Décimo sexto capítulo (Parte dos)
Pete se apresuró a regresar a su casa. Su padre todavía no regresaba del trabajo y Plan había salido por unos minutos. Caminó directo a la habitación de su madre, ella por fin estaba despierta, la mejoría que tuvo antes de su cumpleaños número 18 no había sido más que una ilusión, ahora lo tenía claro. Lo miró a los ojos y con un movimiento lento y trabajoso de sus brazos lo invitó a ir con ella.
-Amor...
-Mamá...- se estiró a su lado y metió su nariz en su cuello para inhalar el aroma que cada vez se hacía mas tenue, como si su huella en este mundo se estuviera borrando.
-Pete, escucha...es hora de que llames al número que te di...
-¿Qué? No! ¿Porqué? - las palabras se agolpaban en su garganta.
-Hijo, por favor hazlo...-la tos comenzó suave hasta que fue un sonido que lo desesperó por su crudeza. Odiaba estas crisis porque la dejaban cada vez más débil- Perdóname...
-Mamá, no tiene nada por lo que debes pedir perdón- el omega apartaba con disimulo las lagrimas que comenzaron a caer. Se hizo un silencio que duró segundos hasta que lo sorprendió con su pregunta.
-¿Fuiste al médico?
El joven cerró los ojos, su madre lo sabía, tal vez lo había olido en él. Se avergonzó porque esto pasaba en el peor de los momentos y tenía terror de lo que podría venir.
-Si mamá...Plan me llevó...
-Te tienes que cuidar Pete.
-Lo sé...
-Tienes que comer más- sintió su intento por apretarlo un poco- promételo.
-Lo prometo....mamá, perdóname...
-Shhh, no hay nada que perdonar...-lo besó en la frente- te amo tanto mi niño.
No salió más nada de su boca, volvió a dormir. En estos días permanecía despierta muy poco, ya casi no podían hablar con ella. Se quedó allí y fingió que todo estaba bien. Cuando escuchó la puerta de entrada salió para encontrarse con Plan y sin decir palabras fueron a su habitación.
El menor se sentó sobre la cama y subió las rodillas contra su barbilla. El mayor se ubicó a sus pies y lo miró en silencio mientras buscaba sus manos para aferrarse a él.
-Compré las vitaminas- la voz era apenas un murmullo.-la vas a tomar y vas a comer todo.
-Si...
-Mirame Pete, escúchame- los ojos se levantaron y unos ojos afligidos se posaron en él, pero era necesario afrontar la situación planteada por el médico que lo revisó - sabes las posibilidades...debes cuidarte al máximo si quieres que esto salga bien.
-Lo quiero. - fue firme y no había lugar a duda en sus palabras.
-Esta bien, haremos todo lo posible para que los dos estén bien, pero te tienes que alimentar y cuidar como él te explicó. Estas demasiado débil y tu cuerpo puede que no resista cursar un embarazo en ese estado.
-Voy a hacer lo necesario Plan, lo juro...- cerró los ojos y tomó fuerza para continuar- le tengo que decir a Ae...
Plan suspiró porque sabía que no podía negarle esto a Pete ni al mismo Ae.
-Lo sé... pero creo que deberías esperar a los próximos estudios, tu escuchaste todo.
Llevó la mano instintivamente a su vientre plano y la dejó allí.
Días atras, cuando se hizo evidente que había algo mucho peor con su cuerpo, Plan lo obligó a ir al hospital. Y el médico lo confirmó, el omega estaba gestando. Las medicinas que había tomado nunca habían sido absorbidas, posiblemente por los vómitos y su estado en general. Ahora se enfrentaba no sólo al riesgo de que su cuerpo no retuviera al feto o que el desarrollo se detuviera fruto de la extrema desnutrición. Estaba tan asustado, y hoy cuando vio al alfa no supo que decir, se sentía culpable y estúpido por lo que estaba pasando. Pero aún así, con todo en contra, había una única certeza, él quería a este pequeñín que crecia dentro de su cuerpo.
No sabía que haría ni como, no había forma de saber como reaccionaría su padre si se enteraba y trataba de no pensar en ello.
Se recostó después de tomar las vitaminas e ingerir un poco de carne y algunas verduras. Intentó no vomitarlas aunque las sentía en la boca del estómago. De a poco se fue durmiendo hasta que despertó ya en la oscuridad de la noche. Miró a un lado y Plan dormía en su cama. Se levantó despacio y se colocó tras la puerta intentando detectar movimiento del otro lado, al notar que su padre no estaba allí, salió a hurtadillas y con sigilo se retiró de la casa. Avanzó unos metros hasta que escuchó el inconfundible sonido de la moto del alfa. Frenó a su lado y lo alcanzó con un beso demandante antes de colocarle el casco y abrocharlo bajo su mentón.
Montó tras Ae y se recostó sobre su espalda abrazándose a la cintura. Inhaló su aroma inconfundible y la paz invadió su cuerpo. Creyó por primera vez en más de 20 días que todo estaría bien, que ser feliz era posible. Muy pronto llegaron a la casa que sólo vio una vez. No cuestionó, lo siguió desde la entrada a través de las escaleras y de allí a la habitación donde habían vivido el primer celo.
Pete entró y se paró en medio observando todo el cuarto que le era tan masculino y que apenas había mirado la primera vez. Se dio vuelta y Ae estaba apoyando la espalda contra la puerta mirando la punta de sus zapatillas hasta que subió su rostro.
-¿Cómo estas?- eran las primeras palabras de la noche.
-Bien...
-¿Porqué no respondiste Pete?- fue acercándose hasta estar a su lado - ¿Porqué me torturaste así?
-Yo no quise hacerte sentir mal. - lo miró a los ojos- sólo no me sentía muy bien.
El mayor tu mano y lo llevó hasta sentarse en la cama. Se posicionaron uno lado del otro, algo era incómodo entre los dos.
-¿Me vas a contar lo que está pasando?- la mano recorrió su rostro con suavidad y llegó hasta bajo sus ojos donde la piel se oscurecía.
-Mi mamá...
-Se lo de tu mamá y eso no es lo que estoy preguntando -tomó su rostro para que no eludiera- estoy hablando de tí, de tu cuerpo.
La humedad invadió las pestañas castañas del omega. Sentía vergüenza de verse así, de las reacciones inconscientes que lo llevaban a vomitar continuamente, de las marcas impresas en sus brazos por la violencia de su padre. Y ahora debía sumarle un embarazo que él no buscó pero el cual estaba dispuesto a afrontar. No sabía por donde empezar así que siguió en su mutismo.
-Por lo menos dime si hubo algún síntoma extraño en el celo. ¿Fiebre? ¿Dolores?
-Si, dormí más de la cuenta, también tuve fiebre y dolor en todo el cuerpo, algunas puntadas en el abdomen...
-¿Te alimentaste?- vio enrojecer la cara del pequeño y la respuesta fue clara.- Pete...tengo que decir esto, tu cuerpo tiene un evidente estado de desnutrición, el color de tu piel indica que no estás recibiendo nutrientes, también puedes llegar a tener problemas en el pelo y los dientes.
Las primeras lágrimas comenzaron a caer y Ae las fue apartando con sus dedos.
-No puedo evitarlo...
-No te estoy juzgando, solo me preocupo por ti- inició las caricias en el pelo y las mejillas.
-Es que ya no puedo retener nada en el estómago, no lo hago a propósito.
-Deberías empezar a tomar vitaminas y hacer algún tratamiento con un especialista, puedo hablar en el hospital y conseguir quien te vea y haga un seguimiento.
-Ya lo estoy haciendo - Pete sintió que era el momento de decir todo y luego que el alfa decidiera si prefería estar a su lado o apartarlo de su vida. Tomo aire para darse valor.- Plan me llevó al médico.
-Está bien, ¿Te indicó alguna medicación?
-Si, y algunos estudios.- la voz era temblorosa, se apoyó en la mano que todavía permanecía sobre su cara.
-Puedo conseguir los turnos en el hospital donde hago las prácticas.
-No no, está bien. - su voluntad volvió a flaquear, el miedo al rechazo era demasiado y el silencio se adueñó del momento hasta que el mayor siguió con sus preguntas.
-Quiero saber quien te está lastimando, y por favor, no me mientas.
Agachó la cabeza y miró sus propias manos que estaban apretadas en dos puños. Ni siquiera podía hablar de ello sin sentir que cada golpe era merecido y aún así, soñaba con que su padre lo volviera a amar.
-Mi mamá está muriendo por mi culpa - escuchó como Ae inspiraba con fuerza pero no tuvo el valor para mirarlo a los ojos- si yo no hubiera nacido...ellos eran felices. Mi papá esta muy enojado conmigo y a veces...
No pudo seguir porque el movimiento brusco del alfa le indicó que estaba enojado. Lo vio levantarse y caminar por la habitación con las manos tirando de su cabello, de sus labios salían insultos que apenas entendía.
Cuando percibió que el andar había finalizado decidió enfrentarlo, pero no esperaba que lo levantara de un tirón de sus brazos y lo envolviera con fuerza entre ellos, recorriendole la espalda con las palmas abiertas.
Se quedaron así, en el centro de la habitación aferrado uno al otro hasta que Pete fue guiado a la cama nuevamente. El alfa sacó las zapatillas de ambos y se tumbaron sobre la colcha, la cabeza de Pete sobre su pecho. Quería alargar el momento, que nada lo perturbara, pero las palabras debían ser dichas.
-Ae...no se como decir esto. Tienes derecho a enojarte, a odiarme, echarme de tu casa, puedes hacer lo que quieras y no voy a culparte.
-Pete...
-Estoy embarazado. - lo soltó de golpe porque no valía la pena alargar la situación. -Estoy embarazado, mi cuerpo no absorbió los supresores.
El silencio dentro de la habitación era abrumador, debajo de su cuerpo el otro no hizo ningún movimiento. Su respiración seguía siendo regular, como si él no hubiera pronunciado ni una palabra. Intentó apartarse y fue jalado nuevamente al pecho y retenido allí, una mano se deslizaba con suavidad por su brazo hasta que tomó su mano. Se atrevió a levantar la cabeza para intentar entender que le pasaba por la cabeza. No esperó ver como las lágrimas se deslizaban por los bordes hasta llegar a mojar las sábanas. Sus párpados se abrieron, el brillo de sus ojos era nada igual a lo que hubiera reflejado antes.
-Por favor...dime algo.
-Te amo Pete- tomó aire y repitió las palabras frente a la hermosa sonrisa del omega- te amo como no tienes idea.
-Yo siento lo mismo por ti...
-Pete te amo y no voy a mentirte, ¿lo sabes verdad?- tenia que ser sincero con él y eso significaba ser realista - fuiste al médico, seguro debe haberte dicho lo que puede pasar.
-Si, yo sé pero creo que hay posibilidades.
-Escúchame Pete, quiero que entiendas, en tu condición es muy difícil - no pudo seguir hablando, el omega comenzó a alejarse negando con la cabeza.
-Lo sé, lo sé, pero voy a hacer todo bien...
-No es esa la cuestión Pete, es muy peligroso -necesitaba que entendiera- tu cuerpo puede que no resista, en tu estado tal vez el crecimiento no llegue a concretarse.
-Es mi culpa...otra vez todo es mi culpa...- comenzó un llanto desesperado mientras trataba de aferrarse a sí mismo y mantener la esperanza de que podría tener al bebé, pero de nuevo su vida arruinaba la vida de alguien más.
-No no no amor- lo abrazó con fuerza y besó en la frente - no digas eso, nada es tu culpa.
-Si, si lo es- susurró ya con un hilo de voz, primero su madre y ahora a su pequeñito.
-Ven, recuéstate - quería que se tranquilizara y entrara en razón- mira, voy a buscar algo caliente para que tomes y comas y tu te quedas aquí ¿si?
-Si, esta bien.
Ae bajó corriendo, su mente hecho un lío. Un hijo, un hijo de él y Pete. Un bebé que posiblemente no llegaría a nacer. Conocía las probabilidades y estaban en contra, pero pondría todo de si para acompañar a su omega sin importar como resultara al final. Lo primero era alejarlo de la violencia que ejerciar su padre, Plan sería otro problema pero seguro que entendería, y si no era así no le importaba, nadie lo alejaría del omega y su bebé.
Hablaría con su padre, no dudaba que le brindaría todo el apoyo y aunque al principio posiblemente no le agradaría la idea, sería feliz por tener un nieto. Sonrió aún con el terror invadiéndolo, pondría el mayor empeño en sus estudios y les daría el mejor futuro posible. Pete debería seguir estudiando y perseguir sus sueños, se aseguraría de que siempre tuviera todo para hacerlo. Con eso en mente comenzó a subir con una bandeja con un caldo de verduras, algunas galletas y un vaso de agua, hasta que los pensamientos negativos ganaron la partida. El nivel de desnutrición de Pete era alarmante, en los casos así el desarrollo del feto se detenía antes del tercer mes y era expulsado por el cuerpo, en otros casos ni siquiera llegaban a implantarse bien y la pérdida era casi inmediata, y no quería pensar en otras posibilidades, la taza de mortalidad de omegas era alta, más en situaciones como las presentes o los bebés llegaban a nacer y morían de complicaciones en pocas horas. Mañana buscaría un especialista en embarazos de alto riesgo para realizar las primeras consultas. Personalmente se encargaría de la alimentación del omega, tal vez sería necesario la intervención de un psicólogo...
Abrió la puerta con un pie y la imagen de su pequeño dormido sobre sus almohadas llenó su espíritu de un instinto protector desconocido que lo embriagó y lo hizo sentir gigante ante la belleza de tener una pequeña vida creciendo en el cuerpo de Pete. Una pequeña vida que era de los dos. Se sentó a su lado y retiró el pelo del rostro pálido para posar un beso sobre sus mejillas. Lo despertó para darle los alimentos preparados y se aseguró de que ingiriera la mitad. Luego se acostó tras él para acunarlos en sus brazos. Tenía miedo, tenía terror de lo que podía pasar, pero lo afrontarían juntos. Una pequeña familia.〰♥〰
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Una vez en la vida.
FanfictionUna vez, la ingenuidad de Pete lo llevó a creer cada palabra que salieron de la boca del alfa que no hizo más que destrozar sus esperanzas. Con el mundo sobre sus espaldas, dos hermanos luchan por sobrevivir y dejar atrás el infierno al que fueron...