III

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Al terminar mi programa de radio, fui por un cigarro más. Ya eran las tres de la mañana y yo tenía mucho sueño.

--¿No te quedarás? –Pregunto George.

--No, pienso ir a mi casa y dormir un rato.

--Bueno, yo pensaba ir a un bar a beber por tu cumpleaños.

--Me pides no fumar, ¿pero me invitas a beber?

--Aprovecha que te estoy dando la oportunidad Winston.

Sonreí y asentí. Tomé mi suéter y lo puse sobre mi hombro.

--Vamos, ya que tanto insistes.

--Podemos ir al cavern club. –Me recomendó. Salimos del estudio y cerré la puerta, luego salimos al salón principal en la cual se encontraban varias personas amontonadas.

Se escuchaban varias personas murmurando. Nos acercamos hacia el tumulto y en medio de ellos estaban una pareja. Una chica pelirroja tirada en el suelo desmayada y un chico que, por la perspectiva no podía verlo con claridad.

--Es la pelirroja de hace rato.

--Deberíamos llamar a una ambulancia.

Los guardias del lugar se acercaron y separaron al joven de la pelirroja.

"Retírese de aquí joven"

"Pero solo está fingiendo, está loca" –Reclamo él.

"Mejor váyase, le hablamos luego"

"Como sea, pero ya me harté de tus estupideces"

Vi perfectamente cuando levanto el cuello de su abrigo y cuando sus labios hicieron un mohín de bastante colera.

La gente, incluyéndome, vimos como se marchaba de ahí y la pelirroja se levantaba de prisa para correr tras del pelinegro. Esta le tomo del brazo y el se arrebato de su agarre.

--¿Que?

--Eso mismo pienso yo. –Voltee de nuevo hacia la pareja y él seguía negando alguna situación, pero ella rogaba y rogaba.

--En las relaciones de ahora no se tienen respeto.

Yo solté una carcajada de burla y él dejo sus manos sobre su cintura.

--¿De que te ríes?

--De nada anciano. ¿Entonces iremos o no?

--Tu paga las rondas.

--Se supone que tu las pagabas, soy el cumpleañero.

El asintió y paso su brazo por detrás de mi cuello..

--Claro, claro. Esta bien yo pago las rondas.

La gente se comenzó a esparcir por el lugar y George y yo salimos del edificio.

Vimos a la pareja discutir y justo cuando aquel tipo se subía al Mustang.

"MEJOR DIME QUE ME ENGAÑAS"

La pelirroja golpeo con su bolsa la ventana del auto.

--Señorita.

Le hablé  y volteo, tenía los ojos llenos de lágrimas.

--¿está bien?

Ella me ignoro y continúo golpeando la ventana del auto.

--Ábreme la puta puerta, Paul.

Con su puño continúo golpeando hasta que este se quebró hiriendo la mano de la pelirroja.

--Mierda.

"Voces Nocturnas". •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora