Capítulo 28- Desconcertados

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—Despierta— escucho la voz de Max a mi lado haciendo que me queje, todavía quiero dormir.

—No quiero

—No seas bebé

—Despiertame en cinco

—Te despierto en cinco minutos, después de levantar a los demás.— Me amenaza

—No, cinco horas— lo corrijo

—No puede ser, ya despierta

—Extraño mi despertador, ese solo lo apago y deja de molestar... ¿Tu de dónde te apagas?

—Mía — se queja

—Max— digo del mismo modo

—Solo levantate— dice mientras me quita mi sabana, pero no me muevo, yo quiero seguir durmiendo

—No puedo, tengo un problema de espalda

—¿Y ahora que te pasó?

—Es que mi espalda se pegó al colchón, no me puedo levantar

—Ja-ja muy chistosa, pero ya levántate, vamos a ir a otro parque

—Vamos mas tarde— le pido

—Mía, despiertate ya, me conoces y sabes que no tengo tanta paciencia

—Yo tampoco, así que ya dejame dormir

—No... —Suspira enfadado a lo que sonrio y me vuelvo a acomodar en mi cama para seguir durmiendo

Y entonces siento cosquillas en mi cuello, me remuevo un poco porque pienso que es una mosca, después siento cosquillas en el pie haciendo que patalee para que se vaya, pero regresan, haciendo que me comience a reír, abro los ojos y Max me estaba haciendo cosquillas, trato de apartarlo pero admito que es más fuerte que yo, así que continúa haciéndome cosquillas en el abdomen y en el cuello, comienzo a patalear y a moverme cual lombriz pero el no para.

—¡Ya! —me quejo —Para

—¿Ya te vas a levantar? — pregunta riéndose al igual que yo, sin parar de hacerme cosquillas

—Ya no... Ya no me voy... ¡Para!... Ya no me voy a dormir— trato de decir entre risas, pero el me ignora y me continúa haciendo cosquillas

—¿Lo juras? — pregunta risueño

—Si, ya para— digo, pero al ver que no me hace caso otra vez, tomo rápidamente sus dos brazos tan rápido como puedo para que no logre safarse y con la poca fuerza que tengo, lo empujo a él a la cama, para así yo tener tiempo de salir de ahí hasta el baño de mi habitación, pero no me alcanza el tiempo y Max me vuelve a tomar de los hombros y hace que me regrese dando media vuelta pero sin saber como... Yo termino cayendo boca arriba en la cama y Max arriba de mi, por suerte alcanzó a sostenerse con sus brazos en la cama, porque si no seguramente me habría lastimado al caer todo su cuerpo en cima mío.

Trato de calmar mi respiración agitada por las cosquillas y la pelea, no puedo evitar ver sus ojos claros, tan azules que hacen que sea lo primero que veo de él, además sus gruesas cejas negras y su cabello tan alborotado del mismo tono de sus cejas hace que resalte más el claro de sus ojos, sus labios se ven más hinchados en la mañana, es extraño... Últimamente observo más sus ojos que antes.

—No sabía que tenías pecas— dice aún con la respiración agitada

—No tengo pecas— me rio —Ya estás alucinando, por eso no tienes que pelear conmigo, terminas perdiendo neuronas.

—Claro que sí tienes, pero están claras por eso no las vi antes, pero si tienes por tus mejillas y por tu nariz— dice mientras siento que pasa sus dedos delicadamente por donde dice verlas

Los pobres no se mezclan con los ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora