𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌

𝐁𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭𝐮𝐬 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐨𝐫𝐮𝐦

Las decoraciones del palacio habían sido escogidas por la diosa Deméter, la presentación de sus ahijados era un momento divino y digno de celebración, aunque los celos habían caído en el Olimpo cuando la noticia de que ella era la protectora de los gemelos, las cosas habían mejorado con el paso de los días y los renegados dioses aceptaron que ninguna protección era tan poderosa como la de Deméter. La servidumbre corría de un lado a otro, intentando que el salón de fiestas quedase listo para la reunión divina, la comida estaba siendo preparada por los mejores chef's del palacio, sin duda alguna, todo tenía que ser perfecto, ya que era la primer fiesta que tendrían los niños. 

En la habitación de los pequeños, se encontraban los reyes eligiendo la ropa que debían de colocarles, miles de ejemplares fueron descartados ya que al rey Jeong le parecían sin gracia. Nana les mostró, dos conjuntos blancos, adornados con piedras preciosas y encajes de gran valor, sin pensarlo, los reyes aceptaron dicho conjunto para sus pequeños y cada uno se encargó de vestir a un bebé. Nadie en el palacio podía tocar a esos pequeños, solo Nana era la que tenía permiso de poder tocarles, además del joven Kun, de ahí en fuera, nadie de la servidumbre podía poner un solo dedo encima en la piel de los gemelos, de hacerlo, sabrían lo que sería vivir sin una mano. 

Las vestimentas de los reyes, habían sido confeccionadas por los mejores costureros del pueblo, para el rey Jeong, un hermoso traje de seda negro con detalles de plata y piedras preciosas en su saco, al contrario del rey Lee, a este le fabricaron un delicado traje rojo con decoraciones de piedras negras y brillantes, un deleite ante la vista de todos, Jaehyun sabía que su esposo iba a robarse todas las miradas, así que posiblemente iba a tener que ser bastante amenazante. 

...

Los dioses arribaron en el palacio justo después de las 18:00 horas, fueron bien recibidos y se les otorgó a cada uno un pequeño obsequio, una sonaja de plata. 

La copa fue golpeada de manera delicada con una cuchara, llamando la atención de los presentes, los reyes se encontraban en el pequeño escenario con los gemelos en sus brazos, se sentía la emoción y el desespero de los seres divinos por conocer a los nuevos integrantes de la familia real, especialmente por parte de Afrodita, ella quería conocer a los herederos de su amado hijo. 

- Agradecemos su asistencia y obsequios que han traído para nuestros pequeños príncipes, es un día muy importante ya que de manera oficial, serán ustedes los primeros que conozcan a nuestros herederos; sin embargo, hemos decidido que mi madre, sea quien tenga el honor de verles primero, luego de ello, agradeceremos que uno a uno pueda acercarse y bendecir a nuestros niños. - El rey Lee se robaba los suspiros de cualquier ser, incluso de los dioses y es que en ese traje se veía majestuoso, un ser completamente perfecto. 

Ambos reyes caminaron hacia las cunas que habían preparado para posar a los pequeños y que los dioses pudiesen acercarse a verles. Como se solicitó, Afrodita fue la primera que pasó a conocer a los niños, primero abrazó a su hijo y saludo al esposo de su pequeño, la tensión pudo sentirse cuando se encontraron, pero se esfumó en el momento que sus ojos se encontraron con los dos pequeños; solo queda decir, que luego de aquella noche, esos niños no iban a ser tocados ni con una pluma y todo aquel que se atreviera a acercarse con mala fe a ellos, conocería lo que es ser descuartizado. 

Se bebió, celebró y bendijo aquel palacio. ¡Vida eterna a los nuevos herederos de la corona!

... 

El reloj marcaba pasada la media noche, Jaehyun dormía profundamente en su habitación con los dos pequeños a su lado, los tres parecían estar en un profundo y maravilloso sueño; por parte de Taeyong, no podía conciliar el sueño debido al cansancio que sentía. Decidió salir de su habitación y bajar hasta la cocina en busca de algo para beber, se sorprendió que al salir de su habitación no había rastro de ni un solo guardia real. Caminó por los pasillos del palacio y todo estaba desolado, incluso un frío insoportable le acompañaba en el camino. 

Al llegar a la cocina, se dio cuenta de que de igual manera no había rastro de nadie, lo extraño era que tenían servicio las 24 horas y no se había encontrado con nadie. Una sombra pasó a gran velocidad por detrás del rey haciendo que este se sobresaltara y golpeara con la mesa de los empleados, busco por toda la habitación algún rastro de alguien, pero no vio a nadie. 

- ¿Quién está ahí? - Preguntó cuando la valentía entró en él y en cuestión de segundos una mano lo tomó por su cintura y otra le cubrió su boca, intentó liberarse del agarre, el miedo le invadió hasta los huesos. 

Una risa familiar inundó la habitación y fue liberado por la persona, su esposo estaba ahí, riendo por el susto que le había dado, sintió como una ola de coraje le invadía pero antes de atacarle recordó algo muy importante...

- Jaehyun, ¿Dónde está el servicio, los guardias? - Cierto tono temeroso podía notarse en la voz del rey.

- Están en los pasillos y las puertas, amor. - El rey Jeong respondió entre risas. 

- Jae, no hay nadie. - Jaehyun, volteó sus ojos en forma de burla y al observar fuera de la cocina se dio cuenta que su esposo no mentía, no había ni un alma. Miró nuevamente a Taeyong y pudo ser testigo de como este palideció. 

- Los niños...- murmuró con la poca fuerza que le quedaba y salió de la cocina empujando a su esposo, corriendo como nunca antes, sus hijos estaban solos en una habitación sin guardias cuidando de ellos, abrió las puertas del lugar y encendió las luces. 

Sintió su cuerpo desfallecer, sus rodillas impactaron contra el suelo y un grito desgarró su garganta por completo. El rey Jeong entró después de él y observó la escena que había matado el alma de su esposo; sobre la cama, dos niños sin vida, ahogados con su propia sangre y acompañados de una tarjeta de felicitación. 

Se levantó de golpe de la cama, corrió a cada una de las lamparas para encenderlas y de nuevo volvió a la cama para revisar el cuerpo de sus hijos. 

- ¿Qué estás haciendo? - Murmuró Jaehyun abriendo sus ojos de manera somnolienta, pero al observar como su esposo lloraba el sueño lo abandonó por completo y se sentó sobre la cama para poder tomarlo de su mano y atraerlo a él, acurrucándole en su pecho, lugar donde el rey empezó a llorar.- Fue una pesadilla, mi ángel. 

- Los mataron, Jaehyun, vi sus cadáveres. - Una corriente de aire helado recorrió la espalda del rey Jeong, pero debía mantener su postura y tranquilizar a su esposo. 

- Obsérvalos, mi ángel, están bien, durmiendo como siempre. - Murmuró mientras acariciaba la espalda de su esposo. Las puertas de la habitación se abrieron abruptamente y entró nana acompañada de Kun. 

- Nana, tuvo un mal presentimiento, fue a despertarme y cuando veníamos vimos las luces encendidas. Perdónanos por entrar así. - Kun se estaba disculpando por preocuparse, así que el rey solo asintió con su cabeza y nana corrió a la cama para poder tomar con cuidado el rostro de Taeyong en sus manos, hablo entre susurros con él y le convenció de llevarle al baño para poder limpiar su rostro. 

- Kun, necesito que mañana mismo coloquen protección en las ventanas, tus hombres más fieles los quiero para que vigilen la puerta de esta habitación, Tae tuvo la peor pesadilla de su vida, así que estará paranoico por unos días. - El rey, cubrió de mejor manera a los pequeños con las cobijas sobre la cama. 

- Inmediatamente coordinaré todo, voy a hacer de tu guardia real la mejor que exista, nadie entra y nadie sale sin tu autorización. Además, es claro que tuvo un sueño horrible, su rostro lo decía todo.- Ambos miraban a los niños dormidos sobre la cama. 

La puerta del baño se abrió y su esposo venía acompañado de nana, se veía un mejor semblante en su rostro, nana le ayudó a recostarse en su lado y acercó a los pequeños al rey Lee, para que pudiese protegerlos y así estar tranquilo, sonrió levemente desde la cama a Kun en forma de agradecimiento. 

- Quedase tranquilo, rey Lee, yo voy a ser quien tome el mando de la guardia real, a primera hora de la mañana las ventanas del palacio serán aseguradas así como se ajustará de mejor manera la formación, descansé que nada malo va a suceder. - El rey Lee, nuevamente agradeció al mejor amigo de su esposo con un movimiento de cabeza y cerró sus ojos, dejando que el sueño se apoderara de él.

Había tenido el peor susto de su vida.