Me despierto por el sonido de mi teléfono, suena diferente a mi alarma... Ese es el tono de mi teléfono nuevo, alguien me está llamando... ¿Pero porqué alguien me llamaría tan temprano?
Me comienzo a quejar y extiendo mi brazo hasta alcanzar mi teléfono en el buró, lo tomo y contesto sin siquiera abrir los ojos, me duele la cabeza y me siento más cansada de lo normal.
—Hola— contesto mientras trato de despertarme
—¡Mía! ¿Dónde estás? No me digas que otra vez te quedaste a dormir en un centro comercial
—¿Isa? — pregunto mientras trato de abrir los ojos poco a poco, pero la luz del día no me deja
—¡Pasamela! —Se escucha la voz de fondo de Karla —¡Mía! Te estuvimos hablando toda la noche pero nos saltaba a buzón, ¿porqué hasta ahora nos contestas? Pensamos que te habías regresado sola al departamento
—¿Y no lo hice? — pregunto todavía dormida
—¡Mía! ¡Ya contesta! ¿Dónde estás?
Abro mis ojos lentamente como la luz me lo permite, pero cuando los abro me siento perdida, no sé dónde estoy, éste no es el departamento, ni mi cuarto en la casa de mis padres...¿Como llegué aquí? Tengo una camisa... pero esta no es mi camisa, mi ropa está tirada en varias partes de la habitación.
¿Qué hice?
Me levanto rápidamente de la cama donde me encontraba, sin despegar el teléfono de mi oreja; siento dolor en mi pie a lo que doy otro paso con mi pie bueno para no caerme, recuerdo lo que pasó ayer... Camila me pisó el pie... pero no recuerdo como llegué aquí, fuimos al antro, yo no bailé y me quedé platicando con... Oh no...
Veo que a lado de la cama, en el buró donde estaba mi teléfono hay una nota impresa, que dice "Mía. Muchas gracias por lo de anoche, espero volver a encontrarnos"
¿¡Pero qué!? No recuerdo haber hecho nada anoche, yo no... nunca haría algo así... ¿Pero porqué estoy aquí y con otra camiseta? ...
—¿Mía, estas bien? —la voz de Karla suena en mi oído, ya no recordaba que seguía sosteniendo mi teléfono en mi oreja.
Niego con la cabeza en modo de contestación, me duele la cabeza, estoy cansada, me duele el pie y no se ni lo que hice ayer...
—Si... —miento, pero al mismo tiempo comienzo a sollozar.
—Mía...
—No, perdón, no estoy bien— las lágrimas me comienzan a nublar la vista, me siento impotente al no saber nada, al pensar que tal vez le di mi primera vez a un completo desconocido, me siento desesperada y cansada —Por favor ayúdenme — pido llorando
—¿Dónde estás? ¿Qué te pasó? — pregunta Karla preocupada a lo que escucho de fondo la voz de Isa que le pregunta "¿La raptaron? ¿Qué le hicieron? ¿Qué le pasó? ¿Dónde está?" a lo que Karla le contestó con un "Shh" e Isa enfadada le volvió a gritar "¡No me shushees!" —Ash, Tu ignorala Mía, pero por favor dime donde estás, ¿cómo te ayudamos?
—No sé— digo en un susurro tratando de tranquilizarme pero no puedo —No sé dónde estoy, no sé cómo llegué aquí, no sé qué pasó ayer, no sé porqué me siento tan mareada y tan cansada, me duele el pie, la cabeza y me pesa todo mi cuerpo ¡no sé qué hice! ¡No sé si yo...! —y comienzo a llorar sin poder terminar la frase
—Mía, tranquilizate— me pide de nuevo Karla pero en su voz se notaba que también estaba preocupada —mandame tu ubicación, ahora vamos para allá
—Si— digo suspirando
—Todo va a salir bien, solo no te muevas de ahí —me pide rápidamente y cuelga para que le mande la ubicación
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Los pobres no se mezclan con los ricos
Ficção AdolescenteTodo era normal, todo era tranquilo si se le podía llamar así a mi vida, hasta que una de mis mejores amigas obtuvo una beca en la mejor escuela privada del país, una escuela en la que sólo pueden pagar los ricos, pero la cuestión aquí es que ella...