XLVII

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Habían pasado aproximadamente cuarenta minutos, los chicos ya se habían ido porque era muy tarde, más bien, ya era muy temprano: las cinco de la mañana para ser específicos.

Tan solo escuchaba los sollozos de Jane sobre salir de aquellas paredes, una que otra palabra de Paul, pero no era lo suficiente para poder escuchar.
En ese momento me encontraba sentado, esperando el momento en el que esa puerta se abriera y yo pudiera saber que sucedía, pero nada pasaba.

Resopleé, contuve iré y repetí mi acción unas cuentas veces más. Cuando quise darme por vencido la puerta se abrió.

Paul abrazando a Jane y esta muchachita recargando su cabeza en el pecho de Paul, eso, fue lo primero que ví al abrirse la puerta.

—Nos vemos, John.

De inmediato ví a Jane a los ojos. Sucia y maldita tramposa, estaba seguro que todo era un jueguito.

—Adiós, Paul.

Ví como ambos caminaban hasta las puertas de elevador y esperaban a qué estas se abrieran.

Paul giró su cara a mi, pero Jane le tomo el mentón y se abrazó a él. Las puertas del elevador se abrieron y entraron...Paul me dió un último vistazo y la puerta se cerró.

•••

—Amor, el biberón no se agarra así.

Acomodó a Jules entre sus brazos y agarró el biberón para acomodarselo en su diminuta boquita.

—Mira, tenía mucha hambre. —Con sus manitas, Jules intentó agarrar el biberón mientras lo mamaba. Cynthia le daba palmaditas en su espalda, entonando un "hum, hum"

—Se ve muy cansado.

—Está. Todo el día estuvo despierto y llorando. —Acomodó su cabello y besó su frente. —Por cierto, mañana iré de compras con Astrid y Jane.

—Entonces toca cuidar a mi bebé.

—Exacto, solo serán como unas cuantas horas.

—Por cierto, ¿Sabes cómo está Jane?

Cynthia me volteó a ver confundida y dejó de dar palmitas a mi bebé.

—¿Por qué?

—Solo tengo duda, no la he visto durante días. —Me crucé de brazos, intentando, lo más posible, fingir despreocupación.

—Pues bien, ¿Cómo va a estar? —Volvio a dar esas palmadas en la espalda a Jules, pero sin dejar de verme. —Ayer hablamos por teléfono todo el día, bueno, casi todo el día. Me dijo que debía salir de compras junto a una amiga.

—Ah, ya veo. Por cierto hoy toca buena paga, puedes agarrar dinero de ya sabes dónde.

—Listo y anotado. Compraré ropita para Jules y compraré juguetes.

—Perfecto. —Me acerqué a ella y besé su frente, luego besé la frente de Jules. —Iré a dormir, estoy muy cansado.

—Si, mi amor. Debes tener energía.

Asentí y me giré, listo para ir a mi habitación y dormir o al menos intentar dormir.

•••

"Voces Nocturnas". •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora