48. Doscientas treinta millas.

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(Resumen y recodatorio: en el anterior capítulo, Luke preguntó a su madre si Mark realmente era su padre. Elena es la novia de Ashton. Están en el último año de instituto)


Estuve sosteniendo a Luke todo lo que pude mientras se desahogaba sobre mi hombro, escuchando sus llantos, rompiéndome. Sostuve su cabeza con mis manos cuando sentí su respiración más calmada y miré sus ojos rojos del llanto y aún con la capa cristalina alrededor de ellos. 

-Estoy aquí, Luke, mírame -forcé mientras negaba con la cabeza-, ¿lo es, Luke? -Bajó la mirada para seguidamente asentir provocando que sostuviese el aire ante aquello. Al haberle visto tan devastado fue lo primero que me imaginé, pero que lo reconociese hizo aquella pesadilla realidad. -¿Cómo ha sido? ¿Por qué? ¿Andrew lo sabe? -nombré al que, hasta hora, creía su padre y Luke asintió.

-¿Cuál te crees que es la verdadera razón por la que nos abandonó de esa manera? ¿Por la que simplemente tomó todo lo que pudo de nosotros y se marchó sin mirar atrás? Después de lo que había pasado con Mark y con tu secuestro, mi madre me ha contado que tuvieron muchas discusiones y, en unas de ellas, el secreto salió a la luz.

-Pero no lo entiendo, eres parecido a él. -Fruncí el ceño y se encogió de hombros. 

-Mi madre también es rubia de ojos azules, que Andrew lo sea no nos hace familia, simplemente es una gran consecuencia para continuar ocultando la gran mentira -confesó y sentía como mi corazón latía fuertemente en mi pecho, ¿cómo encontrar palabras que le hiciesen sentirse bien en aquel momento si ni siquiera yo era capaz de aceptar aquello?

-¿Qué piensas hacer ahora? 

-¿Qué debería hacer? -Sus ojos me miraron, rogándome una respuesta que yo no tenía. Sostuve de nuevo su cara entre mis manos y cerró los ojos cuando su frente se apoyó sobre la mía. 

-Hablar con él -pronuncié aún sabiendo que aquella respuesta no iba a gustarle, y en efecto, se separó de mí como si acabase de golpearle. Caminó hacia atrás dirigiéndose al salón, siendo seguido por mí-. Luke.

-Esto no cambia nada, mierda -respondió mientras llevaba las manos a su flequillo y lo retiraba hacia atrás con frustración-, todo lo que te hizo a ti, todos los años que estuvo tras de mí... Nada puede cambiar lo que hizo, no se merece ni siquiera seguir viviendo. 

-No te estoy diciendo que establezcas una relación con él, simplemente podrías pedirle explicaciones, sí él supuestamente sabe que es tu padre, ¿por qué todo este tiempo torturándote? -observé como se mordía el aro negro de su labio inquieto, furioso y asustado por la situación. -Después de eso podrás errar un capítulo de tu vida, podrás no volver a verle nunca más, pero sé que tienes una pequeña duda del por qué como también sé que no quieres que sea resuelta porque no quieres aceptar los hechos.

-¿Es que no puedes ver toda esta situación? ¿Por qué parece que lo estoy exagerando mientras tú estás tan calmada? -habló como si que él fuese el único perdiendo los papeles le molestase.

-Porque si yo no intento mantener la calma, esto sería caótico, así que por una vez me toca tragarme todo el drama que tanto me gusta -me encogí de hombros y pude observar una pequeña sonrisa en su rostro que desapareció nuevamente por una mueca de frustración. -Y por qué vuestros vínculos no van a afectarte en nada, seguirá como si no lo hubieses descubierto, ¿qué podría cambiar?

-Puedo convertirme en él, ángel... Está en un centro donde también tratan su salud mental, ¿qué pasa si la mierda que esté mal con él en su puta cabeza es hereditaria? ¿Qué pasa si me vuelvo loco como él? -Me acerqué a él nuevamente, consiguiendo que sus ojos que habían estado por toda la habitación posiblemente visualizándose de aquella manera, se fijasen ahora sobre mí. 

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora