Capítulo 11- Conociendo A Otro Max

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-Viste a Mía... - dijo Matías para que Max acabara la frase

Hay segundos que pasan rápido, como cuando me divierto con mis amigas en una pijamada y ¡Bum! De la nada ya es de madrugada, pero también hay otro tipo de segundos, donde el tiempo pasa lento, como cuando estoy en una clase aburrida y lo único que quiero es que ya termine, reviso la hora un momento y guardo mi teléfono, luego cuando siento que ya ha pasado media hora vuelvo a revisar y nada más han pasado cinco minutos; algo parecido me está pasando justo ahora, siento que ya llevo horas esperando que Max me delate, pero solo son los segundos más eternos que he vivido en mi vida, mi corazón palpita rápidamente, tanto que hasta oigo mis latidos... trato de controlarme para que los demás no los escuchen pero no funciona, siento que en cualquier momento mi corazón va a salir disparado de mi pecho.

—Vi a Mía... caminar sola, quise disculparme con ella por mi comportamiento pero ella solamente comenzó a gritarme como una loca

—¿Qué? — preguntamos Matías, Rebecca y yo al mismo tiempo

¿Por qué miente? ¿Qué le pasa?

—¿Tu te quisiste disculpar? — le preguntó Matías incrédulo

—Aunque no lo creas... Si— dijo el mientras volteaba hacia otro lado con aire de superioridad

¿Que tipo de mosca le picó?

—¿Estás enfermo? — le preguntó Rebecca mientras se acercaba a él para checar su temperatura, a lo que el se apartó al instante

—¡Estoy bien! Pedir disculpas no es nada del otro mundo— dijo rodando los ojos, pero al oírlo decir eso se me salió una pequeña risilla que la callé al instante

—¿Es cierto lo que dice, Mía? — me preguntó Matías

—Yo... emm— volteo a ver a Max por un momento tratando de ver sus intenciones... ¿Porqué no les dijo que me vio espiandolos ? —Si... —mentí

—¿Y porque le gritaste? — preguntó Rebecca confundida

—Por que ... ya han pasado tantas cosas con él que pensé que se estaba burlando de mi o que ya se le había muerto su última neurona que le quedaba — contesté tratando de sonar segura

—Tiene sentido — contestó Matías a mi lado a lo que sonreí triunfante

—¿Eh? —Preguntó Max haciéndole mala cara a su amigo y a mi al mismo tiempo; a lo que me puse nerviosa, no quiero que de la nada se arrepienta y les cuente que estuve escuchando su triste pelea —¿Qué tiene sentido? —le preguntó a Matías con su mismo tono de enfado que siempre usa

—Bueno... ahora, íbamos a caminar un poco Matías y yo, ¿quieren venir? — preguntó Rebecca tratando de ocultar su cara divertida por la escena

—Emm... —digo, pero Max me interrumpe antes de que pueda contestar algo

—No, gracias— contestó Max —Mía y yo seguramente tenemos que hablar para resolver nuestros problemas cómo adultos

¿Qué? ¿Quién es el?

—¿Qué? ¿Es broma? —preguntó Matías divertido, mostrando su hermosa y perfecta sonrisa de siempre, pero al ver a Max serio se borró su sonrisa —¿Estás segura? — me preguntó Matías mientras miraba a Max fulminandolo con la mirada

—Yo... — ¿Que puedo hacer? No sé lo que está planeando Max, no sé porqué me ayudó esta vez, y me asusta pensar que es lo que planea; pero tampoco quiero ir con Matías y Rebecca, solamente estaría estorbando como mal tercio, además... Me dolería ver lo enamorado que está Matías por Rebecca —Si... — respondo al fin dudosa —Yo creo que lo mejor es ya hacer las paces con Max— mentí

Los pobres no se mezclan con los ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora