28. En las nubes

1.7K 129 29
                                    

 

Niall POV

 

Mientras caminaba de vuelta casa, mi mente no se hallaba en mi cuerpo. Estaba seguramente en la Luna, pero no me interesaba nada, estaba pensando en Ángela.

No podía quitarme esa sonrisa de idiota de mi cara. Me sentía el chico más feliz del mundo.

La chica que amo me corresponde.

Lo sé, lo vi en su mirada.

En eso, mientras iba en mi mundo caminando el bolsillo de mi pantalón empezó a moverse y a cosquillear mi pierna.

Reaccioné y metí la mano en mi bolsillo para sacar mi celular. Revisé la pantalla y era el profesor Harries.

Contesté la llamada y me puse el auricular en mi oído.

— ¡Horan!—dijo este jadeante. Fruncí el ceño al escuchar su voz—. Hasta ahora me contestas.

— ¿Qué sucedió? —pregunté preocupado.

— Te he llamado, más de cuatro veces y no contestabas, en fin—suspiró—, llamaba para preguntar si cuando tuviste tu reacción a los rayos Omega sentiste mucho cosquilleo en tu piel o dentro de ti.

—Mmm—gemí pensativo—. No—contesté—. Sólo me dormí después de sentirme muy mal.

—Mmm, ya—dijo el profesor.

—Ok—dije distraído, porque había cruzado por mi mente Ángela de nuevo sacándome un suspiro. Yo seguía caminando tranquilamente como si el tiempo no pasara. 

— ¿Niall?—preguntó el profesor.

— ¿Ajá?

— ¿Te encuentras bien?

—Sí—afirmé—. ¿Por qué?

—Te escucho distraído.

—Aaah—volví a decir.

— ¿Es tu novia?

— ¿Ángela?—pregunté extrañado—. No ella no es mi novia—hablé rápidamente.

—Oh—dijo el profesor—. Creí que lo era por como se miran—dijo y yo me sorprendí.

— ¿Ah?

¿Cómo el profesor sabía de ella?

Bueno, pues claro, el profesor Harries había estado vigilándome por una semana. Y también él fue mi profesor de Química.

Pero… ¿Tanto se notaba que me gusta ella?

—Igual no es tema de mi incumbencia, lo siento.

—No, no se preocupe—dije con aire tranquilo—. No me molesta.

—Bueno—resopló—. Helmer pasará por ti a las seis de la tarde, el auto negro estará una cuadra antes a la derecha de tu casa—dijo finalizando pero lo interrumpí.

— ¿Para qué?

— ¿No recuerdas lo que hablamos al medio día?

—Aaah sí, sí, lo siento—dije mientras me frotaba la frente. ¡Dios qué me pasaba!

—Bien—dijo finalmente y colgó.

Seguí caminando tranquilamente a casa, antes de meter mi celular de vuelta al bolsillo, me fijé en la hora. Las 2:45 p.m. Tenía más de tres horas para estar en mi casa tranquilo, así que seguí con mi caminar pausado, pensando en todo lo que había ocurrido hoy.

El Chico Detrás del Superhéroe | COMPLETA ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora