco me doy.

- Le necesito para una misión especial. Se tomó la decisión de que las puertas se abrirán de nuevo, los príncipes serán presentados ante el pueblo.- ¿Los príncipes? Al fin verían nuevos rostros y también sería mi oportunidad de conocerlos.- Te necito para resguardar gusto esta zona, mis hombres se colocarán a los costados del camino por donde pasaran los reyes, estarás justo al final de las escaleras, de suceder algo serás el encargado de que la familia real entre al palacio sin un solo rasguño. 

Volvería a ver al rey Jeong, además conocería a su esposo, el rey del que todos en la guardia hablaban ya que los nuevos no le conocíamos y los más antiguos decían que su belleza era inigualable. 

- Prometo que haré mi mejor trabajo, capitán. Estaré atento de cualquier movimiento. 

- Ve a descansar, necesito que estés lleno de energía mañana.- El hombre se adentró al palacio y sin decir más las puertas se cerraron. Caminé por los jardines hasta nuestro campamento, únicamente estaban los que habían acabado su turno de vigilancia y aquellos que participarían como escoltas de los reyes. 

El despertador sonó antes de las cinco de la mañana, todos nos levantamos sin queja alguna y salimos a realizar nuestras tareas respectivas antes de prepararnos para la escolta. Era una mañana tediosa, por suerte no me había tenido que quedar debajo de la estúpida ventana como siempre hacía, ¿Qué era lo que tanto cuidaban? Solo eran un par de mocosos consentidos y caprichosos, ¿Qué tan valiosos eran? 

Justo a la hora acordada, la escolta se encontraba a los costados del camino, nos veíamos tan absurdos, teniendo que mantener la vista al frente y estar derechos, continúo preguntándome a mi mismo ¿Cómo fue que pude caer tan bajo? Estaría en el inframundo molestando a mi padre, pero mi madre me pidió escapar o algo fatal ocurriría, no podía contradecir la palabra de la mujer que me dio la vida. 

Gritos y aplausos se escucharon, era claro que los reyes estaban saliendo, mantuve mi mirada al frente como debía ser, pero no esperaba que eso sucediera...

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mis piernas temblaron, mis manos empezaron a sudar, sentía como mi corazón latía con fuerza, incluso podía jurar que hasta los reyes lo escucharían. ¿Ese es el rey Lee? Su belleza me dejo pasmado, ¿Cómo un ser así era real? El deseo de robarle y llevarlo conmigo a otro lugar apareció de repente, mantener la compostura estaba siendo un completo reto para mi. Sus labios me llamaban, deseaba devorar esa boca hasta que el aliento se acabara, anhelaba poseer ese cuerpo, que fuese de mi propiedad. 

Parpadeé saliendo de mi imaginación debido a la mirada intensa que estaba recibiendo por el hombre más leal luego del capitán, el ministro, me había atrapado mirando con descaro al rey, necesitaría sobornarle para no caer en manos de la muerte, eso les haría saber que no soy humano. 

...

Su olor quedó grabado en mi, era dulce, algo que no puedo describir pero que deseaba volver a sentir, ¿Cómo podía sentir tanta envidia del rey Jeong? Había aceptado dejarme como parte del ejercito y ahora quería robarle a su esposo. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando una mano se colocó en mi hombro, inmediatamente miré al responsable y me encontré con el ministro.

- Buenas noches, señor.- y luego la típica reverencia estúpida. 

- ¿Qué tal la noche, soldado? ¿Algún movimiento sospechoso? - Su tono de voz era pasivo, posiblemente estaba planeando algo. 

- En absoluto, señor. Las noches han estado muy tranquilas, lo único molesto son los insectos.- Mantén la postura y no hagas nada sospechoso. 

- Le vi un poco perdido en la presentación de los príncipes, ¿Algún problema o solo admiró la belleza del rey? - Mierda. 

- Pido me perdone, señor. Mi mente se llenó de pensamiento sobre lo sucedido hace unos años, suele distraerme constantemente. - Excelente excusa, imbécil. 

- Por un momento pensé que el rey lo había dejado anonadado con su belleza y buen porte.- ¿Iba a continuar insistiendo? 

- No tuve oportunidad de mirar su rostro, además de que no tenemos permiso para ello de no ser estrictamente necesario. 

- Eres un buen soldado. Intenta no distraerte demasiado o serás remplazado en menos de lo que canta un gallo.- El hombre se marchó, mi mirada no se apartó de él hasta que desapareció.

Estás acabado, ministro. 

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora