Vigésimo primer capítulo.

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Vigésimo primer capítulo.

La segunda oleada de clientes comenzaron a llegar. Hoy contaban con la ayuda de Earth y Krist así que se hacía un poco más aliviado. Colocaron algunas mesas bajo la gran arbolada que rodeaba su pequeño café, el día era ideal para un desayuno o merienda al aire libre con la suave brisa que los envolvía.
Las personas hacían fila uno tras otro, Plan atendía los pedidos de pastelería y panadería y Earth, preparaba lo demás.
-Me gustaría un bollo relleno con crema, ¿y para tí princesa? - preguntó a la niña que sostenía de la mano.
-Una galleta de totolate.- señaló las galletas que siempre elegían los más pequeños, una galleta rebosante de chips de chocolate.
-¿Y para tomar?¿Te gustaría un batido?
-Mmm - colocó un dedo en su pequeño mentón- key...
-Bueno, queremos un café con caramelo, un batido de fresa, una galleta y el bollo de crema - de dirigió a Plan.
-¿Cobertura de chocolate en la galleta?- le consultó a la pequeña.
-Si!!!!
-Bueno, ¿ves ese chico allí? Se llama Pete y él te hará una cobertura de chocolate especial para tí.
Mientras Plan se encargaba de el bollo de crema y dejaba listo todo en una paqueta bandeja decorada en tonos pasteles, y Krist realizaba el cobro, el joven adulto se acercaba donde la niña esperaba con la mirada embelezada su galleta mientras un omega la cubría con chocolate oscuro y formas en chocolate blanco.
-Aquí tienes bonita- dijo Pete y le entregó un pequeño plato con su dulce creación. 
-Gratias- respondió con una sonrisa donde faltaban algunos dientes.
-A tí bonita.- devolvió la sonrisa, interactuar con niños alegraba sus días, por eso decorar sus pedidos llevaba el máximo de su dedicación.
-Guauuuu- intervino quien la acompañaba y miró al omega delante de él- esto es maravilloso.
-Gracias- el otro lo miró y entrecerró un poco los ojos -¿pasa algo?
-No no, disculpa...nos conocemos? - Lo observó con mayor insistencia. - tus ojos...me parece haberlos visto antes.
-No lo creo, ¿eres de por aquí?
-No, mi jefe compró una casa de vacaciones cerca de la playa.
-Tío Fluke!- lo interrumpió la tierna voz- vamos! Mi galleta.
-Huyyy, disculpa. Eres más demandante que tu abuelo - se dirigió a ella y luego nuevamente a Pete -bueno, un gusto, creo que volveremos pronto.
-Los esperamos - respondió antes de atender a quien seguía en la fila.

Fluke se sentó a la sombra de la arboleda en el exterior, mientras veía a Cami devorar su galleta trató de recordar al omega, porque de seguro, esa mirada la había visto antes. Saboreó su café con caramelo y quedó extasiado ante el sabor suave del bollo con crema, sin duda volvería por más. Tal vez podría hacer que su jefe viniera con él...
Negó con la cabeza y trató de borrar ese pensamiento. Hace tiempo se habia propuesto olvidar el estúpido enamoramiento por el hombre que apenas lo miraba, pero estaba resultando imposible. Como tonto lo había acompañado a esta pequeña ciudad cuando en un principio había determinado que pondría distancia y trataría de borrarlo de su corazón. 7 años de enamoramiento tonto e infantil era demasiado, posiblemente su alma no resistiría. Vivía fingiendo que no le afectaba su cercanía, disimulaba tras una máscara de indiferencia la necesidad que tenía por estar a su lado, de sentir su aroma a sándalo ymezclada con alguna especia oscura. Observó a Cami con su batido de fresa y pensó en la dulzura que Ohm le devolvía a esta niña que era la luz de sus ojos. Esta belleza de más de 5 años era todo lo que él amaba. A veces quisiera que un poquito de ese amor fuera también para él...
La niña parloteaba halagando la galleta cubierta de chocolate, llenando sus mejillas con ella mientras hacia planes para su ida a la playa. El alfa mayor los llevaría, estos días era para conocer la zona donde tenía una casa para vacacionar y a la que tan amablemente lo había invitado, siempre en calidad de un empleando imprescindible y cercano, pero empleado al fin.
Una vez terminado su desayuno, no pudo resistirse a entrar nuevamente y hacerse con varios bollos más con diversos rellenos para poder compartir con el alfa. Era cierto que a veces se mostraba hostil con su jefe, pero era la única forma de no caer como un tonto a su lado implorando que por una vez lo notara. A veces pensaba que el problema era la diferencia de edad, aunque para él eso era lo de menos, 10 años no eran nada cuando lo que sentía por él no atendía a ninguna lógica. Estaba enamorado y punto. Tampoco lo vio con otros omegas, y un alfa así, tan buen partido podía elegir de donde quisiera, cualquiera caería a sus pies, porque no sólo era un empresario exitoso, era un buen padre y abuelo envuelto en un exterior que hacia temblar las rodillas de cualquiera, él era la prueba irrefutable de ello. 
Avanzó en la fila, Cami a su lado, todavía el vaso del batido en la mano. Pediría algo dulce para Ohh y tal vez algo salado para Ae...
De pronto lo recordó, esos ojos los había visto pero en otro rostro, en una omega que hace años atrás había aparecido para acariciar el rostro del alfa al cual Ae casi había matado. Una omega que pidió por la vida de un hombre que había sido capaz de una de las peores atrocidades que había presenciado en su vida. Los ojos eran los mismos, y el nombre...
-Volviste por más? ¿Te gustaron los bollos? ¿Y a tí bonita? - la voz de un omega lo interrumpió, supuso que era su hermano.
-Realmente nos ha gustado, ¿no es cierto Cami?
-Tiiiii! - la niña tenía un exceso de azúcar - quero otra.
-Vamos a llevar un par de bollos con crema, scons de queso y por supuesto galletas con chocolate.
-¿Cubiertas?
-Si, por favor.
-Okey, Pete las prepara, pueden esperar todo el pedido allá- señaló la zona donde su hermano daba el toque final y les cobró antes de que se retiraran.
No pudo evitar mirar al omega aunque intentó disimular.
Pensó en todo lo que sabía de él, un joven con demasiados problemas, con una madre enferma, con un padre abusivo que había matado al niño que estaba esperando. Recordó a Ae en ese momento, en como casi muere de dolor al no encontrar al omega, a las confesiones en medio de llanto, a la tristeza que volcó en sus palabras. Y aquí estaba la persona que sin quererlo había cambiado la vida de todos, porque hasta la existencia de Cami en sus  vidas era consecuencia del amor que una vez tuvo Ae por su omega.

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