7. De tristeza a furia y rebeldía.

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7. De tristeza a furia y rebeldía.

No me gusta esto, M —volvió a repetir Charlotte mientras me seguía por los pasillos del instituto— . Las venganzas a largo tiempo me ponen nerviosa.

—¿Tú sabes el mal momento que me hiciste pasar con tu hermano? Mereces una venganza y que no sepas cuando va a llegarte.

—El mal momento sería los primeros segundos de conoceros porque ayer estaba cada dos por tres contestando a whatsapp y sé con mucha seguridad que no eran precisamente los de mi madre. —Rodé los ojos y Charlotte me codeó.—¿Llevo razón,... Cuñada? —Estallé en risas ante su tono de voz y sobre todo sus palabras dirigidas hacia mí, negué con la cabeza mientras el volumen de esta se suavizaba.—El proceso de Justin Bieber está mirando hacia aquí, mira disimuladamente. —Pero eso nunca se me había dado bien, por lo que, intentar mirar disimuladamente se representó con mi cabeza siendo girada bruscamente y mis ojos poniéndose de manera directa sobre Luke que, en efecto, tenía su mirada azul puesta en mí mientras hablaba con un antiguo amigo del equipo.—Cuando decía "mira disimuladamente" realmente quería decir "mira disimuladamente" no te estaba invitando a que girases el cuello de una manera tan brusca que pudieses llegar a causarte una contractura, he oído tus jodidas vértebras moviéndose desde aquí.

—Vamos a llegar tarde a clase —cambié de tema mientras andaba más rápido seguida de Charlotte.

—¿Sabe mi hermano acerca de el susodicho? —se refirió a Luke y negué con la cabeza a la vez que girábamos en una esquina y yo agarraba el mango de la puerta.

—Lo cierto es que no... Y la verdad es que no me apetece que lo averigüe —confesé y Charlie me miró dudosa.

—Hablemos esto después... Cuando salgamos fuera en el descanso. —Asentí y entré en clase donde el profesor ya se encontraba dando clase, caminé hasta el sitio que estaba junto a la mesa de mi hermano y me senté.

—Me estás cambiando por esa francesita rara —fingió estar ofendido y reí suavemente mientras sacaba el material.

—Te sientes amenazado por Charlie, celoso —acusé con una sonrisa divertida.

—¿Quién no se sentiría así? Oh, vamos, su antepasado era un bajito gruñón que casi domina toda jodida Europa, lo lleva en la sangre.

—¿De qué estás hablando?

—De Napoleón y su puta Revolución Francesa, pensaba que tenías un siete en historia. —Le miré durante unos segundos, observando su rostro y reteniéndome para no golpearle en la cara, a veces sí era estúpido.

—¡Irwins, si no les interesa mi clase les invito a abandonarla! —el profesor ofreció mientras nos mirada desde la pizarra, no muy contento con nuestra conversación.

—Lo cierto es que... —Mi hermano hizo un amago de levantarse mientras se colocaba la mochila sobre su hombro y golpeé este.

—Lo sentimos —me disculpé por ambos y el profesor se giró para seguir escribiendo en la pizarra. Miré a Ashton cuyos ojos enfadados estaban sobre mí, reprendiéndome por no haberle dejado irse y lo siguiente que hizo puede girarse en su sitio para "atender" a la clase, no sin antes mostrarme su dedo corazón.

                        (...)


—¿Para qué querías salir? —pregunté a Charlotte cuando el descanso llegó y salimos del instituto a los aparcamientos.

—El merecido descanso —dijo a la vez que sacaba una cajetilla de cigarros de su chaqueta vaquera. Decidí no responder a aquello pues no tenía nada que decir al respecto—. ¿Quieres? —me ofreció un cigarro esta vez—. No tienes que terminártelo, además te marearías, si lo tomas... Cuando no quieras más, solo dámelo a mí. —Asentí con inseguridad, cogiendo el cigarro que me estaba tendiendo, encendió el suyo mientras yo aún continuaba mirando el mío con indecisión. Charlotte me ofreció el mechero y lo miré para luego mirar al cigarro y más tarde a ella directamente, nunca había encendido un cigarro y no tenía idea de como hacerlo. Charlotte rodó los ojos y me quitó el cigarro de las manos, juntó la punta con el que tenía en la boca y absorbió, haciendo que el suyo quemase el mío.—Aquí tienes, princesita—se burló dándome de nuevo el cigarro—. ¿Recuerdas como hacerlo? —Sonreí aún con duda y lo llevé a mis labios humedecidos por mi lengua. Tragué el humo cuando absorbí y lo llevé a mis pulmones para luego sacarlo nuevamente, sonreí con suficiencia cuando descubrí que esta vez no había acabado casi asfixiándome, sólo tenía que tomar pequeñas caladas y la tos sería menos probable.

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora