𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌

𝐑𝐞𝐥𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨.

La luz de la luna iluminaba a los dos cuerpos desnudos sobre la cama, cubiertos únicamente por una fina sábana color blanco, el mayor de los dos mantenía al otro entre sus brazos, dejando que este se acurrucara en su pecho mientras ambos observaban la luna por la ventana, el silencio inundó el lugar hasta que uno de ellos decidió hablar.

- Hablé con Jaehyun esta tarde.- El cuerpo de Doyoung se tensó al escuchar esas palabras salir de la boca de su rey, no era algo bonito que hablara de él luego de que lo había hecho suyo una vez más.- Me confesó que tuvo algo con Yuta.- Bueno, reiteraba lo dicho, ahora se había vuelto interesante la platica.

- Diría que me sorprende pero realmente no lo hace, creo que era algo de esperarse después de la reacción que tuvo.- Murmuró el dios de la muerte mientras acariciaba la espalda desnuda de su ángel.

- Perdí tantos años de mi vida a su lado.- Doyoung frunció su ceño debido a la confusión que le causaron sus palabras, con cuidado apartó al rey de sus brazos y se sentó sobre la cama, obligándole a él hacerlo también, sin embargo este mantuvo su cabeza agachada.- ¿Crees que realmente estoy destinado para alguien?

Oh mi rey, si supieras lo que este miserable dios mentiroso y asesino siente por ti, nunca dudarías de ello.

- ¿Por qué estás diciendo esas cosas? Claramente qué estás destinado para alguien, ¿Acaso Jaehyun te hace dudar de su amor?- preguntó el soldado mientras tomaba las manos de su deidad con delicadeza entre las suyas.

- Le pregunté si me amaba y me respondió que no sabe si me amó o solo aceptó lo que le impuso el Olimpo.- Taeyong levantó su cabeza dejando a la vista del soldado sus ojos brillantes y llenos de agua que estaba deseando salir. Sin dudarlo tiró de su mano para acercarlo a él y abrazarle con fuerza entre sus brazos.

- Quizá el universo se equivocó o los dioses quisieron imponer una idea a toda costa y ustedes no debían estar juntos.- Sus palabras robaron un suspiro en el hombre entre sus brazos.- Pero yo si estoy seguro de algo y es que mientras estés conmigo nunca vas a tener que dudar si te veo como solo una aventura o algo más.- El soldado alejo al rey de su cuerpo y tomó su rostro entre sus manos, mirándolo directamente a los ojos.- No tengo derecho a amar, no soy un ser que merezca la felicidad, nací con una maldición y mi castigo sería jamás amar...- Una lágrima rodó por la mejilla de su deidad y él le dedicó una sonrisa.- Pero no sé si el universo me quiso dar otra oportunidad y me hizo encontrarme contigo, mi vida antes de conocerte era completamente aburrida Tae, solía ser un simple soldado guardián de una ventana que ni sabía a quién pertenecía, pero tú apareciste y comencé a ver los colores, aunque eres alguien casado mi corazón me hacia ir a ti, te deseaba y no solo en términos sexuales, mi alma rogaba por tu atención, por tu amor, no seré un rey o alguien de importancia, pero lo único que puedo jurarte es que mi amor por ti vale más que cualquier tesoro que exista en este maldito planeta y no estoy dispuesto a perderte, tampoco a dejar que intenten pisotearte, sea quien sea el que lo intente pagará con sangre.

¿Saben lo que es llorar por invasión de emociones buenas? Pues al rey Lee se le habían olvidado todos los malos momentos que su esposo le había hecho pasar y ahora se encontraba en brazos de su amante, besando sus labios con delicadeza, abrazándole y deseando que no se alejara nunca de él.

- No quiero estar en ningún otro lugar que no sean tus brazos, Doyoung, eres mi único lugar seguro en el mundo.- murmuró sobre sus labios antes de volver a besarlo, un beso lleno de amor, pureza y deseo.
...
Los gritos desesperados de nana despertaron a ambos de su siesta, Doyoung se levantó inmediatamente de la cama y buscó su ropa para poder colocársela, aunque Taeyong lo tomó por su brazo deteniéndolo.

- Nadie me verá, pero necesito saber si ella está bien, por favor vístete y sal cuando creas que sea prudente.- El soldado dejó un beso en la frente de su amado y se dirigió a la puerta de la habitación.
Observó que no hubiese nadie en el pasillo y salió de ahí, corrió hasta donde había escuchado el grito, al llegar a la biblioteca real entró sin avisar y observó a la mujer llorando mientras era apresada por guardias del lugar, Kun se encontraba en el suelo con su labio roto y frente a él estaba el rey Jeong, con una mirada llena de locura, cuando el soldado vio como el rey iba a dar una patada a su mejor amigo corrió hasta él y se arrodilló, causando que el golpe le diese directamente en sus costillas, pero protegió al capitán de ello, ese golpe había robado el aire de su cuerpo lo cual causó que colocara sus manos en el piso, buscando como respirar mejor. Sintió unas manos sobre sus hombros y aunque escuchaba muy poco sabía que era el rey Jeong preocupado y a la vez regañándole por haberse entrometido. Cuando escuchó la voz de su amado, su vitalidad volvió, se apoyó en la mesa de madera para levantarse y ayudó también al capitán a hacerlo, ignoró su pregunta sobre si estaba bien y lo colocó detrás de él, quedando cara a cara con el rey Jeong.

- ¿Qué estás haciendo, Doyoung?- preguntó Jaehyun al ver cómo protegía a Kun.

- Si quieren golpearse como adolescentes hormonales háganlo, pero no tiene por qué ser frente a la anciana, ¡Por qué son tan insensibles! ¿Acaso no se dan cuenta de lo angustiada que está? Y ustedes.- miró a los soldados que tomaban por el brazo a la mujer.- si no la sueltan inmediatamente lo único que me dolerá será manchar tan hermosos pisos con la asquerosa sangre que saldrá de sus cuellos.
Los soldados sorprendidos por la reacción de Doyoung la liberaron y esta corrió hacia su hijo para abrazarlo con fuerza, buscando como limpiar sus heridas con su pijama, Taeyong se colocó a un costado de la mesa mirando a Jaehyun con asco.

- Y antes que usted me cuestione que quien me creo para darle órdenes a sus soldados le diré que prefiero mil veces ser castigado por sus manos a que esta pobre mujer siga sufriendo por la inmadurez de ambos. ¿Saben lo que yo daría porque mi madre viviera? No sean tan imbéciles y cuiden a la única mujer que siempre los ha cuidado.- Jamás habían presenciado tal actitud en el soldado, este sin decir más se acercó a la anciana y su hijo para llevarlos a ambos a la habitación de nana, ya que está no quería separarse de su pequeño y así podría ayudar al capitán como él lo había hecho días atrás.

- ¿Acaso esto es una maldita broma?- Preguntó Taeyong cruzando sus brazos sobre su pecho.- ¿Un soldado te ha regañado por tu actitud de mierda? La verdad me alegra, al fin alguien te dijo las cosas en la cara.

Ambos reyes habían quedado solos en la biblioteca, a Jaehyun le ardía la sangre de furia y Taeyong no lo estaba ayudando.

- ¿Por qué mejor no te largas a dormir? Si es eso lo que estabas haciendo.- Taeyong se carcajeó por la actitud infantil de Jaehyun y solo le dio la espalda.

- No tengo por qué pagar por tus enojos sin sentido, no más.- Comenzó a caminar hacia las puertas hasta que las palabras de quien era su esposo lo detuvieron.

- Todo está acabado por tu culpa.- El rey Lee se dió vuelta y miró desde su punto a Jaehyun quien le mantenía la mirada intentando intimidarlo, lo cual le causaba gracia al rey.

- ¿Por mi culpa? Veamos, el primero en ser un asqueroso infiel fuiste tú, así que en este punto no tienes derecho a reclamarme nada y esa estupida investigación qué haces para encontrar quien puede ser mi supuesto "amante" solo va a conseguir que te quedes completamente solo.

- Por favor Taeyong, deseabas que cometiera el mínimo error para correr a brazos de tu amante, ¿Por qué mejor no me dices quién es y haces que me ahorre toda esta mierda?

- Piensa lo que quieras, Jaehyun, como te dije no tengo tiempo para tus juegos infantiles.- Nuevamente se dió vuelta y al abrir las puertas las palabras de Jaehyun lo golpearon.

- Quizá lo mejor sería que murieras, de esa forma dejarías de atormentarme la vida.- Se quedó estático en su lugar, mirando al suelo e intentando procesar las palabras que Jaehyun le había dicho, sabía que su punto débil era ese, pues le temía a la muerte.

Pero, mientras dentro de la biblioteca se encontraba el rey Jeong sonriendo por creer que había ganado la pelea, en el pasillo se encontraba Doyoung, el cual había oído cada una de sus crueles palabras que dirigió a su deidad y ahora iba a encargarse de desatar el infierno.