Niall
Me desperté con los rayos del sol iluminando mi rostro que ya se estaba empezando a sentir caliente y resultaba ser molesto estar un minuto más en esa posición.
Abrí los ojos, no obstante me mareé mucho. Me sentí como si todo me diera vueltas, así que preferí volverlos a cerrar, para abrirlos esta vez, con más delicadeza. Me molestaba la claridad del día. Era como una masa luminosa que me abrumaba y sofocaba, como si me estuvieran colocando una bolsa sobre mi cuerpo. Me sentía mal, bastante mal. Aunque realmente no sabía por qué.
Traté de sentarme, pero un dolor increíble de cabeza atacó, pasé una mano por mi cabellera mientras con dificultad me sentaba.
¡Qué terrible jaqueca!
Nunca más volveré a beber como lo hice la noche anterior, me dije a mí mismo hasta que....
Con la mano que tenía puesta para sostenerme me di cuenta de que estaba en un suelo de cemento. Las piedritas del mismo, se me enterraron en las palmas de las manos provocando un pequeño y punzante dolor.
También un fuerte olor a basura y a desperdicios que no quiero pensar qué son llegaron a mi sentido olfativo.
¿Acaso me encuentro en un basurero?, me pregunté para mis adentros.
Luchando contra el fuerte dolor de cabeza, volví a abrir los ojos. Ya me sentía preparado para hacerlo de una vez por todas para descubrir en donde diablos estaba.
Parpadeé varias veces hasta ajustar mi vista a la claridad y ahí fue cuando noté que estaba en el callejón de donde habían salido esos tipos que me habían atacado ayer en la noche, solo que esta vez estaba tirado a la par de un gran estañón de basura...
¡¿Un momento?!
Ayer me asaltaron tres hombres, que de los cuales uno de ellos me disparó con una arma de fuego. O eso es lo que recuerdo...
De inmediato y con todos mis dolores de cuerpo, me incliné un poco con tal de mirar mi costado. Tenía la camisa y el abrigo con una gran mancha de sangre coagulada que hacía que ambas prendas se sintieran como una lija. Sin embargo, lo que más me sorprendió fue ver el gran agujero que yacía a la altura de mi ombligo. Exactamente, el mismo lugar donde recibí el disparo.
Sin podérmelo creer, me toqué varias veces la zona que podría jurar haber sido lastimada, buscando alguna señal o indicio de que aquello en realidad sí pasó. Aún más sorprendido, doy varios apretones para sesionarme. No me duele y es como si en realidad nada, absolutamente nada hubiera atravesado mi piel.
La duda de que me hayan asaltado ayer fuera real o quizás alguna alucinación producida por mi mente y el alcohol me pasa por la mente.
Pero no. El indicio está muy claro. Esa sangre en mis ropas ha sido mía.
Medité varios minutos, aun sentado sin importarme el tremendo olor a peste que emanaba del basurero. No podía creer que había sido herido por una bala y de la noche a la mañana ya no estaba herido. Hasta creí que debía de estar muerto, pero no lo estaba.
Con dificultad intenté ponerme en pie, pero gracias a una cáscara podrida de alguna fruta extraña me hizo resbalar el pie hacia atrás cayendo de rodillas nuevamente. Con mi zapato, di un puntazo para tirarlo a alguna parte y logré pararme.
Me dolía todo el cuerpo. Me sentía como si un camión me hubiera atropellado y arrastrado por un buen trayecto de autopista. La lesión de mi rodilla me dolía bastante y profundamente, como si se hubiera agrietado de nuevo la rótula de ella. A decir verdad, me habían pateado mucho la noche anterior y era muy lógico que ahora me doliera todo. Aunque de eso realmente me tenía sin cuidado, ya que estar vivo me reconfortaba. No es nadie el que ha recibido un disparo mortal de bala en el estómago, tiene una hemorragia y al día siguiente sana inexplicablemente, apareciendo únicamente con la ropa manchada.
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El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎
ActionNadie sabe lo que él ha vivido. Nadie sabe lo que él siente por su mejor amiga. Nadie sabe lo que a él le pasará que cambiará su vida. Nadie sabe que él es el famoso "Héroe de Londres", ya que mantiene oculta esa parte de él. Esta es la vida de un...