𝐅𝐫𝐚𝐭𝐫𝐮𝐦

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- Ha llegado alguien nuevo al pueblo, compró la casa del viejo Loudvik.- El rey Lee dejó de lado el libro y prestó atención a lo que decía el joven soldado que entraba a la sala real.- Según comentan pagó lo que pedían en efectivo, pero no iba solo, llevaba con él dos niños, uno de al menos seis o siete años y una pequeña niña de aproximadamente unos 11 meses. No hay más información, no saben su nombre o apariencia, ya que nadie le vio y el trato lo hizo con su capucha puesta, al igual los niños estaban cubiertos.

- Vaya, ¿Será algún nuevo comerciante en el pueblo?- Preguntó Taeyong al soldado.

- No lo sabemos aún, creo que deberemos esperar para saber si se pronuncia en el pueblo.- el soldado tomó asiento frente a los reyes y extendió a ellos un pequeño pergamino.- Traje noticias sobre la muerte de...- aclaró su garganta.- La diosa Perséfone.

- Maravillosa noticia, soldado, te felicito. ¿Cenarás con nosotros esta noche?- preguntó Jaehyun tomando el documento en sus manos y mirando al soldado.

- Jeno no deja de preguntar por ti desde la ultima cena, dice que le entretienen tus historias de aventuras.- Habló Taeyong dedicándole una sonrisa a la mano derecha de la corona.

- Será un honor acompañarles en la cena de esta noche, ¿El capitán estará presente?- Preguntó agradeciendo al servicio que le servía una taza de té.

- Sí, solo fue a acompañar a Jaemin a comprar algunos libros a la biblioteca del pueblo cercano, donde venden sus favoritos según me comentó.- Habló Jaehyun abriendo el pergamino y leyendo su contenido en su mente.

- Es un gran lector, ya devoró todos los libros de su biblioteca, Jeno es más de aventura, así que centra su atención en otras actividades como ya lo sabes.- Lee Taeyong hacía que el corazón de aquel soldado latiera con velocidad cada vez que le hablaba y sonreía.

- Debo de confesar mi admiración por la forma que han educado a sus hijos, mis reyes. Tienen dos futuros herederos de la corona impecables y poderosos, sin duda alguna liderarán el pueblo tan bien como lo hacen ustedes, quizá incluso mejor que el rey Jeong.- el rey le miró de reojo y los tres rieron ante el comentario del joven.

- Para mi desgracia no puedo negar que lo que dices es completamente real, ese par va a dejar como burla mi reinado.- Jaehyun terminó de leer el pergamino y lo colocó en la mesa.- ¿Quién más vio el momento?

- La persona que vio la terrible masacre corrió detrás del responsable pero lo perdió en el bosque oscuro, menciona que fue como si se hubiese esfumado, como un fantasma. No sabe quién era, estaba completamente tapado con un manto negro, usaba botas negras, pero no se identificaba si era mujer u hombre. Así que volvemos a estar sin saber dónde buscar.- El soldado tomó su té al terminar de hablar.

- No digas eso, fue un gran avance de tu parte, al menos sabemos dónde buscar.- Habló el rey Lee mirándolo a él.

- El problema es que el bosque oscuro es muy peligroso, ahí habitan criaturas desconocidas y poderosas.- al terminar de hablar mordió su mejilla interna con fuerza, era un idiota.

- ¿Has estado ahí, Doyoung? Ningún pueblerino tiene permitido estar en ese lugar.- Jaehyun miró confuso al soldado frente a él.

- Sí, cuando huí del accidente de mi pueblo, corrí tanto que sin desearlo entré al bosque y lo descubrí cuando fui atacado por un ser horrible y enorme, encontré la salida días después gracias a la Luna que guió mis pasos, pero tuve que esconderme de muchos seres que querían cazarme en ese lugar. Podría decir que lo que tuve fue suerte, pero no se si volvería a tenerla.

- Lamentó de nuevo lo que sucedió ese día, pero tienes razón, ningún humano sobreviviría a ese lugar, me alegra el hecho de que tienes un increíble sentido de supervivencia, no vas a regresar a ese lugar, las tropas del Olimpo lo harán, no pienso poner en riesgo a mis hombres.- Jaehyun se levantó de su asiento y se colocó detrás de su esposo.

- Gracias por confiarnos la información, soldado. Le veremos en la cena.- Habló el rey Jeong tomando de la mano a su esposo.
- Oh y Doyoung...- cada que Taeyong decía su nombre le daban ganas de comerle la boca.- por favor investiga quién es el nuevo habitante, es importante conocer a todos.

Ambos reyes se retiraron del lugar dejando al soldado con los documentos que debía leer para aprender más del reino. Sentía sus nervios de punta, no sabía si había metido la pata y ahora sospechaban de él, pero de lo que estaba seguro era que ese hombre le hacía perder la cordura.

...

A primera hora de la mañana las tropas de control salieron como siempre al pueblo, solo que esta vez serían acompañados por el soldado Doyoung; para su suerte, la cena de la noche anterior había estado tranquila y entretenida, no hubo rastro de sospecha acerca de su identidad real, así que se fue a dormir tranquilo.

Cada tropa se posicionó en su lugar específico del pueblo y comenzaron a realizar su trabajo, Doyoung caminaba por cada puesto para confirmar que se estuviese haciendo su trabajo, se estaban tomando nota de los pedidos que los pueblerinos hacían a la corona para satisfacer sus necesidades, sus reyes eran muy buenos, porque la gente del pueblo pedía cosas innecesarias, eran similares a los parásitos. Un pequeño niño llamó su atención, caminaba con un pequeño carrito donde llevaba su canasta, una muy fina, se dirigió hacia el comerciante más famoso del pueblo y este empezó a llenar su canasto de todos los alimentos y lácteos que habían en su puesto, el niño le entregó una pequeña bolsa de la cual el hombre sacó dos monedas de oro y entregó de nuevo la bolsa al niño, le ayudó a colocar todas sus compras en su carrito y se despidió del pequeño con su mano. Cuando el niño comenzó su camino, Doyoung le siguió el paso de cerca, saliendo de la parte central le detuvo.

- ¿Está lejos de casa, pequeño?- preguntó a las espaldas del niño, este detuvo su paso.

- Buenos días, señor.- Saludó el niño mirando a Doyoung.- Vivo a unos 10 minutos de aquí, no es demasiado, pero agradezco su preocupación.- su sonrisa enterneció al soldado.

- ¿Quiere que le acompañe, podría ser peligroso? Además, ese carrito se ve pesado.- se acercó un poco más al pequeño, pero no demasiado, no quería asustarle.

- No será necesario, mi amigo esta por aquí.- Colocó sus pequeños deditos en su boca y silbó, la forma en que lo hizo dejó sin palabras a Doyoung. De los arbustos salió un caballo impresionante y negro, los cuales no eran comunes en el reino, el caballo le miró directamente a sus ojos.

- Ven aquí.- con cuidado tomó al niño en sus brazos y le sentó sobre el caballo.- Te ayudaré a llegar a casa, debes estar cansado y un soldado siempre ayuda a su pueblo.

Tomó la palanca con la que el niño tiraba del carrito y caminó al lado del animal, escuchando las dulces historias del pequeño acerca de una pequeña niña llamada Marie, sin duda alguna tenía sospechas de que esos niños eran los que llegaron con la persona sospechosa que había comprado la casa más cara del reino, al menos si tenía suerte podría conocer al dueño. Al llegar, se sorprendió de lo enorme que era la casa y sus jardines, era preciosa; ayudó al pequeño a bajar del caballo, cuando lo colocó en el suelo el niño corrió a la entrada para poder abrir el portón, pero dejó en el suelo su pequeña bolsita, el soldado de inclinó para recogerla y fue detenido en el momento por una voz...

- Creí que te habías perdido, Ares.- Esa voz...

- ¡Jamás me perdería! Soy el dueño del bosque, un soldado me ayudó con las compras.- Habló el niño dirigiéndose a la persona con la que estaba.

Doyoung retomó su postura y se dió vuelta, encontrándose cara a cara con el adulto responsable, quedando sin aliento.

- Johnny...

- Al fin te encontré...

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora