—¿Entonces hoy no te hicieron nada? — preguntó Isa por milésima vez después de haber llegado al departamento
Habíamos ido a entrenar un poco antes de venir al departamento, pero esta vez fue más corto el entrenamiento que ayer, tenían miedo de que me vieran y me quisieran hacer algo, y para ser sincera yo también tenía miedo
—Ya te dije que no— mentí para no preocuparla
—Que raro— dijo Karla, mientras se sentaba para reflexionar —Es bueno, pero a la vez raro... ¿Crees que se les haya olvidado?
—Tal vez eso quieren que pienses, que lo olvidaron, para que cuando bajes la guardia... ¡Bam! Te atacan— esta vez opinó Isa
—O tal vez no son tan malos... —siguió pensando Karla
Me reí, obviamente eran malos, hicieron que me lanzarán comida, ¿porque la desperdician?, no saben lo difícil que es para ciertas personas llegar a tener esa comida, la comida vale oro, hubo temporadas en las que teníamos que racionar la comida en mi familia porque a mi papá lo habían despedido, y en esta escuela desperdician la comida en unos segundos por una estupidez.
—Son malos, no lo dudes, acuérdate de lo que le hicieron al pobre chico el primer día que entramos— recordé
—¿Y si el único que se porta así es Max? — preguntó Karla
—Puede ser... En las dos ocasiones que vimos ayer, el era el único que hacía las cosas
—Y sus amigos no hacían nada— excuse
De repente recordé lo que me dijo Matías, para el era de sus mejores amigos, no se que razones tiene para que haga eso pero son como sus hermanos, además... me ayudó bastante
—Bueno... quizá es cierto que no todos son malos— dije mientras recordaba a Matías
—¿De quién hablas? — preguntó Karla, pude notar si tono de burla, ya sabe que estoy pensando en alguien
—De nadie... —mentí
—Mía... Eres la persona más transparente que conocemos, ya cuenta —pidió Isa con una sonrisa en su cara
—Solo... en Matías — dije apenada —Hoy me ayudó, y hablé con él en el edificio de artes... Lo vi como una persona tan diferente a la que es Max...
—¡Te gusta! — dijo Karla
—¡Claro que no! — me defendí rápidamente
—¡Claro que si!, tus ojos brillan cuando dices algo de el— dijo Isa emocionada
—¡No me gusta! Solo le hablé un día, es imposible que me guste alguien cuando ni siquiera lo conozco
—Ahh— suspiró Isa —Es amor a primera vista
—No es cierto— me crucé de brazos
—No hagas pucheros, acepta que sentiste algo— siguió insistiendo Isa
—Yo... — ¿sentí algo? Sentí una sensación rara, pero eso no tiene que significar que me haya gustado —no creo que sea... no, no me gusta, es imposible
—Ajá — contestaron a ambas al unísono en tono de burla
Me reí, alcance rápidamente unas almohadas y se las avente a la cara, ellas me voltearon a ver molestas y esta vez yo reí, me regresaron las almohadas que les mandé y por suerte alcancé a esquivar una.
—Dos contra una— me quejé —no es muy justo — y volví a lanzar otras almohadas al igual que ellas
—Dile a tu novio Matías que te salve— se burló Karla
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Los pobres no se mezclan con los ricos
Ficção AdolescenteTodo era normal, todo era tranquilo si se le podía llamar así a mi vida, hasta que una de mis mejores amigas obtuvo una beca en la mejor escuela privada del país, una escuela en la que sólo pueden pagar los ricos, pero la cuestión aquí es que ella...