32. Pequeñas mentiras

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Entré al comedor, encontrándome con Louis y Ángela allí, ambos estaban sentados juntos, mientras ella —como no era raro— comiendo un sándwich, y Louis solo hablaba de algo seriamente—cosa entraña en él.

Me acerqué a ellos, sin ni una sola pizca de celos en mí. Es más, era la primera vez hacía años que veía a Louis como mi hermano y no como un posible rival. Cosa que a mí mismo me parecía absurdo pensar cada vez que alguno de los chicos se le acercaba a Ángela.

—    ¡Hola!—saludé en un tono jovial. De hecho, sentía que no era mi voz la que estuviese saliendo de mí.

—Hola Nialler—saludó Louis volteándose de inmediato y extendiendo su mano para estrecharla con la mía.

Ángela solamente me miró con una sonrisa. En sus mejillas podía apreciar cierto rubor que la hacía verse más adorable.

Le devolví una sonrisa amablemente y me acerqué a su mejilla para darle un beso, para luego sentarme a un lado de ella.

— ¿Qué demonios estuviste haciendo ayer, Nialler?—cuestionó Louis con el ceño levemente fruncido—Te llamé un par de veces.

— ¿Por qué? No recibí ninguna llamada.

—Liam también te llamó—informó él—. Para preguntarte qué te habías hecho, desde el almuerzo no te vimos más.

Ángela sonrió levemente para luego darle una mordida a su sándwich nuevamente, para así ocultar el rubor de su rostro.

—Me escapé—dije con una leve sonrisa.

— ¿No será mejor dicho, «se escaparon»?

Al escucharlo, Ángela casi escupe lo que estaba masticando.

Louis armó las piezas y nos había encontrado con las manos en la masa.

—Par de mentirosos—gruñó—. ¿Ustedes creen que no me di cuenta?

Ángela y yo nos miramos. Una sonrisa de complicidad se formó en nuestros rostros.

— ¿Qué andaban haciendo? —Louis enarcó una ceja— ¿Usaron condón?

Ángela se puso roja y entornara los ojos  con esa pregunta.

—No—reí— ¿Qué demonios te pasa por la cabeza Louis?—cuestioné ahora—. Lo que pasa es que ayer Ángela tuvo unos problemas, la encontré llorando donde ella siempre suele ir y la busqué porque supe que no se había ido a su casa de una sola vez.

— ¿Estuviste llorando?—preguntó Louis ahora a Ángela. Ella asintió.

— ¿A quién debo de matar?

Ángela rió.

—Ya sabes—dijo ella—. A veces las chicas no se sienten bien anímicamente y lloramos.

—Mmm ya—dijo Louis—. No sabía, lo siento.

—No te preocupes—ella le sonrió.

—A veces soy un tonto—masculló con pena Louis.

—No, claro que no lo eres Louis—dijimos Ángela y yo al mismo tiempo.

— ¿Y ese milagro que los demás no vienen aquí? —preguntó Ángela mirando a todos lados.

—Deben de estar hablando del Héroe de Londres—dijo Louis con aire burlón en su voz, como siempre es típico en él—. Ayer Liam me obligó a cambiar de canal mientras veía un partido para ver el reportaje de que el héroe ese tal había salvado a una anciana en un incendio.

El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora