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Con sigilo entre al estudio y acomodé mis cosas. Pude ver a dos señores junto a George. Me acerque poco a poco y George me saludo.

--John, hijo, que bien que llegas. Mira te presento al señor Mal Evans y al Señor Richard Asher.

Yo los salude con un buen apretón de manos, ambos lucían muy simpáticos.

--Me presento por mi cuenta. Soy Richard Asher, un ejecutivo y dueño de electro domésticos y equipos tecnológicos como el audio y hace unos años llevamos a cabo un proyecto, un programa de radio dentro de una empresa y nos intereso usted. Hace bastante escuché de su programa.

--¿Qué le puedo decir?, tengo la pizca, pero por lo que veo están interesados ¿desean un contrato, un autógrafo o..?

--Un contrato, me...--El señor Asher vio a Mal.—Nos interesaría firmar con usted. Realmente estamos interesados, más que nada por que sabemos que la radio será un gran medio de audición para los jóvenes, usted sabe que jóvenes quiere decir música y dinero, lo cual nos conviene.

--Me interesa. ¿Qué planes tiene para mi?

--Es sencillo, solo que siga haciendo su programa, pero deberá añadir comerciales de nuestros productos y aparte unas secciones nuevas, que habrá un espacio más.

--¿Qué clase de espacio?

"señorita ya le dije que"

La puerta se abrió mostrando a la pelirroja de ayer y yo sonreí. Ella camino enseguida con mucha libertad.

--Señorita me temo que debe salir.

La asistente se quedo parada en el umbral, se veía bastante fastidiada.

--No te preocupes.

Le dije. Ella se fue de ahi.

--Hija.

El señor asher la estrecho entre sus brazos.

--Justo, que bien que vienes.

Yo alcé las cejas y vi a George, se veía muy irritado, al igual que Evans. Parecía que a mi me divertía su manera tan rebelde de ser. 

--Claro papi, no podía faltar a la reunión.

--Escuche. —Me dijo. —Quiero un espacio para mi hija.

--¿Quiere ser mi recepcionista? —pregunte enserio. —No podría, ya tengo a la mía y...

--No, no. Quiero que le dé un espacio de su programa. Usted sabe que las adolescentes le siguen, las mujercitas quieren saber de maquillaje y moda y esas cosas. —La pelirroja asentía a todo como si fuera alguna especie de simio. ¿No pensaba por ella misma?

--Sabe, yo tengo un equipo detrás. Necesito hablar con ellos. Me gusta su idea, pero aún no la tomo.

Mal saco de su abrigo color caqui una tarjeta y me la dio.

--Por si piensa lo mejor. —dijo él.

--Claro, claro.

Ellos se despidieron con un apretón de manos. La pelirroja antes de irse me guiño el ojo y yo hice lo mismo. Ella con una sonrisa se retiró del estudio.

--¿Qué estás loco?

Me pregunto Martín, estaba cruzado de brazos.

--Solo bromeaba, esa chica no es de mi estilo ahora que lo pienso. Esta loca, pero hace bastante no coqueteo con...

--No, no. Bueno, eso también, pero, ¿Enserio lo piensas hacer?

--Pff, claro que no. Conozco esas estrategias. Se que ese pequeño espacio luego se hará mas grande y a mi me dejaran a un lado. Pero así se deshace uno de gente tan encajosa como los empresarios.

--Vaya, al menos tienes cerebro.

--Aunque lo dudes.

Martin rio y negó. Fue hasta el mini freezer. De ahí saco una botella de agua y me la dio.

--Mas vale que tengas buena voz.

--Tu me llevaste a la perdición anoche. Mierda la bruja de mi suegra comenzó a regañarme y... me entere que seré papá.

--Que emocionante noticia John.

George se sonrió y me abrazo.

--Por fin descendencia Lennon.

--No, ahg, es que aun soy tan joven.

--¿Y que esperas? Esa cosita no volverá a tus asquerosos testículos.

--Lo estoy procesando, quiera o no, seré padre, pero no quiero ser un mal padre.

--Si metes a tu cabeza la idea de ser mal padre, entonces así será.

--Cierto, tendré que mentalizarme.

--Pero aun no nace, así que concéntrate en tu trabajo. Ah, y no creas que no me di cuenta la hora que llegaste.

--Lo siento, lo siento.

°°°

--Mierda, lo siento cariño.

Subí mis pantalones y me despedí de ella con un beso.

--¿Te veo el fin de semana en el Cavern Club, de acuerdo?

Ella asintió sin dejar su cara deseosa y salí de los sanitarios. Corrí hacia la puerta y la abrí para luego subirme a mi auto.

--Mierda, mierda.

Pisé el acelerador y di a todo vuelo hasta la casa de Jane. Había olvidado nuestro maldito aniversario y eso era una buena sentencia de muerte para mí.

Justo en ese instante una llamada entro a mi celular así que lo agarré y respondí, ya estaba en una zona menos recurrente lo que no me complicaba hablar por el celular.

--Hola, hijo.

--Ah mamá, ya voy para allá.

--Por favor. Tu mujer esta como loca, ya se puso a contarme el aniversario pasado y como lo olvidaste. Esta llorando, así que más te vale que te reportes.

--Ya sé, ya se. Llego en diez minutos, ¿de acuerdo?, te amo, te veo luego.

Colgué mi celular y me estacioné afuera de una florería. Baje del auto.

--Buenas noches.

--Buenas noches. —Respondí. —Quiero el ramo de rosas más rojas y grande que tenga. ¿Acaso vende pasteles o cosas así?

Dije muy apresurado y la mujer negó.

--Está bien, solo las rosas. —Saque mi billetera. La mujer me dio el ramo y le entregue los billetes, ni siquiera pregunte por el precio, pero sabía que le había dado dinero de más, pero ahora eso no interesaba.

Corrí hacia mi auto y subí. Deje las rosas a un lado y volví a pisar el acelerador.

Por suerte la maldita casa de Jane estaba cerca. Me estacione fuera de su casa. Ahí estaba el auto de mis padres y los padres de Jane.

Tomé el ramo y Sali del auto, cerré la puerta y toqué dos veces.

--Hasta que te dignas.

Rodé los ojos y me incline para darle un beso, pero ella se quitó y entró a la casa.

Limpié mi suéter negro y entré a casa.

--Suegro, que gusto me da verlo.

Él alzo las cejas y asintió. Ese era un maldito regaño, era un pago menos. Maldita sea, mi suegro debía ser mi jefe.

--Cariño, que bien que llegas.

Mi madre me abrazo, yo saque tres rosas para ella y los tomo. Volteé hacia jane y se las extendí. Ella las tomo de mala gana y las dejo sobre una mesita.

--La cena que hicimos ya está lista cariño.

Asentí y me senté al lado de jane.

--Vamos a servir y comenzamos a comer.

--Aja. —respondió Jane. 

"Voces Nocturnas". •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora