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Quise levantarme, pero Paul no lo permitió, dejó su mano sobre mi pecho y negó repetidas veces.

-Solo hay que ignorarlo. -Se inclinó y me dió un beso muy corto.

La puerta volvió a sonar y luego una voz que conocía muy bien:- "¡PAUL!"

-Ahg, no. -Susurró. -Se supone que hoy iría a Londres.

-¡Paul!

Volvió a sonar la puerta.

-Tendré que abrir. -Antes que se levantará le dí un pequeño abrazo y un beso en la mejilla.

Se levantó y tomó su ropa interior junto a su pantalón pijama. La puerta volvió a sonar y Paul grito: -¡Ya voy, ya voy!
Yo busqué mi ropa y comencé a vestirme, cuando estuve listo -Y Paul también.- me indicó que fuera al closet y me escondiera.

Entré al closet y recorrí la puerta hasta cubrirme por completo. Escuché como los pasos de la rojita se acercaban.

-¿¡Qué crees!?

-¿Qué?

La voz, claro, de Jane, era de alegría y para ser sincero me pareció bastante raro.

-¡Mi papi estaba hablando con tu papá y le contó que compró una parte de la emisión de radio de Liverpool!

Sentí un escalofrío al escuchar eso, ¿Cómo?, ¿Cuando? Y lo más importante, ¿Por que carajos nadie me había avisado de eso?

-¿Qué?

-¡Si!, Y mi papá te dará un puesto más elevado. Me dijo que va a comenzar a hacer nuevas secciones en esa estación.

-Ah, ya veo. Me alegro.

-¿Por qué estás así de serio?

-No, no. Estoy normal, me alegra saber que tu padre tenga eso y esas cosas.

-¡Ya lo sé!, Solo quiero que sea lunes para comenzar mi jornada.

Sinceramente, quería saber que había pasado, quise confrontarla. Salí del closet, estando algo inseguro si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero ¿Que carajo?, No era algo que yo pudiera controlar.
Abrí la puerta ganadome una mirada confusa de Jane y una mirada de frustración por Paul.

-¿Que haces aquí? -Dejó reposar sus manos de cintura como un jarro y manteniendo su entrecejo fruncido.

-Ah, es que vine a visitar a Paul. - Acomodé mi copete a un lado y sonreí. -Soy su mejor amigo, me preocupo por él.

-Ajá. -Asintió. -Bueno, entonces supongo que te enteraste sobre lo que pasó en tu trabajo, ¿No?

-Ah, ¿Eso?, Si lo escuché, rojita. -Caminé hasta el sofá y me senté sobre el. -Que bueno, me alegro.

En realidad no. Quería golpear algo, ¿Por qué mierda habían hecho eso?

-Y mi papá hará una sección de belleza y moda para mí y hará una sección de entrevistas para mi novio. -Agarró el mentón de Paul y le dió un beso muy corto. -Así que proteje tu sección porque está en peligro.

Lancé una risotada, en realidad muy fingida, y negué.

-Claro, claro. Gracias por la advertencia, muñequita.

-Bueno, eh. -Por fin habló Paul. -Hay que salir, ¿No?

-Pero estás enfermo. -Le dije. -Mejor me voy de aquí para que descanses y reposes.

Me levanté del sofá, sintiendo la mirada de Jane en mi.

-Bueno, bueno, pero antes de que te vayas déjame darte tu regalo.

Con un ademán me pidió seguirlo y de Nueva cuenta entre a la habitación.
Paul entrecerró la puerta y me tomó del cuello del suéter y me acorraló a la pared y comenzó a darme un par de besos silenciosos y cuando terminó, un hilo de saliva se hizo entre su boca y la mía.

-Te veo mañana, ¿Esta bien?

Asentí como un idiota y ví como movía sus pies hasta llegar a un cajón, del cuál sacó una cajita.

-Toma mi regalo. -La extendió y yo la apegue a mi pecho.-

-Gracias.

Quise darle un beso, pero la rojita entrometida entró al cuarto. Me resigné y tan solo le dí un abrazo.

•••

Sentí un trapo húmedo sobre mi frente y el aire caliente chocar contra todo mi cuerpo debilitado. Sentí las inmensas ganas de toser y por un movimiento de inercia me levanté y comencé a toser.

Escupí un pequeño chorro de sangre y luego ví mi alrededor. Era una carpa la qué me cubría el sol, sin embargo, el aire pasaba por la tela de la misma.
Habían un par de mesas, y camas destendidas a mi alrededor.

-¿Dónde...estoy?

Tomé mi costado y con un esfuerzo me levanté y a paso lento comencé a recorrer la zona. El piso simplemente era arena caliente, la cual comenzaba a calar en la planta de mis pies, y ahora, con la respiración agitada salí de aquella carpa.

El jodido sol casi me cega, por lo que cubrí con mi mano mi frente y dí una sombra sobre mis ojos. Así que, con una mano en mi frente y otra en mi abdomen, comencé a andar por la arenosa colina.

Dos hombres muy altos y de tez negra se quedaron viendo cada uno de mis pasos....

"¿Dónde estoy?"

°°°

Cynthia partió el pavo y dejó un plato, con pasta con salsa de brócoli, frente a mi y luego sirvió la carne.

-Ya casi llega tu familia. -Me dijo.

-Si, ya son las...-Ví mi muñeca observando el reloj. -Nueve y media.

El timbre sonó y ambos volteamos al pasillo.

-Yo iré.

Asentí y ví como mi novia comenzaba a ir al pasillo principal.

Observé aquel bonito brazalete de cuero que Paul me había dado y una sonrisita se escapó de mis labios.
Dentro de aquella cajita había una carta muy bonita, una que me había hecho sentir bastante halagado.

Ví de nueva cuenta al pasillo, viendo cómo mi mamá y mi papá llegaban con unas sonrisas bien marcadas en sus labios.

-Hola hijito. -Dijo mi padre yendo hacia mí y estrelló una de sus palmas en mi hombro. -¿Y esa sonrisa?

-Ah, nada. Que bueno que llegan, el pavo ya está listo.

Cynthia y mi madre se quedaron charlando y poco a poco el tiempo pasó por mis ojos...como un rayo que azota junto a la lluvia diaria en Liverpool
Recordé aquel lindo día...en el que Paul y yo nos habíamos confesado y aquella sonrisa idiota apareció en mi.

"Voces Nocturnas". •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora