Trigésimo quinto capítulo.

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Trigésimo quinto capítulo.

Su cuerpo no paraba de temblar. Estaba abrazado a su hermano quien intentaba sostenerlo pero en este momento sentía que su propia piel no podía contenerlo. Ohm se había comunicado una vez más con Fluke, quien no tuvo otra opción que quedarse con Cami y esperar allí en compañía de Earth.
Krist era quien conducía, como siempre, su templanza era el pilar que sostenía a sus sobrinos. Pero ahora Plan no podía pensar en nada, Pete había hablado con Ae quien, con pocas palabras, contó lo que habia sucedido un par de horas atrás. Por lo que pudieron interpretar, Mean fue víctima de alguien que ingresó a su departamento para robar y fue sorprendido por el alfa. El disparo había perforado uno de sus pulmones, seguido su recorrido dañando otros órganos y provocando una hemorragia interna que derivó en un paro cardiorespiratorio. Ae reanimó su corazón mientras alguien del propio edificio llamaba una ambulancia.
Plan quería hacerse un bollito, cerrar sus oídos y ojos al mundo y despertar cuando esta pesadilla terminara. Llenó su mente de imágenes del alfa. Del joven en la adolescencia, de los brazos que lo arroparon cada vez que su propia estupidez se hizo a un lado y permitió el consuelo desinteresado que le brindaba. Pensó en las veces que dejó que las órdenes del otro le quitaran el peso de los hombros, que se abandonó al cuidado y el mimo del mayor. Y siempre era él, estando allí cada vez que lo necesitó. ¿Y que tan egoísta era eso? ¿Qué tan cruel fue  siempre mantenerlo a un llamado de distancia pero sin dar nada a cambio? Fingió no ver los ojos enamorados del alfa, la necesidad en sus gestos y en sus palabras. Siempre con la amenaza de abandonarlo si no se plegaba a sus condiciones. Un sollozo escapó de su garganta.
-Tranquilo Plan...-las caricias fueron prodigadas intentando calmarlo mientras lo acunaba.
-Pete...- logró articular entre lágrimas- nunca le dije nada bueno, siempre lo mantuve al margen.
-Tenías tus razones -trató de calmarlo- él entendía.
-Si, él siempre entendía y eso lo hace peor -secó la humedad de la cara con los dedos y se incorporó derecho en el asiento para poder ver bien a su hermano- siempre terminó cediendo a mis imposiciones.
Pete no tuvo palabras para responder a eso mientras su hermano seguía con las auto recriminaciones.
-Sabes...ni siquiera se si tiene familia, si vive sólo o con alguien más -otra vez las lágrimas pendían de sus pestañas- ¿Qué tan hijo de puta hay que ser? Ohhhh dioses...Mean tan solo quería que yo compartiera algo con él, nunca reclamó nada.
-Ohhh Plan -un beso fue depositado en su frente.
-¿Y si Ae no hubiera llegado? -casi gritó al imaginarlo, la voz pasaba dolorosa por su garganta- él habría muerto Pete...Mean estaría muerto en el piso de su departamento.
-Pero no pasó -intentó darle tranquilidad.
-¿Pero si pasaba?, ¿si su corazón no volvía a latir? -llevó las manos a su rostro para frenar lo irrefrenable, porque lo escenarios que su mente conjugaba no podían ser silenciados- estuvo muerto Pete...su corazón dejó de funcionar...y yo no le dije, nunca le dije...
-Se lo dirás, apenas despierte le dirás todo.
-¿Me lo prometes? -sabía que era imposible pedir algo así pero en este momento se aferraría a cualquier esperanza.
Pete abrió amplio los ojos y allí Plan vio las dudas de su hermano, y aún así prefirió pensar en que tenía razón, en el momento que su alfa abriera los ojos él confesaría todo, se despojaría de sus miedos para brindar libremente el amor que sentía por él. 
Los kilómetros que separaban las ciudades fueron un modo de tortura, él nunca había vuelto al lugar de donde salieron tantos años atrás, las veces que se encontraba con Mean era en algún lugar al costado del camino. Mientras más lo pensaba su corazón más volvía a oprimirse, no tenía derecho a ser amado cuando siempre pensó en sí mismo. El alfa siempre respondiendo, siempre corriendo cada vez que se lo pedía, y la última vez que le mandó el mensaje, ni siquiera volvió a insistir cuando no hubo devolución. No intentó nada, no hizo nada para demostrarle que también sentía algo por él.
La oscuridad de la noche reinaba en la ruta y dejó que la vista del camino adormeciera sus sentidos. Dentro del auto se escuchaban los esporádicos sollozos a los que Pete respondía con los dedos acariciado la cabeza de su hermano quien al final terminó colocándola en su regazo.
No faltaba mucho para que las luces del amanecer hicieran su aparición cuando llegaron al hospital central, el mismo donde una vez el menor de los hermanos estuvo luchando por su vida.
-Vamos Plan, ya estamos aquí- sacudió el hombro del mayor.
Krist dejó a sus sobrinos en la entrada para buscar un lugar donde estacionar.
Las puertas automáticas del lugar se sentían como una sentencia, atravesarlas significaba que esto era real, que no despertaría para darse cuenta de que era un mal sueño.
Caminó aferrado a su hermano, se anunciaron en la recepción donde Ae  ya había dejado notificada su llegada. Los pasillos interminables de pisos grises y el olor penetrante a desinfectante parecían impregnarse en él. Vio a Ae junto a un alfa mayor, supuso que era su padre. Nadie más esperando fuera de una sala de operaciones en el área de emergencia. Miró a ese alfa que por años odió con una fuerza desmedida, tenía los ojos hinchados y surcos en su piel. La camisa blanca con rastros rojos que la manchaban.
Era real, todo esto era real, Mean en verdad estaba allí, siendo operado para poder salvarle la vida. Las piernas apenas lo sostenían mientras se aferraba a el otro omega.
Si Ae se sorprendió de verlo ahí, no lo demostró. Se acercó con el paso cansado, Plan fijó la vista en los puños de la camisa que llevaba puesta el alfa, allí las manchas de sangre eran más oscuras. No pudo soportarlo más, llevó las manos a la cara y lloró abiertamente, exteriorizando el dolor que oprimía su pecho. Los brazos de su hermano lo apretaron más fuerte y fue quien se hizo cargo de la situación. Lo acompañó a una silla y le indicó que se sentara en el lugar. Hizo todas las preguntas a Ae, las respuestas apenas las procesó su cerebro.
-No puedo entrar a la sala de operaciones- escuchó la voz del alfa- no me dejaron quedarme con él porque somos amigos.
Miró hacia arriba y pudo ver la mano de su hermano buscando los dedos del otro para darle consuelo.
-No puedo creer que le hayan hecho esto -el tono mostraba que seguía llorando- alguien entró a su departamento a robar y él lo descubrió...se llevaron cosas que apenas tienen valor...¿Su vida vale tan poco?
"¿Y si yo no lo acompañaba hasta arriba? ¿Si me hubiera quedado en el auto, en la calle?"
Plan quería cerrar sus oídos para no escuchar los propios miedos saliendo de la boca de otra persona. Se armó de valor aunque todo lo que quería era esconderse del mundo y caminó al lado del alfa.
-Ae...-lo llamó- ¿va a vivir?
-Plan -suspiró- no puedo mentir y hacerte promesas. Su corazón se detuvo y llevó al menos dos minutos reanimarlo, perdió mucha sangre. Sólo luego de la operación sabremos el real daño. Pero aquí están los mejores médicos. No me dejaron entrar con él porque nuestra relación es muy cercana, pero te puedo asegurar que ahí adentro van a hacer todo lo humanamente posible.
-Yo necesito que viva...
-Se está haciendo todo lo posible.
-Gracias por salvarlo...- pronunció entre algunas lágrimas que seguían surgiendo.
-No tienes que agradecer nada.
-Si, necesito hacerlo -reconoció a media voz.
El silencio reinó luego de ese momento. Plan volvió al lugar anterior y muy pronto su hermano estaba a su lado. Los alfas permanecieron custodiando las puertas hasta que dos médicos salieron por ellas. El reconocimiento a Ae fue inmediato y se acercaron a él para iniciar con el recuento de lo que se hizo en la sala de operaciones.
-Lo mantendremos en coma -dijeron al finalizar- pero el daño mayor fue reparado, ahora es su cuerpo el que debe reaccionar.
-Gracias -respondió el alfa antes de despedirse de los cirujanos. Plan permaneció unos pasos atrás con Krist que hace bastante estaba sosteniéndolo, las palabras que escuchó lo llenaron de esperanzas.
-¿Eso quiere decir que va a vivir? -la esperanza se encendió en su pecho.
-Quiere decir que las probabilidades están de su lado -explicó- las primeras 24 horas son críticas pero los médicos creen que podrá superarlo, permanecerá en coma para acelerar el proceso de curación.
-¿Puedo verlo? -necesitaba que sus ojos reconocieran de que Mean no había desaparecido.
-Hoy es imposible - ante la caída de los hombros del omega agregó- pero puedo hacer que mañana ingreses  unos minutos.
-Si por favor...gracias -vio que el alfa le devolvía una pequeña sonrisa en forma de reconocimiento.
-Ya es muy tarde -habló por primera vez Ohm -creo que sería lo mejor para todos descansar.
-Si si -anunció Pete- buscaremos un hotel.
-Por supuesto que no -resolvió el alfa mayor- pueden descansar en casa, no se si piensan quedarse en la ciudad, pero si es así, nuestra casa es su hogar cuando lo dispongan.
-Está bien -respondió Pete antes de que su mente le recordara la última noche que pasó en ese lugar -se lo agradezco.
El corazón de Plan se sentía más liviano. Si le preguntaban no recordaba mucho del camino a la casa de los alfas, en algún momento estaba en una cama con su hermano a un lado.
-Pete...-rompió el silencio- siempre castigué a Mean por ser un alfa, él no hizo más que estar a mi lado y yo siempre vi lo que quise ver. Pero lo amo y quiero decírselo.
-Cuando despierte lo harás ¿si? Y te vas a dar una oportunidad de ser feliz.
-Si...
-Ahora duerme un poco -lo arropó- estaré aquí.
-Gracias -cerró los ojos- te amo.
-Yo igual.
Durmió unas horas, cuando despertó se dio cuenta que estaba sólo y luego de higienizarse bajó a un gran comedor. En la mesa sus familiares y el alfa mayor estaba frente a la mesa puesta con un simple desayuno de café y tostadas. Dijo algunas palabras a modo de saludo y se ubicó donde su hermano le colocó una taza con café.
-Ae ya fue al hospital -indicó Ohm- Mean sigue estable, y son muy optimistas.
La sonrisa ocupó su rostro, se aferraba a esos pequeños datos para pensar que todo saldría bien.
-¿Dijo si puedo ir a verlo?
-Ehhh si...- vio las mejillas de Pete tornarse en un rojo intenso- me dijo que más tarde llama para organizar un horario de visita.
Observó al omega, de más cerca podía notar que las orejas también tomaban una tonalidad rojiza y rehuía la mirada. Llenó sus pulmones de aire y lo liberó de a poco. Conocía esos síntomas, y estaba bien con ellos. Era el momento de avanzar en la vida y ser feliz, valía lo mismo para los dos.
-Voy a hablar con Earth entonces.
-Ya hablamos con él, decidimos que el café puede estar cerrado un par de días -acotó Krist- se seguirá quedando con Fluke y Cami.
-Bien...
Las horas pasaron arrastrándose, alternaba momentos de optimismo y otras donde el miedo volvía a ganarle. Aprendió un poco de la vida de los alfas de la casa y de su amistad con Mean. Al final vivía sólo, había sido hijo único y hace años sus padres habían fallecido. La amistad con Ae era antigua y sobrevivió a todo aunque por mucho tiempo fue tirante. Su vida estaba consagrada a su trabajo y a la investigación que creían cambiaría la vida de los omegas.
-¿Te imaginas Pete?- indagó cuando supo un poco mas- esa enfermedad de mierda se puede detectar antes del primer celo...
-Lo sé.

Ae lo buscó unas horas después. Caminó ansioso por los pasillos del hospital, en el transcurso el alfa le explicó con que se iba a encontrar.
Entró a la habitación, las máquinas conectadas al cuerpo inmóvil pitaban al ritmo de los signos vitales. Se acercó a la cabecera, un tubo ingresaba en su boca, los labios desprovistos de color. La piel de tono ceniciento le daba un aspecto fantasmagórico.
Tomó la mano que descansaba inerte sobre la manta que lo cubría.
-Amor...escucha, estoy aquí ¿Sabes? Estoy aquí porque te amo, porque te necesito en mi vida -acercó sus labios y besó cada dedo- y voy a estar aquí cuando despiertes. Pero no puedes dejarme, porque no voy a poder vivir sin ti...
Se quedó en el lugar, la humedad de sus ojos apenas lo dejaban ver, pero no podía hacer ningún movimiento.
Cada día volvía a él, Ae lo hacía ingresar entre médicos y enfermeras que ya lo reconocían como alguien especial para el médico que todavía no despertaba.
Al cuarto día sacaron el tubo que llevaba oxígeno a los pulmones para que volvieran a funcionar por si solos.
-¿Están seguros? -preguntó cuando Ae se lo comentó la noche anterior después de la cena.
-Si, tienes que confiar, Mean está estable. Una vez que se saque el oxígeno, empezará el proceso de salir del coma.
Plan dibujó en su cara una sonrisa genuina y apretó la mano de Pete.
-Se ubicó al lado de la cama en la nueva habitación, había dejado la terapia intensiva y estaba en la zona de cuidados intermedios. Miró con desconfianza a algunos omegas que ingresaban en varias ocasiones y no hacían más que revolotear al rededor del alfa.
-Se ve que eres popular entre los omegas -habló mientras le acomodaba el pelo fuera de la frente- pasan a cada rato a mirarte. De seguro en cualquier momento una se ofrece a hacerte un baño de esponja.
-Shhhhh....sólo tu...- el susurro salió forzado a través de una garganta lastimada por los tubos que pasaron por ella.
-¿Mean? -se sintió paralizado.
-Plaaannnn -se esforzó en pronunciar.
-Mean -cayó de rodillas y las lágrimas surgieron mojando las sábanas- Mean, escucha ¿si? Te amo, te amo ¿entiendes?
Los ojos del alfa se cerraron, pequeñas gotitas comenzaron a surcar su cara hasta caer en la almohada.
-Te amo y no voy a irme, no voy a huir.
Mean apenas suspiró y con una pequeña sonrisa volvió a caer en el sueño. Y tal vez esto no era más que un sueño de un hombre moribundo, porque no había otra explicación. Por años soñó con esas palabras, y ahora las tenía al alcance.
Plan llamó a los médicos, Ae estaba entre ellos y por inercia se abrazó a su cuerpo. Este hombre al que había odiado por años, en definitiva había sido quien le dio la oportunidad de tener al alfa que amaba de nuevo en su vida.

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