Capítulo 54- Pelea De Nieve

84 7 0
                                    

Y entonces recuerdo, cuando Zoraya me empujó y después me tomó del cuello de mi abrigo, lo hizo para quitarme el collar... la muy Zorra-ya lo hizo para que no me diera cuenta... cuando quiere si puede ser lista, lo malo es que no usa su cerebro para cosas que de verdad importen.

No sé si sentirme aliviada por saber donde está ahora el collar, furiosa por que me lo haya quitado u orgullosa de que ahora Carlos también le diga Zorra-ya.

-La voy a matar- digo más para mi, después de haberle contado a Max cuando es que me lo quitó.

-Dices que yo soy el impulsivo

-Así tiene que ser nuestra relación, cuando alguien esté tranquilo el otro tiene que ser el impulsivo... ¿Y cómo lo supo Matías?

-No lo sé, la señal estaba muy mal y solo alcancé a escuchar Zorra-ya... ¿Así le llamas?

-Oh si, y recuérdame en felicitar a Carlos cuando lo vea por aprenderse el nombre de Zoraya como debe

Yo solo escucho que se ríe Max haciendo que me olvide por un momento del collar

-Tu no vas a hacer nada... yo voy a hacer algo

-¿Qué?

-Por su culpa casi te quedas enterrada en la nieve, voy a hacer que pague

-Aww... Eso suena aterrador pero a la vez tierno- digo dándole un beso en la mejilla a lo que sonríe victorioso -Aunque no quiero que te metas en problemas tampoco, no hagas nada.

-Nunca me meto en problemas, son unas de las ventajas que tengo... pero no voy a hacer nada... Fuerte.

-No Max, de verdad no quiero que pasen más problemas, mejor dime que no le vas a hacer nada ¿Me lo prometes?

Se queda en silencio un minuto pero después resopla y dice:

-Lo prometo- contesta tomando mi mejilla con su suave mano y me atrae a él para darme otro beso en los labios.

...

Me despierto al sentir que alguien me acaricia el cabello, posando un mechon mío detrás de mi oreja; me despierto suavemente para después ver a Max viéndome con admiración haciendo que le regale una sonrisa tonta y sonrojada, recuerdo que nos quedamos aquí dormidos con frío, pero ahora ya no me siento tan congelada como antes, ya se fue la tormenta, el sol atraviesa por una de las ventanas de la cabaña iluminando el lugar, veo a Max a los ojos, esta luz hace que se vean mucho más claros sus ojos azules y su sonrisa más blanca.

-Buenos días- me dice Max con voz ronca adormilada a lo que mi corazón se dispara al escucharlo hablar así

-Buenos días- contesto igual de adormilada -¿Llevas mucho tiempo despierto?

-No tanto- contesta sonriéndome a lo que siento mis mejillas sonrosadas al imaginarme a Max viendo como babeaba mientras dormía

-Si lo piensas... esta es nuestra primera vez que dormimos juntos- digo sonriente

-La segunda- me corrige haciendo que lo vea extrañada

-¿Cuál fue la primera?

-Cuando nos quedamos encerrados en el centro comercial y me cuidaste porque estaba enfermo

-Cierto... Porque te quedaste esperando bajo la lluvia... tenemos que hacer algo, no podemos dejar que se convierta en tradición congelarnos.

-Tu fuiste la que casi se muere en la tormenta

-Al menos yo estaba buscando el collar, tu me estabas esperando en un lugar cuando ni siquiera te había dicho si iba a ir

-Ahora ya estamos a mano, esa vez me rescataste a mi y ayer me tocó rescatarte a ti

Los pobres no se mezclan con los ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora