Solo Dame Más! (Gay Love)

9. Nuevo año

Relajándose dentro de la media bañera llena de pétalos de flores silvestres trato de pensar en cómo hacer que su piel se notará más oscura y no tan blanca como siempre lo había sido. Aún recordaba y aún era llamado el monstruo a todo lugar al cual llegaba, nadie olvidaba, nadie lo dejo olvidar.

Su cuerpo comenzar a sentir la necesidad de calor, algo que tantas veces pasaba que nunca esperaba que alguien más fuera el que le diera ese calor, alguien que lo calentará hasta lo más profundo de su cuerpo.

Comenzó a bajar sus manos a donde de encontraba el pedazo de carne ya erecto, bajo un poco más y pudo sentir ese pequeño orificio que tanto pedía ser llenado por otro pedazo de carne duro, rápido y caliente.

Metiendo un dedo en su interior noto como su pene se levantaba un poco al sentirse saciado de alguna manera al fin después de largas semanas.

Tomo la decisión de que hoy saldría y conocería al fin a alguien... ¿Pero quién querría enterrarse en el interior de un adefesio? Bajando su calor con esos pensamientos decidió salir al fin del agua.

- ¡Chris! ¿Puedo salir? - grito Henry desde la puerta abierta tapando sus ojos con la otra mano.

- ¿A dónde?¿Porque?¿Con quién? - dijo al tomar una bata de retazos creada por Henry como su regalo de cumpleaños.

- Al cine ¿Porque? Porque es fin de semana, amargado. Y con quién pues con Héctor ¿Puedo? - dijo haciendo pucheros aún con los ojos cubiertos.

- Vamos Chris, di que... - realmente no esperaba que lo vieran como Dios lo trajo al mundo y mucho menos por el enamorado de su hermano - que buen cuerpo, hermano! Pero no sé compara al de Henry, oh! Ese es pecado.

- ¿Que has dicho? - dijo entre gritos agarrando de Héctor de la camisa pues su hermanito aún seguía siendo menor y no permitiría que lo tocarán.

- Calma! Me refiero a cuando fuimos al río y vi su cuerpo.

- Lo quiero aquí antes de las 10 de la noche - dijo antes de salir del baño hacia su habitación.

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Caminando por los pasillos de la universidad notaba como todos hablaban de el, esto era cotidiano pero creía que al entrar a una nueva etapa de su vida todo cambiaria.

Tomo su horario y noto como su primera clase sería historia de la arquitectura, pues había decidido ser un gran arquitecto. Al notar como había tomado el pasillo equivocado regreso dos pasillos y encontró su clase cerca de los baños.

Entrando a estos con tal de poder bajar el calor de sus mejillas por estar en verano, pudo presenciar algo que lo dejaría mínimo con una casa de campaña en los pantalones.

Su cuerpo no se movía y el sonido de los gemidos dados por la chica frente a él no le causaban nada más que repulsión. Pero el chico, era contrario con el pues era como la rencarnacion de un dios griego.

Cabellos dorados, piel blanca como la suya, ojos celestes, cuerpo fuerte y fornido. Todo lo que su cuerpo pedía a gritos, el chico volteo y azotó por última vez a la chica frente a él.

- Largo, querida, no has servido de nada - la chica observo al dios griego con molestia y luego solo bajo su falda entallada dejando sus bragas en su mano para meterla entre el bolso de los pantalones del chico.

- Llámame, estaré esperando.

Al ver a la chica salir tomo la decisión de seguir sus pasos y mejor ir a clases. Pero antes de poder tomar el pomo de la puerta sintió como una nalgada calentó sus cuerdas vocales al gritar.

- Si, eso es, grita - otro golpe llegó a su trasero desgarrando su garganta pero esto llegaba a ser tan caliente que se dejó hacer al fin y al cabo.

El dios griego lo cargo sobre su hombro y lo dejo sentado sobre el lavamanos viendo directamente al mar sin fin en los ojos de ese hermoso hombre.

- Repite después de mí "Sí, amo" - dijo este dejando salir su gruesa voz mientras se colocaba entre sus piernas y daba una embestida a directa, repitió la frase entre gemidos y sentía como su cuerpo rogaba por más - buen niño.

Dejándolo desconsertado salió del baño sin antes sonreír al notar el bulto entre sus pantalones.