Vigésimo octavo capítulo.

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Vigésimo octavo capítulo.

Una tensa calma reinaba en el pintoresco café Petit. Earth y Krist caminaban en puntillas ante las miradas veladas de los dos hermanos.
Pete podía entender, en verdad lo hacía, porque los dos habían sufrido lo indecible, primero por la enfermedad de su madre y luego la violencia de su padre. Habían compartido el dolor, toda la vida estaría agradecido con Plan por su amor incondicional, por eso necesitaban aclarar este tema antes de que explotara en su cara.
Una vez puesto el cartel de "Cerrardo" pasado el medio día, se dirigió a la oficina con la certeza de que el omega mayor lo seguiría.
-¿Me vas a explicar?- el enojo goteaba en su pregunta apenas cerrada la puerta- ¿Qué hace ese tipo acá? ¿Desde cuando lo ves?
-¿Qué quieres que responda primero?
-Pete, no estoy para bromas- lo apuntó con el dedo.
-Yo no estoy bromeando...- miró sus dedos buscando la forma de abordar el tema.- apareció...está de vacaciones...
-Apareció, así como si nada y te fuiste con él...
-No fue así, su hija se había escapado y...-no continuó porque Plan comenzó a palmear dejándolo desconcertado.
-Ohh por todos los dioses!!- la risa que escapó de los labios de su hermano fue cínica y Pete sintió por primera vez que estaba siendo cruel- ¿te escuchas? Apareció...¡con una hija!
-Si, y es que...-volvió a interrumpir.
-¿Sabes qué?- lo miró de una forma que puso el corazón del menor a bombear con más fuerza- mejor no digas nada, es evidente que no aprendiste nada.
-Plan, ¿porqué no me escuchas?- necesitaba que viera sus razones.
-Por que nada tiene sentido, es una gran tontería.
-Pero quiero explicarte y no me dejas.
-¿Qué puedes decirme?- la tensión entre los dos era palpable.
-Tiene una niña de 5 años, por lo que entendí la adoptó luego de que su madre omega muriera.
-Y tú te comiste el cuento- no podía entender tanto veneno en su voz- ¿qué? ¿vas a jugar a la casita con él?
Pete retrocedió un par de pasos, no daba crédito a las palabras hirientes que pronunció su hermano. 
-No...- carraspeó para contener la tristeza que lo invadía -no puedes decirme algo así...
-¿Es que no lo ves?- nunca cambió el tono de voz- ¿No ves que vas a caer de cabeza de nuevo?
-No es justo lo que estas diciendo - apenas podía contener el dolor que estaba sintiendo y susurró con la voz apagada- ya no soy un niño...
-¿Qué no es justo?- dijo sin prestar atención a lo que decía el otro, tomó aire y lo soltó con las palabras que rompería el corazón de Pete en dos- ¡No es justo que haya dejado a nuestra madre por tí!
Pete quedó petrificado, no salía de su asombro, nunca, en estos seis años le habia reprochado el sacrificio al que se habia sometido para salvarle la vida. El alma del más joven se sintió reducida, ínfima. Quería correr y esconderse, no, mejor, quería desaparecer, no haber nacido para evitarle el sufrimiento a todos lo que lo rodearon. Dio la vuelta, no había nada más que decir, abrió la puerta para encontrarse con el rostro de su tío Krist.
-Vuelvo más tarde...-apenas balbuceó al pasar.
〰〰〰
La noche anterior había sido mala. Tarde había recibido un mensaje de Mean con un simple saludo y cometió la estupidez de llamarlo.
No entendía al alfa, ellos tenían un acuerdo tácito donde los encuentros eran esporádicos sin pedir nada, o por lo menos así había sido hasta el encuentro anterior. Y ahora pedía más de lo que estaba dispuesto a dar.
Mean estaba publicando, junto a otro médico, una investigación sobre sus progresos en los tratamientos en omegas con la misma patología de su madre y lo quería a su lado en el día que se haría un reconocimiento por los avances en ese campo. Insistía en verlo, en incluirlo en una vida que él no estaba dispuesto a compartir. No por primera vez se planteó la idea de terminar esta extraña relación que no avanzaba ni tenía futuro. Como la vez anterior, el mayor reconoció su error al pedir lo imposible y terminaron la conversación no del mejor modo luego de un tiempo dando vueltas a un asunto que no tenia sentido.
Pero el día de hoy fue simplemente un desastre, comenzando con el alfa que tanto había lastimado a su hermano y destruido sus vidas allí, a metros de los dos, y por la reacción de Pete era una obviedad que no era el primer encuentro. Fue mascullando su bronca, hirviendo en la furia de saber que el omega menor estaba a pasos de caer de nuevo por los ojos de quien lo engañó. El tiempo que se ausentó de la cafetería y el posterior, esperando a poder increparlo no hizo más que acrecentar el deseo de gritarle por ser tan ingenuo. Pero nunca esperó que su miedo lo convirtiera en una bestia inhumana capaz de golpear donde más dolía. Las palabras salían de su boca y no pudo detenerlas, quería salirse de su cuerpo y sacudirse hasta hacerse entrar en razón, quería golpearse por el nivel de crueldad al emitir palabras en tono de burla. Y como si de una pesadilla se tratase, escuchó salir de la boca de forma indolente culpar a Pete de algo indecible. Vio en sus ojos el reflejo de un alma quebrada, lo observó alejarse y no hizo nada más que dejarlo marcharse. Detrás de la salida de su hermano estaba el cuerpo de su tío.
-No quise...- trató de explicar.
-Si, si quisiste Plan- el tono serio que empleó fue uno que nunca había usado con él.
-No tío, no no no- sacudió la cabeza, se sentía aturdido.- voy a explicarle...
-Déjalo, nada de lo que digas ahora va a cambiarlo.
-Si! - avanzó hacia la puerta- ¡Él tiene que saber! Fue sin pensar...
-No Plan, es al revés- lo detuvo por el brazo- eso que dijiste, es lo que muchas veces pensaste.
-¡No!- gritó y las lágrimas contenidas empezaron a caer- no tío, juro que no, yo lo amo, yo no me arrepiento...
-No dudo de que lo ames, pero también lo culpas por haberla dejado. 
-No, lo haría mil veces sin pensar - tapó la cara con las manos, sentía vergüenza de la maldad que había cometido- él es todo...él es todo...
Krist lo envolvió en sus brazos aunque sabía que no lo merecía. En este momento tendría que estar buscando a Pete, abrazándolo para consolarlo del dolor que le provocó al pronunciar palabras cargadas de veneno. Su cabeza cayó contra el hombro de su tío, el cuerpo moviéndose producto del llanto incontrolable.
-Vamos a buscarlo...
-No Plan, esta vez tendrás que dejarlo solo.
-No puedo, no se como...
Le parecía inconcebible lo que había dicho, nada en su vida era comparable a lo que sentía por su hermano desde que lo vio por primera vez. Su madre lo había dicho, Pete era suyo, pero hoy había fallado y dejado que su egoísmo tomara lo mejor de él.
-Siéntate Plan.- ordenó el mayor y no quedó más opción que obedecer- espera un minuto aquí.
Mientras esperaba posó sus ojos en la pared, las fotos de su familia, la que había tomado el día que huyeron y otras del momento en que estabilizaron su vida. Las lágrimas volvieron a correr tibias por sus mejillas.
-Le indiqué a Earth que vuelva al hogar- lo sobresaltó la voz a un lado, no había notado de que ya estaba dentro de la oficina- no pasa nada si esta tarde no abrimos.
-Tío, tienes que creerme...
-Espera Plan, primero escúchame tú - se ubicó a su lado- tal vez concientemente nunca le hubieras dicho algo así, pero el caso es que algo dentro de ti lo pensaba.
-No es así...
-Se que no quieres y no te culpo, porque es un sentimiento totalmente normal -tomó su mano- amor...tu también eras un niño y llevaste la carga solo. Tomaste la decisión más difícil en el momento necesario. Tienes totalmente permitido estar enojado por haber sido movido a hacerla.
"Pero algo es seguro y tu también lo sabes, no fue tu culpa o de Pete, ni siquiera de Ae por mas que lo odies. Eras un pequeño obligado a hacerse cargo de una situación que no le correspondía. Si no fuera por ti, Pete no habría sobrevivido. No puedo decir que se lo que viviste ni lo que vivió tu hermano, y lo que pasó esa noche sólo precipitó un final que se iba a dar de todos modos."
-Lo que le dije es imperdonable...- susurró mientras secaba un poco su cara con los dedos.
-Plan, voy a decirlo porque necesitas escucharlo- tomó aire y soltó las palabras- esto tiene que terminar, dejaste de vivir tu vida, por eso no puedes asumir que tu hermano tome decisiones que tu no puedes controlar.
-¿Pero si lo vuelve a dañar?
-Déjame preguntarte, ¿Es el mismo Pete de hace 6 años atrás?
-No.- fue firme en su respuesta porque sabía que era así, el Pete de ahora no era la sombra de ese adolescente.
-En ese momento Pete era un niño que se dejó llevar por sus impulsos y todo terminó terriblemente mal - y añadió ante los ojos rojos del joven- pero hoy no es la misma persona, él sabe lo que quiere, necesita o le conviene. Confía en él.
-Tengo miedo...-cerró los ojos con fuerza - ¿y si lo pierdo?
-No lo puedes asfixiar, porque eso sería cambiar una prisión por otra.
-Tío, juro que no lo culpo de nada...¿Puedes llamarlo y pedirle que vuelva?
-Vamos a dejarlo un tiempo solo, luego lo buscamos...
Se quedaron sin decir más nada, uno al lado del otro perdidos en sus pensamientos. Plan atormentándose por las palabras malditas que había pronunciad, Krist maldiciendo a su hermana y su malnacido marido por haber lastimado tanto a estos niños. Estaba a nada de decir todo, de borrar esa imagen angelical e idealizada que sus sobrinos tenían sobre su madre, porque en el centro de su ser sabía que todo esto era consecuencia de un amor enfermo que prefirió dejar sufrir a dos niños inocentes a abandonar a un hombre que odiaba a su descendencia. Prefirió callar, el corazón de sus pequeños ya había sido golpeada demasiadas veces como para abatirlos una vez más.

〰♥〰

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