41. Una relación escondida

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Héctor.

Luego de lo sucedido en el Mall nos tocó salir hacia el bosque debido a que Chris se había desmayado, más debido a que la seguridad nos pidió que nos retiraramos antes de provocar más alborotos. Los del lugar me conocían debido que habíamos hecho trabajos para ellos pero entendía que no querían perder clientes debido a los problemas de otros. Nos habíamos repartido en los tres carros llendo Hani y Chris en uno, Kile, Leticia y Zelinda en otro, mientras que en el mío iba el metido de Rafael el cual nos había seguido hasta el estacionamiento alegando querer hablar con Chris cuando esté despertara.

- Necesitamos hablar, Héctor, las cosas no quedaron cerradas y tu lo sabes.

- Cállate, te llevo solo porque pediste hablar con Chris no porque quiera mantener una conversación contigo.

Su cabello estaba un poco más largo de la última vez que lo pude ver, ahora podía tapar su mirada azulada la cual veía con atención el tablero del vehículo donde tenía todo tipo de empaques vacíos de dulces y golosinas, no me gustaba mucho el tener que comer en casa así que siempre compraba algo del supermercado dejando los empaques regados por todo el vehículo.

Solo comía comida casera de dos personas y no planeaba volver a comer la de uno de ellos, todo se había caído por la borda, intenté que se arreglaran pero él no aceptó.

- ¿Como conociste a Chris?

- Nunca te lo contó - prefirió no voltear a verme pero imaginaba que no había sido como grandes amigos - lo conocí cuando éramos niños, cuando sufría de problemas alimenticios ¿Recuerdas? ¿Te recuerdas aquella medicina que ingería con tal adelgazar? Bueno, yo le estuve dando de esas por un tiempo luego de haberlo llamado gordo. Aunque desde pequeño es bastante delgado y con un buen cuerpo, pero me desagrada que él se viera mejor que yo. Luego de que el estuviera tomando esas cosas resulto estando en el hospital y me di cuenta de lo que había hecho entonces no me volví a acercar a el y fue cuando también deje de tomar esas cosas.

- Siempre tuviste que hacer daño a cada lado en el que estabas ¿No?

Preferí estacionar en una parte escondida del bosque para poder tener la conversación que Rafael tanto había pedido, no podía seguir más tiempo con todo esto por encima, me gustaba al fin alguien y no quería siempre estar con su recuerdo.

- ¡Las cosas no estaban bien! - su voz se alzó dando a entender su punto de vista - acaba de perder a mi padre, Héctor, mi madre es una borracha y me sentía solo. No me puedes culpar a mi de todo lo que pasó.

- ¡No te culpo a ti de todo! Te pedí que lo intentaremos, que no dejáramos lo que teníamos y lo único que hiciste fue irte de esta estúpida ciudad de mierda; no te culpo por lo que pasó, te culpo por darte por vencido.

- Héctor acaban de violar a mi hermana ¡una pequeña niña! Y fue mi culpa, yo permití que el entrará a mi casa esa noche, yo permití que se quedará a dormir mientras yo salía a buscar a mi madre a las calles - sus puños comenzaban a volverse blancos, al tener que recordar lo que sucedió hace cuatro años atrás donde lo nuestro dio por terminado.

- Te había dicho que me tuvieras confianza, que cuando pasará eso me llamaras a mi y no a tus "amiguitos". Nunca me tuviste la suficiente confianza para presentarme a tu familia, a tus padres a tu hermana, estuvimos escondidos como si estuviéramos haciendo algo malo, nos queríamos, verga que tenía eso de malo ¿Dime, que tenía eso de malo?

- Te tenía confianza, te amaba, eras mi vida, pero no quería que conocieras a esa tonta familia disfuncional donde mi padre violaba a mi madre, ella desaparecía por semanas en su borrachera y mi hermana era tan pequeña, lloraba tanto que a veces ni yo la soportaba. Quería que me amarás y no me dejaras por esa estúpida familia, te quería a ti, solo a ti. Planeaba que cuando cumpliera mis 18 tendría mi primera vez contigo, era mi sueño.

- ¿Entonces porque? ¿Porque no luchaste? ¿Que fue tan malo que te rendiste?

- Te enteraste de lo que había sucedido, creía que solo seguirías conmigo por pena y no porque realmente así lo quisieras; ahora se que no era así.

El silencio reino entre nosotros, no sabía cómo proseguir la conversación, había sido 4 años de relación entre nosotros y ahora aquí estábamos hablando nuevamente de lo que alguna vez.

Nos habíamos conocido desde muy pequeños en la guardería a la cual nos mandaban nuestros padres, siguió nuestra amistad por ocho años para llegar a nuestro primer beso a los once años, nos encontrábamos viendo Blancanieves cuando pensamos ¿Como será besar? Al notar como nos había gustado tanto ese beso nos hicimos pareja con la promesa de que nunca besariamos a alguien más que no fuéramos nosotros. La relación nunca paso de eso, besos, citas, regalos, paseos de la mano y sesiones de besos en mi habitación.

Claro, hasta que llegó el trágico día donde todo lo que habíamos formado se cayó por la borda para lo que tenía entendido jamás regresar.

- Desde hace dos años he querido hablar contigo, imagino nunca quisiste hablar porque ya conseguiste otra pareja pero realmente quería que dejáramos las cosas en claro.

- No tengo pareja, simplemente no quería hablar.

- Lo entiendo ¿Las cosas nunca volverán a ser como antes, verdad?

La duda rondaba por mi mente a una velocidad sorprendente, realmente lo había amado, quería que siempre estuviéramos juntos pero las cosas habían cambiado. Solo que ¿que tanto cambiaron? Por dos años todavía soñaba con su regreso, soñaba que volvería y haríamos como si nada hubiera sucedido. Luego conocí a Chris, el cual llegó con el pequeño Henry de 5 años, tan inocente y con una mirada de sueños los cuales tenía la esperanza el si pudiera cumplir.

Ahí está la respuesta, no estaba enamorado de Henry, le tenía cariño, tenía esperanzas en el, quería su felicidad; quería que él no tuviera su mirada llena de lágrimas como tantas veces vi a Rafael venir a mi.

Seguía enamorado de el, seguía teniendo esperanzas de que algo todavía se pudiera recuperar.

Me quite el cinturón de seguridad para poder acercarme a el de manera rápida y así poder atrapar sus labios entre los mios, cuatro años de estar separados, cuatro largos años de no poder sentir ese delicioso aroma que su cuerpo emanaba a fresa. Una fruta que he estado comiendo en grandes cantidades desde que él se fue.

Una manera de recordar su delicioso sabor.

Solo Dame Más! (Gay Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora