Tenía un plan.
Saldría por la ventana.
Pero tenía un gran problema.
Si iba a enfrentarme con esos asaltantes así, los policías me descubrirían, así que debía de ingeniármelas para que ellos no supieran quién soy.
Me quité la camiseta blanca que llevaba puesta y me puse la primera camiseta que vi, era una del equipo de fútbol de Irlanda. Tomé un gorro de lana en mi cabeza de color azul, tratando de ocultar mi cabello en él y me coloqué un abrigo de color gris encima.
Estaba por abrir la ventana de mi habitación, cuando recordé que de alguna manera debía de esconder un poco mi rostro o por lo menos mis ojos, así que tomé mis anteojos para el sol que tenía encima del escritorio y los metí en mi bolsillo.
Abrí la ventana, tratando de no hacer ruido y salí por ella.
Hacía algo de frío, pero tenía que ponerme a correr si pretendía llegar a tiempo antes de que explotara el banco.
Conté una, dos y tres, echando a correr lo más rápido que pude, llegué un minuto después al frente del banco, a tan solo unos metros de dónde se encontraban muchas patrullas con sus luces encendidas, muchos policías sosteniendo armas tomando las mismas patrullas como fuerte para protección ante un posible intercambio de balas.
«Toda la cuadra del banco debe estar rodeada por los policías», pensé cuando por mi mente pasó la idea de tratar de entrar por las puertas de atrás al banco.
Aunque también pensé que si buscaba una puerta o alguna ventana donde no esté custodiada por los policías por esa misma podría entrar.
Lejos de los mismos policías y reporteros, observé con atención cada rincón del edificio del banco, pero al no encontrar ninguna posible entrada, opté por hacer algo muy arriesgado.
Cerré mis ojos, meditando por unos segundos lo que estaba a punto de hacer. Volví a abrir los ojos y de mi bolsillo tomé los anteojos de sol para ponérmelos, conté de nuevo de uno a tres, echándome a correr otra vez, lo más rápido posible. En segundos, sentí un fuerte impacto frente a mí, pero la puerta de metal con que había chocado se desvaneció de inmediato. Miré hacia atrás absorto por unos segundos hacia aquella puerta con gran orificio de mi tamaño en ella. Volteé al frente y vi a los secuestradores encañonándome con sus armas, con sus miradas exasperadas hacia a mi. Muchos de los rehenes gemían asustados mientras estaban boca abajo en el piso.
— ¿Podrían bajar sus armas?—les pedí con amabilidad pero a la vez con firmeza, tratando de que mi voz no se quebrara.
— ¿Quién demonios eres?—preguntó uno mientras me encañonaba.
Todos los secuestradores tenían pasamontañas negros, guantes, armas de alto calibre y chalecos anti balas. Si quería que desistieran de su asalto debía de ser ingenioso, esto no iba a ser nada fácil.
— ¿Cómo entró?—preguntó otro.
— ¿Quién te crees?—dijo otro con voz afilada y rió.
Me abalancé a ellos rápidamente. Estos hombres no eran de palabras. Entre más palabras, más daño podían hacer a los rehenes. Los dejé desorientados por un instante cuando di mi primer golpe a uno de los secuestradores. Este cayó inconciente al piso, tomé su arma y la estrujé en mis manos con fuerza. Increíblemente esta se torció arruinándose por completo y la tiré.
Un secuestrador aterrado comenzó a disparar. ¡Oh no! Eso era malo. Podía herir a alguna persona. Otro secuestrador mientras tanto, agrupaba a todos los rehenes en una esquina para tenerlos sometidos.
Rápidamente me acerqué al que disparaba y lo golpeé, voló por los aires y golpeó contra una pared. Me acerqué a él para destruir su arma con el pie.
Otro en ese momento, me tomó del cuello para tratar de ahorcarme. Lo tomé de los brazos y lo tiré hacia delante chocando también contra la pared.
En eso escuché un disparo y mi corazón se detuvo.
Me volteé para ver el secuestrador que tenía a las personas secuestradas. Este había disparado era el que había disparado. Miré hacia los rehenes que lloraban y gemían de horror.
—Si te mueves, disparo—dijo apuntando a una mujer a la cabeza. La chica tenía su maquillaje totalmente corrido de tanto llorar, vestía como ejecutiva, debía de ser empleada del banco.
— ¡Déjalos ir!—dije quedándome estático donde estaba.
— Nunca—escupió.
— ¡Por favor!—dije quedamente.
El tipo pareció pensativo un segundo.
— ¡Váyanse!—gritó a los rehenes, pero no bajó el arma que apuntaba la cabeza de la mujer— ¡Lárguense todos!
Los rehenes horrorizados salieron corriendo del banco por el agujero que hice al entrar.
— ¡Ella también!—grité.
— ¡No! —dijo jalándola de un brazo y poniéndola enfrente de él—. Ella es mi trato.
— ¿Tu trato?—dije sin comprender.
— ¡Escucha! Tú déjame irme, ayúdame a escapar y la dejo viva y libre a ella—dijo y besó su frente. Sentí un remolino en mi estómago al ver la expresión de asco y terror de la mujer.
— ¡Está bien! —dije rápidamente. La chica seguía llorando, sus llantos me carcomían.
— Buen chico—dijo estirando un brazo hacia el suelo donde estaba el motín, tomándolo con su mano. Era un maletín algo grande y se veía pesado. Caminó para atrás aún con la chica sujeta con su pistola en la cabeza.
Levanté mis manos en son de paz y este siguió caminando hacia la puerta, yo lo seguía para que sintiera protección, pero cuando ya estaba cerca, muy rápidamente y sin que lo notara, me coloqué atrás de él, tomé su brazo que sostenía el arma y lo torcí en su espalda, haciéndolo chillar de dolor para así soltar el arma y esta caer al suelo, por dicha, no se disparó. Golpeé sus piernas y este cayó de rodillas chillando de dolor.
La chica quedó impactada por mi rápido movimiento. Ella quedó ahí parada expectante mientras yo lo sometía con mi fuerza.
Levanté mi mirada a la mujer para saber si estaba bien. Ella me miró a los ojos y se abalanzó a abrazarme. Me quedé estático al sentir una humedad en mis labios. Mis manos ya no sostenían al secuestrador y me asusté bastante, hasta que vi que los policías se lo llevaban esposado y entraban al banco por los demás asaltantes. Ahí me di cuenta de que ya no traía mis anteojos para el sol.
— Gracias—dijo la mujer en un suspiro.
Solamente asentí y eché a correr de nuevo, asustado. Con terror a que me descubrieran.
---------------------------------
¡Uy! cuando ______ se entere que esa mujer lo besó se va a poner celosa...
Bueno, ¿qué les pareció el capítulo?
Si les gustó, por favor, voten y comenten, así me lo harían saber de que sí les gustó.
Las amo. Gracias
Cualquier duda les dejo mi ask: @Feelin_aliveJB
Las amo ♥
ESTÁS LEYENDO
El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎
ActionNadie sabe lo que él ha vivido. Nadie sabe lo que él siente por su mejor amiga. Nadie sabe lo que a él le pasará que cambiará su vida. Nadie sabe que él es el famoso "Héroe de Londres", ya que mantiene oculta esa parte de él. Esta es la vida de un...