Capítulo 2- La Beca

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—Es que... ¿recuerdan que me dijeron que tal vez me daban un premio por sacar tan buenas notas?— Isa y yo asentimos con la cabeza —Pues, el examen sorpresa que nos dieron, no fue solamente para ver como estábamos en la escuela; ese examen lo hicieron en todas las escuelas del país, menos en la Élite...

—Ay no, voy a terminar como la más ignorante del país— concluí

—La segunda, yo seré la primera

—Niñas, dejen terminar

—Lo siento— dijimos al unísono

—Bueno, lo hicieron en todas las escuelas publicas del país, y solo cinco personas tuvieron una nota perfecta

—¿Y una de esas personas fuiste tu?

—Si, yo fui una de esas, luego en la oficina del director me hicieron otro examen más corto, pero con tiempo limitado, y... y saqué diez de nuevo

—No me sorprende— dije orgullosa de mi amiga

—Entonces yo y las otras dos personas que también contestó bien esos dos exámenes nos quieren dar una beca del 100 por ciento en la Élite

—¡oh por Dios!—grité, la Élite es el instituto más bueno, grande y caro del país

—Osea eres como la niña más inteligente del país, en pocas palabras

—De las escuelas publicas— corrigió, tomó aire y siguió — Pero yo no estoy segura de querer aceptar esa beca

—¿Porque?— pregunté

— Por que, ustedes me conocen, no soy una persona muy abierta, sé que es una gran oportunidad, pero me sentiría como un pez fuera del agua, todos con lujos, con ropa de marca, presumiendo a sus amigos que carro del año les compraron sus papás; niñas, entiendan, esa es la escuela más cara del país, y yo soy una persona de una familia... pobre

—¿Te avergüenzas de ser cómo somos?— preguntó Isa un poco dolida

—¡No!, no, yo no... , solo... solo digo que me sentiría rara, ese no es mi ambiente, ahí tienen demasiados modales, otros pensamientos, y si me cuesta hacer amigas en estos lugares, imagínense allá

—¿Y que dijeron las  otras dos personas que también pasaron el examen?— pregunté

— También se negaron, uno tenía que trabajar porque su padre esta muy enfermo, y la otra persona era muy orgullosa y  dijo que no quería limosnas de nadie; entonces me están presionando a mi para que acepté.

—Amiga, te entendemos, nosotras también estaríamos nerviosas, pero es la Élite, es la mejor escuela del país, y nosotras nos seguiríamos viendo— la ánimo Isa

—Exacto, si a nosotras nos dieran esa oportunidad aceptaríamos, pero no somos de las más inteligentes del país

—¿Ustedes lo aceptarían?— preguntó dudosa

—¡Si!— contestamos

—¿Seguras?

—¡Si!

—¿Ese es nuestro camión?— señaló el que estaba llegando a nuestra parada, la cual nosotras todavía no habíamos llegado

—¡Si!

Corrimos hasta llegar a la parada, obviamente primero llegó Isa, la más deportista, le pidió al señor del camión que se esperara por nosotras y casi arrastrándonos llegamos al camión, le entregamos nuestro pase de camión al chófer, y nos sentamos las tres en unos asientos para dos, para poder seguir hablando

Los pobres no se mezclan con los ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora