Al rostro del estudiante le escurria sangre de la frente, le sangra la nariz y tenia su labio partido, tiene moretones en sus mejillas y en su ojo derecho, además de que también se le notan moretones en sus brazos, y en su camisa blanca de la escuela se nota una pequeña marca de sangre, no dudo que también tenga moretones dentro de ella.
Me quedé en shock por unos segundos pero la voz de Isa me sacó de mis pensamientos—Mía, debes controlar tu fuerza— dijo en broma para quitarle un poco de peso al asunto, pero se escuchó en su voz que también estaba asombrada por lo que estábamos viendo
—Eso no lo hice yo— dije casi como en un susurro, me acerque de nuevo a el y tocandole suavemente el hombro para no lastimarlo le pregunté —¿Qué te pasó? ¿Quieres que te ayudemos? — traté de sonar lo más calmada posible
—¿Me hablas a mi? — dijo el, se notaba que le costaba hablar
—¿Qué? — pregunté confusa, tal vez estaba enfadado conmigo —Perdón, de verdad no vi hacia dónde caminaba
—¿Porque me hablas? —volvió a contestar, pero sonaba confuso, ¿que acaso estaba hablando con un fantasma?
—Por qué quiere y puede, idiota, no seas grosero— contestó Isa enfadada, la voltee a ver y le hice una seña para que se calme
—Creo que ya se lo que pasa— dijo el chico — Ustedes son nuevas
—¿Como sabes? —preguntó Karla
—Por qué no saben cómo funciona la escuela— trató de pararse pero por tantos golpes le resultaba muy difícil, así que entre yo y Karla tratamos de ayudarlo — A mi me marcaron, cuando te marcan te vuelves el blanco de toda la escuela, nadie te puede ayudar ni hablar, toda la escuela se une para lastimarte
—¿Y que hay de tus amigos, y los profesores? — pregunté horririzada
—Si me ayudan mis amigos... Los van a marcar igual, me ayudan pero a escondidas, no tan abiertamente como ustedes... —se quejó y se tomó del brazo, le debe de doler demasiado —Y los profesores siempre se quedan en los salones, llegan antes que los estudiantes, tienen junta y se van a sus salones, de vez en cuando ven cáscaras de huevo en el suelo o tomates que nos arrojan pero solo piensan que son pequeñas travesuras de los estudiantes.
—¿Cómo te marcan? — preguntó Karla
—Te dan una tarjeta... una tarjeta roja, la pegan en tu casillero para que todos se enteren
—Y ¿no les puedes decir a los profesores o a la directora? Tal vez les pueda hacer algo— preguntó Isa
—¿A los profesores? — éste se rió, me sorprende que aún pueda reírse —Los que dan la tarjeta son más ricos y poderosos que los profesores, si ellos se enteraran no harían nada, tendrían miedo de perder su trabajo
—¡No puede ser!—exclame, no se podía hacer nada, solo tienes que aguantar todo lo que hagan —Nos acaban de dar una beca para la prisión más cara del país —dije enfadada, esta vez fue Isa la que me hizo el mismo gesto que yo cuando le pedí que se calmara—¿Y como te quitan la marca? — pregunté tratando de calmarme
—Saliendo de la escuela o... — en ese momento se escucharon varias chicas emocionadas gritando "¡Son los GH!" y creando un gran alboroto en la entrada... esos eran los que habíamos escuchado ayer, los que Karla nos enseñó, yo creía que aquí los verían como alumnos normales, pero al parecer los siguen tratando como famosos... En este momento recordé, ellos son los más ricos y poderosos estudiantes de la escuela, ellos son los que dan las tarjetas rojas, ellos provocan que esta escuela sea una cárcel —o... hacer esto— se armó paso sobre la gente como pudo, callendose a cada rato y alcanzando el centro de todo el gentío
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Los pobres no se mezclan con los ricos
Ficção AdolescenteTodo era normal, todo era tranquilo si se le podía llamar así a mi vida, hasta que una de mis mejores amigas obtuvo una beca en la mejor escuela privada del país, una escuela en la que sólo pueden pagar los ricos, pero la cuestión aquí es que ella...