Ángela
Llegué a la sala de estar donde los chicos miraban los cómics en versión animada por la televisión como siempre. La verdad es que a mí, aunque yo sea mujer, es algo que al igual que ellos me encantaban. Solo que esta vez no estaba tan animada para verlos y sorprenderme de las hazañas de los superhéroes.
Mientras trataba de saborear mi postre, en la cabeza me revolvía el pensamiento de que por lo menos Neil se había disculpado, aunque sinceramente no considero que sea un crimen besar a tu amiga.
Pero a decir verdad, me inquietaba bastante saber porqué había hecho tal acción.
Nunca había visto a Neil con una novia, y menos besar a una chica, por eso me sorprendió bastante que me besara. Siempre he creído que es muy reservado en sus intereses amorosos.
Por un momento, sentí enfado por que había sido bastante atrevido por haberme besado, pero es Neil y nunca podría enojarme con él.
Y reitero: besar a alguien no es un delito, solo que se sintió raro, muy raro...
Si lo han notado, en ese momento hablaba una chica que estaba súper confundida y habla por hablar. La verdad no sé ni qué estaba pensando.
Neil regresó de la cocina y se sentó al lado de Shawn, poniendo el tazón de postre en su regazo.
— ¿Vieron como Magneto tomó a Wolverine?—preguntó Shawn ansioso.
— ¡Desgraciado!—dijo Lucas mirando la televisión atentamente.
Yo puse mi mirada en la televisión.
Los X-Men eran unos de mis programas favoritos. De hecho cuando era niña aseguraba que era Jean Grey. Hasta por un tiempo me teñí el cabello rojizo para parecerme a ella.
¡Sí que era fiebre!
Miré a Neil por el rabillo del ojo.
Era extraño, sentía que tenía que estarlo viendo y no sabía porqué. Me di cuenta de que Neil me miró por un segundo de la misma manera y vacilé tanto que miré de frente de nuevo. Con la cuchara moví mi helado de un lado a otro y volví a mirar a Neil de la misma manera que lo había hecho antes y me di cuenta que me miraba, así que él fue el que quitó la mirada ahora.
Terminamos de comer los postres así que decidí ponerme de pie y decirles a los chicos que me dieran sus tazones.
Shawn y Kyle me dieron los suyos y me fui a la cocina a lavarlos.
Mientras lavaba los trastes escuché pasos, me di la vuelta esperanzada a que fuera Neil el que entraba de nuevo, pero era Roy. ¿Por qué esperanzada?
—Yo lavo estos dos, cariño—dijo Roy caballerosamente con una fulminante sonrisa. Mi estómago se revolvió un poco mientras miraba sus ojos verdes dentelleando.
Sin ponerle mucha atención a Roy tomé los tazones y los puse debajo del fregadero.
—No, tontita—dijo Roy con una risita—. Yo los lavo—me guiñó el ojo coqueto—. Ve con los chicos en paz.
Suspiré.
—Bueno, está bien, Ro-Ro—dije rindiéndome y me devolví a la sala de estar.
Después de una hora vi que se hacía tarde, así que les avisé a los chicos que me iría a casa. Ellos como siempre me rogaron que me quedara, pero tenía miedo de cómo son mis padres, pero no tanto de mis padres, le tengo más miedo a la ciudad en la noche.
—En serio, Ángela, quédate—me rogó Lucas, pero seguía negando con la cabeza.
—Chicos, es que si se pone muy oscuro allá afuera, me da miedo—dije temblando pensando en las cosas que podían sucederme. Últimamente la ciudad estaba más peligrosa y conflictiva.
—Está bien—dijo Kyle—. Es cierto—se cruzó de brazos.
—Los quiero mucho, chicos—dije mirándolos. Sus rostros eran tan hermosos.
Me acerqué a Shawn y lo abracé, él me devolvió el abrazo y me besó en la mejilla.
—Que te vaya bien, Ángela —dijo él con una bella sonrisa.
Me acerqué a Roy y lo abracé, al igual que Shawn él me besó en la mejilla. Kyle esperó su turno y me abrazó con mucha fuerza yo fui la que le besé la mejilla. Me solté de él para ir donde Lucas, que estaba de brazos cruzados.
— ¡Aléjate de mí!—gritó él fingiendo ser melodramático—. Tú me quieres abandonar—dijo haciendo un puchero.
Entre risas para molestarlo me tiré a abrazarlo.
— ¡Loo!—le grité pero Lucas no se resistió al abrazo.
—Te quiero mucho hermanita—dijo él y me besó la mejilla. Reí mirando la chistosa cara de Lucas. Lo solté y ahora me quedaba despedirme de Neil.
Al tenerlo al frente vacilé por un instante si despedirme de él como lo había hecho con los chicos. Pero debía o sino se iba a resentir conmigo de por vida. Así que lo abracé y él me abrazó fuertemente, lo cual no es nada anormal, ya que él es el que da los abrazos de oso más extraordinarios del mundo. Él se separó de mí y me dio un beso —que extrañamente lo sentí tan dulce—, en la mejilla.
Me despedí de los chicos con un meneo de mano antes de salir por la puerta del departamento de Neil.
Mientras caminaba por las calles oscuras, mi cuerpo temblaba de miedo aunque también podía ser por el frío casi invernal de la noche.
Hasta hace poco escuché en las noticias que se ha venido una ola de asaltos y en por lo menos en dos de ellos, se convirtieron en asesinatos.
Así que apresuré el paso lo más rápido que pude, mientras a la vez intentaba ocultar mi bolso con mi abrigo para que no fuera un punto muy tentador para los asaltantes.
Caminé con los nervios de punta por dos cuadras más, con el paso más rápido que podían dar mis pies. Fue hasta llegar a mi casa en donde suspiré aliviada.
ESTÁS LEYENDO
El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎
ActionNadie sabe lo que él ha vivido. Nadie sabe lo que él siente por su mejor amiga. Nadie sabe lo que a él le pasará que cambiará su vida. Nadie sabe que él es el famoso "Héroe de Londres", ya que mantiene oculta esa parte de él. Esta es la vida de un...