43. Estrenando

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Después de ver cómo estaba el traje y de probármelo. Helmer y el profesor Harries me sugirieron que lo mejor sería que el equipo que ellos me estaban elaborando fuese instalado en mi departamento. Yo les dije que no era necesario, ya que podría llevarme el traje a casa y mantenerlo oculto entre mis gavetas de ropa, de todos modos, nadie vivía en mi departamento junto a mí. El profesor bromeó con que eso diciendo que eso podría suceder muy pronto y en ese momento recordé a Ángela. Mis mejillas ardieron ya que me imaginé la escena de ella despertando todas las mañanas junto a mí, aunque inmediatamente traté de alejar por el momento ese pensamiento meneando la cabeza.

El equipo después de todo, se quedaría en la mansión del profesor. Él me dijo que han estado probando varios artefactos que podrían ser agregados al traje, en caso de que funcionen correctamente.

Solamente dije que era muy buena idea.

Para cuando ya estaba en mi departamento, no estaba cansado, a pesar de que había llegado pasadas las diez. Solo tenía hambre, así que puse a calentar el último pedazo de pizza en el microondas y abrí una lata de cerveza bien fría.

Mientras la pizza se calentaba, envié un mensaje a Ángela:

«Buenas noches, Ángel»

Saqué el plato de pizza caliente del microondas, el queso estaba completamente derretido como tanto me gusta. El plato estaba hirviendo pero no me quemó los dedos.

Era una sensación extraña.

Sentir el calor y que no me queme.

Supe que tenía que acostumbrarme a nuevas sensaciones desde ahora.

Caminé hasta el sofá en donde me siento y miré hacia a un lado sin darme cuenta. Me encontré en la mirada con un estuche para ropa de color negra en donde está el traje, él estaba encima del sofá ocupando la mitad de este.

Lo miré por un largo rato, al mismo tiempo el deseo por utilizar ese traje como debía ser, me comenzaba a alterar los sentidos.

Terminé de comer la pizza, me tomé la cerveza rápidamente, miré rápidamente todo a mí alrededor y noté que la ventana que da a la calle estaba con las cortinas abiertas, me puse de pie y fui a cerrarla. Volví al sofá y me quité la camisa, al igual que las zapatillas de correr y los jeans de mezclilla. Me incliné para tomar  el estuche, bajé la cremallera del este, encontrándome con el traje de color verde esmeralda relucir contra la luz de la sala de estar.

La letra I sobresalía del escudo que el traje lleva en el pecho. Lo admiré por unos minutos y al final decidí ponérmelo.

Una vez el traje está puesto en mi cuerpo, busqué los guantes,  así como las botas, el cinturón y la máscara, los mismos los traía en una bolsa plástica  negra que puse a un lado en el piso a la par del sofá.

Me puse los guantes, se sentía extraño ya que nunca usaba guantes ni siquiera cuando nevaba. Luego me puse las botas, tampoco estaba acostumbrado, pero al menos me sentía muy cómodo con ellas. Me ajusté el cinturón y noté que la hebilla de este, tenía la misma letra I. Me coloqué la máscara. Ella cubría la parte de mi rostro, y cubría todo mi cuello. Procuré que la máscara tapara cualquier mechón rebelde de mi cabello.

No podía usar la puerta principal de mi departamento para salir, así que utilicé la ventana como en aquella ocasión cuando el banco estaba siendo asaltado.

Una vez estando afuera del departamento, corrí velozmente, hasta llegar al centro de la ciudad.

Pensé que para darme cuenta de lo que pasa en la ciudad, sería bueno subir hasta uno de los edificios más grandes de la ciudad y de ahí vería todo lo que pasaba en ella.

El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora