—Ehh...— Dice Karla nerviosa
—Estábamos recordando como eran las pijamadas antes— contesto
—Cierto... Ya nos acostumbramos a estar siempre juntas... ¡Ay, no! vamos a terminar como viejo matrimonio, ya no hacemos cosas divertidas— opina Isa
—¿Viejo matrimonio?—Pregunto divertida
—Si, ya sabes de... "¿Que me cuentas, vieja?" y "Nada, viejo ¿y tu?"... "Nada"— contesta actuando las voces de viejitos
—¿De verdad piensas que vamos a terminar como viejo matrimonio?— pregunta Karla aguantándose la risa
—¿Que me cuentas, vieja?— le pregunto a Karla
—Nada, vieja, ¿y tu?— me contesta siguiendo la broma
—Nada— digo fingiendo un suspiro —¡Oh, no! ya comenzamos
—Búrlense— se queja Isa
—¡Niñas! Ya está la comida— grita mi madre desde la cocina
—¡Ya vamos!— contesto de la misma forma
—¡Se va a enfriar la comida!
—¡Ya vamos!— vuelvo a gritar
—¡Corran!
—¡La comida no se va a escapar! — Le contesto, ¿porqué tiene tanta prisa?
—Ay, que recuerdos... —Dice Isa a lo que ruedo los ojos divertida
Vamos a comer y pasamos un gran rato en familia, nosotras contábamos lo que hacíamos, y nuestros padres nos cuentan lo que han hecho estos días, pero por suerte ninguna de mis amigas mencionó nada sobre los GH y las pruebas, sería algo incómodo, no sé como reaccionarían mis papás ante tal cosa... aunque probablemente pensarían que estaríamos bromeando, porque la verdad no creo que eso suceda comúnmente.
Después de estar toda la tarde juntos y jugar varios juegos de cartas mientras hacemos bromas entre nosotros, regresamos a casa, para cenar algo pequeño y después irnos a dormir, no sin antes darles un gran abrazo y un beso a cada uno... de verdad es que estos pequeños detalles ya los extrañaba.
...
Me levanto lentamente de mi cama... hoy no me siento cansada, me siento alegre y con mucha energía, no sé si es por mi cama, por estar en mi casa o porque el día de ayer fue muy alegre y relajado, pero parece que no tengo problemas...
Suspiro y siento como todo el aire me llena mis pulmones, veo mi habitación lleno de mis cosas y eso hace que una gran sonrisa salga de mis labios.
Salgo de mi cama y voy a la cocina para encontrarme a mis padres, mi papá leyendo el periódico, mientras mi madre prepara café y hot-cakes de desayuno, la abrazo por la espalda a lo que se asusta.
—¿Cómo amaneció, mi princesa?— pregunta mi mamá dándose la vuelta para abrazarme también al notar que era yo.
—Muy bien— contesto mientras presiono más el abrazo
—¿Y para mi no hay abrazo?— pregunta mi papá aún sentado
—Párate, no seas flojo— le contesto en modo de broma a lo que mi mamá se ríe
—Ya extrañaba a mi hija maleducada—contesta mi padre a lo que río para abrazarlo también.
—¿Que vamos a hacer hoy?— les pregunto mientras me siento a lado de mi papá
—Estábamos pensando en...— en ese momento alguien toca la puerta, interrumpiendo a mamá
—Yo abro— les aviso para que no se apuraran
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Los pobres no se mezclan con los ricos
Novela JuvenilTodo era normal, todo era tranquilo si se le podía llamar así a mi vida, hasta que una de mis mejores amigas obtuvo una beca en la mejor escuela privada del país, una escuela en la que sólo pueden pagar los ricos, pero la cuestión aquí es que ella...