36. Mi camino

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Alguna vez han escuchado una canción tan energética, llena de emoción, movimientos, cambios de ritmos tan drásticos pero que puede quitar tu día gris para volverlo color arcoiris; eso sentía que estaba viviendo en ese momento, emoción, movimientos imprevistos y una emoción que me había llevado a sonreír en medio de un beso tan apasionado.

De cierto modo acaba de alcanzar un nuevo nivel de felicidad y anhelo de lo que pronto seria posiblemente mi vida.

Sus labios se había vuelto una cantidad infinita de miel deslizándose por mi labios, reafirmando que esto no era un sueño en el que solo lograba buscar con manos desesperadas aferrarme a el y a lo que el llegaba a ofrecerme.

Sus manos suavemente se deslizaron por mi cintura sacándome de mi asiento para poder estar todavía más cerca, el aire podía ser un impedimento pero entre jadeos luchabamos por no separarnos, esto se volvía a cada segundo una droga la cual no queríamos soltar.

El golpe sordo que se escuchó a nuestro costado nos anuncio que las cosas se nos estaban llendo de las manos y no estamos tan privados como para proseguir esta sensación de satisfacción entre nuestras manos.

- Contigo está mi camino - su voz susurrante sobre mis labios logro que abriera mis ojos para verlo y notar como su mirada brillaba de lujuria o tal vez de algo más.

- Contigo mi eternidad, te ruego solo una oportunidad - sus brazos me apresaron todavía más a su cuerpo en un abrazo candente de deseos y amor.

No importaba que tantos sonidos alborotadores se comenzaban a escuchar a nuestro alrededor, la burbuja seguía ahí, encerrandonos en una felicidad inexplicable.

- No se tu, pero yo no tenía conocimiento de que estos se llevaban querido meter mano.

- Era más que obvio, no habías notado esas miradas que se pasan a cada momento.

Tal vez si había algo que podía romper la burbuja más perfecta de este mundo; las nuevas voces hicieron que diéramos un paso atrás cada uno tratando de mantener una distancia pero tampoco tan larga como para no sentir nuestro calor.

- oh, por favor! Se han besado frente a toda una clase y se avergüenzan de nosotros - voltee para notar a Leticia la cual mantenía su celular apuntando a nosotros, lo cual implicaba una foto o un vídeo.

Mire nuevamente a Hani para notar su sonrojo y una sonrisa furtiva la cual traba de ocultar bajo su mano, mirando a sus hermanos los cuales parecían llevar ahí desde hace un largo rato. La clase se encontraba en silencio, nadie se había movido aún pero existían muchas preguntas en sus miradas y sin importarme nada más camine a nuestro profesor para abrazarme nuevamente a él.

Esperaba ser rechazado o tal vez alejado pero solo logré sentir como sus brazos me aprezaban nuevamente a su lado, de cierto modo sentía que este era mi lugar.

- ¿Ya son novios y no planeaban comentarme? Que mal amigo y que mal hermano llegó a tener - Kile era casi siempre de comentarios extraños pero este nos dejó un poco mal colocados al notar que lo nuestro no llegaba a tener un nombre y aún así no queríamos pensar en eso ahora.

Note como Leticia solo sonreía observando a Kile, era su hermano menor e imagino quería gritarlo, expresar que si tenía sentimientos hacia él.

- ¡Profesor Hale! ¿Porque con el?

- ¿Estará ciego?

- ¡Que malos gustos!

- Yo también quiero ser abrazada~

- ¿Será que besa bien y por eso salen?

- Para mi que cogen y por eso salen, yo no le encuentro belleza a ese adefesio.

- ¡Oye! Nadie sale solo por coger, a ti te cogen y nadie quiere salir contigo.

Tantos comentarios y todos me causaban gracia, en un pasado me hubiera sentido ofendido, pero ahora algo había cambiado.

¡Alguien me quería! No tuve que tener relaciones con alguien para sentir un abrazo, no tuve que ser ultrajado para recibir una caricia, no tuve que llorar para ser visto por alguien con una gran mirada de amor. Mirando a Hani pude notarlo, esto era lo que me faltaba; no dinero, no relaciones, no una mansión, tan solo él.

- Te quiero - sin que lo pensara esas palabras ya habían salido, dejando un sentimiento de calidad a nuestro alrededor.

- Yo también a ti - esas simples palabras calaron a mi alma, hasta lo más profundo de mi ser, donde pude imaginar cómo sería todo desde ahora - ¿Serías mío? ¿Tan sólo mío?

Asentí con efusión, dejándome llevar por la calidad juntando nuevamente nuestros labios enredando mis manos en su cabello atrayendolo a mi, dejando que lo demás del mundo se fuera a espantar moscas y comer perdices.

- Profesor Hale ¿No está prohibido salir con alumnos de esta prestigiosa institución?

En muchas ocasiones los comentarios los comentarios pueden arruinar los momentos más interesante de esta historia. Separandonos nuevamente di un casto beso en su mejilla empujandolo un poco para que caminara a su escritorio y ahora después de un gran espectáculo recibir nuestra aclamada clase. Mientras él se alejaba cada vez más su sonrisa no se perdía y sus hermanos se sentaban a cada lado mío, sonriendo como si guardaran el mayor de los secretos.

- Señorita Ortega, las reglas de esta institución dice y recitó "regla 18.4 se encuentra prohibido tener relaciones amorosas, sexuales o amistosas entre un maestro y una ALUMNA, como de igual modo entre una maestra y un ALUMNO, por razones de mantener nuestra institución sin repercusión como lo serían embarazo, suicidios, abortos, etc." - su voz se encontraba sería, ronca y suave en ambas maneras, pero sin importar eso aún su sonrisa no desaparecía - así que no me encuentro rompiendo ninguna regla, el señor Córdoba es mi pareja.

Puedo asegurar que me encontraba flotando entre nubes y cantidades de algodón de azúcar en un mar de dulces ácidos, sin fecha ni hora de aterrizaje de este hermoso sueño.

Solo Dame Más! (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora