Trigésimo tercer capítulo.

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Trigésimo tercer capítulo.

Dos días después, Pete mantenía la vista pegada al ingreso del café, ni siquiera disimulaba. Plan lo observaba pero su cabeza estaba demasiado lejos, perdido en el propio miedo de no tener noticias de Mean, terror de que el alfa se hubiera dado por vencido.
Vio llegar a Cami, esa pequeñita que le inspiraba ternura y a la vez lo ponía un tanto incómodo con sus muestras de afecto irrestricto. Detrás de ella, esta vez no venía el alfa al cual estaba aprendiendo a tolerar. No quería admitirlo, pero podía decir que algo se estaba gestando entre él y su hermano, y aunque en un principio fue tajante al oponerse, tenía que reconocer que era el momento de soltar el pasado, liberarse de una vez de todo el dolor.
-Hola Plan -la voz dulce lo saludó.
-Hola niña -simuló que no le importaba su nombre sólo para ver el mohín de sus mejillas regordetas.
-Me llamo Cami! Somos amigos ¿Te atuerdas? -señaló.
-¡Cierto! ¿Que vas a llevar hoy?
-Batido de fresa.
-¿Y galletas? - la niña asintió con la cabeza moviendo sus colitas pulcramente arregladas.
El omega que la acompañaba el dia de hoy también pidió algo para sí. Miró los rasgos delicados del omega, la vestimenta casi formal, la piel clara sin marcas y los pensamientos lo llevaron otra vez a Mean ¿Sería que en este tiempo conoció a otro omega? ¿Se habría cansado de sus rechazos, sus negativas?

Pete vio llegar a Cami, la saludó con la mano. Su presencia todos los días llenaba algo dentro de su pecho que no estaba dispuesto a examinar, pero se sentía cálido y limpio. Fluke sonrió a modo de reconocimiento y el joven omega experimentó algo parecido a la pena por el trato que le había dado con anterioridad. Una vez cumplido con su pedido el omega mayor se acercó un poco más al mostrador.
-¿Puedo hablar unos minutos contigo?- Pete hizo una señal a Earth para que se acercara y tomara su lugar antes de encaminarse a las mesas exteriores con una niña con las mejillas llenas de galleta de chocolate- tengo un mensaje de Ae.
-¿Si? -con la mirada puesta en la pequeña intentó convencerse de que no le importaba que el alfa hoy no apareciera por su café.
-Si, tuvo que viajar por unos detalles de último momento en su presentación, y no tiene tu número...
-¡Ohhh cierto! -rápidamente acotó- pero no es como que él me deba explicaciones.
-Pero igual él quería que lo supieras -tomó aire para continuar- ¿puedo decirte algo que no me incumbe?
-Lo vas a decir de todos modos ¿no? -las mejillas se abultaron al esbozar una sonrisa- dilo.
-Nunca vi a Ae como en estos días y eso que lo conozco desde antes de lo que pasó entre ustedes -lo miró a través del flequillo que caía sobre sus ojos- no lo definiría como felíz, pero si cambiado.
-No sabría decirte -respondió.
-Puedes confiar en mi en esto, estoy hace más de 10 años con ellos, padre e hijos son dos cabezotas y los dos arrastraron sus penas por mucho tiempo, solo que de manera distinta.
Pete no supo que responder a eso, no creía saber mucho de Ae y aún, tanto tiempo después, había un lugar en su corazón que quería creer que algo de todo fue real.
No hablaron más del tema para no entristecer el momento y por unos segundos el mas joven se permitió disfrutar de la presencia del omega quién resultó ser alguien de charla simple y amena.
-Juro que quería golpearlo cada vez que venía con esas demandas estúpidas como si él fuera dueño de mi vida -habló sobre Ohm- no podrias creer que un alfa que es tan buen padre y abuelo fuera un jefe tan déspota.
-¿Y nunca pensaste que era porque necesitaba tenerte todo el tiempo a su lado?
-Lo disimuló muy bien -entrecerró los ojos- porque estuve a nada de dejarlo.
-Pero ahora están juntos.
-Ohhh si -miró a Cami de reojo para verificar que no estuviera prestando atención- y ya no puedo dejarlo ir...
-Eres adicto.
-Lo admito -realizó una mueca- y esta noche estaré sin él porque decidió acompañar a su hijo.
Pete sonrió ante la cara de frustración de Fluke. Pensó en un primero momento cuando su presencia le era molesta, pero resultó ser todo lo contrario.
-Escucha -habló sin planteárselo demasiado- mañana no abrimos el café, y esta noche pensamos reunirnos a tomar algo en casa, somos nosotros cuatro...si quieres puedes venir, Cami puede dormir en alguna de nuestras habitaciones.
-¿Enserio? -interrogó- ¿no estaré molestando?
-Para nada, puedes unirte.
-Me encantaría, es triste estar sin los alfas en casa.
Al final quedaron en encontrarse en el horario de cierre y desde Petit caminar las pocas cuadras que los separaban de la casa que compartían los omegas.
〰〰〰
-Ahora cuenta todo -pronunció Earth que ya iba por su segundo trago- porque Singto no largó una palabra.
-Niño traidor, mejor tu mantén la boca cerrada- lo señaló Krist evitando la mirada de los demás.
-¿Por qué? -fingió inocencia- yo solo fui un espectador.
-Uno muy bocón -acotó el mayor.
-Tío, no puedes culpar de nada a bebé Earth- apuntó Plan- además, la verdad se dicha es que Singto es un buen bocado.
-Plan!! -exclamó aunque tenía que asumir que estaba en lo cierto.
-¿Qué? -simuló inocencia- no miento.
Continuaron indagando al omega mayor, Cami hace rato había caído rendía y descansaba en la habitación de Pete mientras los adultos disfrutaban de una noche donde por fin podían hablar de la vida amorosa del mayor.
-Yo voy a hablar en favor del alfa -aportó Fluke- porque Ohm es mucho mayor que yo, pero...por años estuve enamorado de él y la edad siempre fue la menor de mis preocupaciones, sólo lo veía a él sin importar nada más, y por lo que entiendo, este muchacho se siente igual a como me sentía yo. 
-Opino igual -expresó Earth- creo que la edad no es impedimento. También está la cuestión de que soy testigo de que hace tiempo está enamorado de ti.
Krist se cubrió la cara, no podía creer que estuviera hablando abiertamente del sentimiento que le despertaba el alfa. De a poco los miedos comenzaban a esfumarse dando lugar a nuevos sentimientos que a esta altura creía imposibles.
Continuaron sentados en la pequeña sala, los bocadillos y algunas bebidas circulaban mientras cada unos contaba un poco de sí  mismo. La presencia de Fluke fue aceptada por los demás y muy pronto era alguien más del grupo contando sus desventuras amorosas con un jefe que por años fue ciego a sus sentimientos.
Cerca de la media noche el celular de Fluke comenzó a sonar con el timbre asignado a Ohm, le extrañó porque hace un par de horas habían hablado y despedido hasta el día siguiente. Se apartó del grupo para escuchar mejor y no interrumpir las conversaciones aleatorias de los demás.
Pete lo vio volver con el rostro transfigurado, los ojos rojos con rastro de llanto.
-Ohhh por los dioses -el corazón bombeaba preso del terror de los que podía escuchar- pasó algo grave?
-Era Ohm...-arrastró con sus dedos las lágrimas que bajaban por las mejillas- ¿recuerdas que te conté que Ae se adelantó para terminar unos detalles?
-¿Ae? -sintió el aire más pesado en sus pulmones, instintivamente buscó la mano de su hermano quien le devolvió el apretón.
-No no -se apresuró a calmarlo- pero...volvió al departamento de su amigo.
-¿Qué? -la palidez tomó la piel del hermano mayor que comenzó a tartamudear- que que...que.
-Creen que fue un robo que se salió  de control.
-¿Qué? ¿Quién?- no se dio cuenta que gritaba las preguntas, aún cuando sabía cual sería la respuesta.
-Su amigo, hicieron la investigación juntos -tragó saliva para continuar hablando -intentaron robar en su casa y aparentemente él los descubrió.
Los brazos de Pete lo rodearon con fuerza para no permitir que su cuerpo se deshiciera y terminara en un charco destrozado de dolor. Porque eso era lo que sentía en este momento, el cuerpo que comenzaba a despedazarse, el terror cubriéndolo todo. Entre lágrimas, rogó a los dioses como no hacia desde el día que sacó a su hermano de su hogar. Pidió, suplicó, hizo promesas, porque ahora lo único que quería es volver a ver al amor de su vida con vida.
 

〰♥〰

Una vez en la vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora