49.Presentandote mi realidad

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Rafael. 

El día había pasado largo, Hani me había logrado conseguir un trabajo en un despacho donde me encontraba como asistente de una abogada con extra de trabajo, mientras no había terminado algo ya tenia dos más, era correr de lado a lado así que era feliz. Todos habíamos acordado sin siquiera comentarlo el ir a cenar todas las noches a casa de Chris, nos habíamos vuelto grandes amigos y su comida era la mejor así que aprovechábamos su nobleza. 

Al llegar solo faltaba Hani, Kile, Zelinda y Leticia, a lo que respondieron que no podrían llegar a cenar y que esperaban los perdonáramos. Había escuchado poco pero entendía que hoy Hani le diría a sus padres que era gay que tenia una relación romántica con Chris, que Leticia era hija ilegitima de su padre y que Kile tenia un secreto el cual ese si no se cual era en realidad. 

Comimos entre bromas, escuchamos como Henry contaba sobre como Chris aprendió a cocinar y a recoger las verduras que servirían para la comida, también conocimos como los padres de los Hale tenían una preferencia demasiado grande por el menor de los Córdoba y como esto había causado problemas cuando se refería a Henry intentando compartir sus dulces con su hermano mayor.

Terminamos con la broma de cuando se comenzarían a hacer los cambios en la casa para agrandarla y vivir todos juntos, nos reímos cuando Henry solo respondió que la casa era muy pequeña para recibir a tanta gente a vivir. 

Nos subimos al carro y me recosté pensando como mi hermana ahora un poco mas grande era una adolescente con grandes problemas emocionales, nunca hablaba y si lo hacia solo era para cosas importantes, nunca dejaba que la tocara ni siquiera si era solo para un abrazo, nuestra madre aunque seguía tomando intentaba velar por ella y era otra persona la cual tenia totalmente prohibido tocarla.  Voltee para ver a Héctor que tenia un paleta en su boca, sonreí y me senté de manera correcta antes de quitarle la paleta de sus labios y ahora comérmela.

- Baby, llévame a casa hoy ¿Si? Me siento cansado, es super emocionante trabajar, pero me siento desfallecer - me sonrió para sobar mi cabello y mover la dirección a la que íbamos, habíamos acostumbrado ir a su casa y de ahí tomar un taxi a mi casa, pero había algo que quería terminar y lo haría junto a él.

Mi casa no estaba muy alejada así que llegamos pronto, planeaba besarme para despedirse pero antes de hacerlo baje del carro, caminando a su puerta donde me veía con sorpresa. Salió dubitativo,  sonreí y tome su mano antes de caminar a la puerta de mi casa donde saque una pequeña llave con llavero de conejo, sentía que me temblaban las piernas pero al mismo tiempo me encontraba realmente feliz. Entramos y pasamos por un pasillo pintado de color verde moho, el cual siempre odie y eso jamás cambiaria, llegamos a la pequeña sala comedor donde encontré a mi madre viendo una serie de cocina. 

- Buenas noches - volteo a vernos y sonrió, antes de apagar la televisión - el es Héctor.  

- Mucho gusto, lamento tanto que venga a encontrar mi casa de manera tan desordenada - se retoco un poco el cabello caoba y con el pie empujo una botella de cerveza vacía la cual por la mirada de Héctor si llego a notar - es la primera vez que mi Orlando trae a un amigo a casa. 

- Mamá - me mostro una sonrisa y sabía que quizás algo cambiaria - Héctor es mi novio, soy gay, y quería que tu como Mariza supieran sobre mi pareja.

La sonrisa se borro y una mirada de molestia se mostro, imaginaba que eso pasaría, pero tenia la leve esperanza que no fuera real. Cerré mis ojos cuando note como caminaba de mirada apresurada a mi, sentí mi mejilla calentarse bajo su mano y sus gritos retumbando en mis oídos. apreté entre mi mano la de Héctor el cual de un leve tirón me había abrazado, escuche como pedía que fuera por mis cosas, siempre las tuve dentro de una maleta al saber que esto alguna vez sucedería. Tome nuevamente su mano y aun escuchando los gritos de mi madre camine a mi habitación encontrando a mi pequeña hermana, sin quererme acercar a ella para que no comenzara a gritar tome mi maleta y el maletín donde se encontraba mi computadora. 

Voltee para caminar nuevamente a la entrada, cuando sentí agarrada mi cintura a mi pequeña hermana que lloraba, mi madre entro a la habitación para seguir gritando sobre como jamás tendría a un hijo "maricón" que aceptaba que le dieran por el culo. 

- ¡Por favor no me dejes! - su voz era la de una niña, de esa pequeña niña de 11 años que ahora tenia entre mis brazos nuevamente, la niña que tanto extrañaba.

- Sabes que, basta - sin soltar a mi hermana voltee a ver a mi madre que se mostraba roja de rabia - acepte que siguiéramos viviendo juntos con la esperanza que Mariza volviera a hablar o tratar con nosotros si tu estabas, pero basta de esto, si soy gay, si me gusta y me encanta que este hombre me la meta y me haga correr solo por escuchar su voz - me sonroje al notar como Héctor tomaba a mi hermana entre sus brazos saliendo de la habitación junto a mi maleta - la custodia de Mariza es mía y lo sabes perfectamente, los abogados, jueces, hogar de niños, etc de cosas saben que soy gay y sabes, no les importo. Me la llevaré y espero tu algún día cambies y notes que por borracha y drogadicta has perdido a tu familia.  

Tome nuevamente el maletín de mi computadora y pase por su lado, camine a la habitación de Mariza, pero en esta no se encontraba nada, me sorprendí y camine a la salida donde pude verla junto a mi novio y su pequeña maleta rosa. 

- Siempre vi que tus cosas estaban en una maleta y quise hacer siempre la mía, si tu vas a algún lugar yo también iré - se escondía detrás de Héctor al cual parecía haber tomado cariño de manera apresurada y le sobe su cabello rojizo para levantarme y besar de manera pequeña a mi novio el cual se sonrojo a ver nuevamente a Mariza la cual solo sonreía - si el es tu pareja, significa que es lindo y el no me hará nada ¿verdad?

- Mas que cosquillas, no cariño - Héctor camino a la parte trasera del carro para abrir la puerta y darle paso a mi hermana que entro con pequeños brincos - ¿vas junto a ella?

- No, iré junto a ti - subí al maletero las dos maletas y el maletín, mientras Héctor encendía el carro y mi hermana hablaba más de lo que había hecho por cuatro años, subí a mi lado y me despedí con la mirada a la casa donde crecí por tantos años, esto era lo mejor aunque si lo pensaba de manera serena no sabía a donde iríamos en realidad - Baby, necesito que me ayudes a buscar un apartamento de dos habitaciones, lo lamento. 

- Bunny, relájate ¿si? en mi casa hay una habitación extra, en ella podemos acomodar a Mariza mientras encontramos otro lugar mas acogedor - el semáforo se colocaba en rojo así que abrazo sin problema, antes de darme un pequeño beso y seguir su mirada hacía la carretera - estaremos por un tiempo junto a mis padres pero mi área es un poco privada, por favor, confía en mi y yo daré todo por ti. 

Tome su mano y sonreí, antes de voltear un poco para ver a mi hermana y notar que ya había caído dormida junto a la chamarra lavada que siempre Héctor cargaba en el carro.

- Gracias por aceptarme con mi realidad, te amo, baby.

- Te amo y jamás lo dudes, con todo y todo.

Solo Dame Más! (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora