41. Te lo dije.

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                                                  41. Te lo dije.

—Necesitas ir más deprisa —exigí a Travis que conducía hacia el lugar en el que se encontraba Charlotte. Observé como su mandíbula se tensó antes de responderme.

—Si no quieres que lleguemos a ese lugar en ambulancia, será mejor que me dejes conducir a mi ritmo, ¿está bien?

—Solo no quiero llegar demasiado tarde, Trav, si lo hubieses escuchado...

—¿Estás segura que es de verdad? En este punto, Charlotte no es alguien en el que yo crea que debas confiar. —Miré hacia la ventana, apoyando mi frente allí y deseando que llegase cuanto antes al lugar.

—He visto lo suficiente a Ryan como fiarme mucho menos de él.

                               (...)


Me bajé rápidamente de la camioneta de Travis cuando aparcó frente a una casa en la cual rebosaban adolescentes bebidos y drogados, e incluso no tan adolescentes. Corrí dentro de la casa yendo al salón donde eché una rápida mirada buscando la rubia cabellera de Charlotte pero no se encontraba allí, caminé hasta la cocina en cuanto Travis entró en la casa y me siguió, una chica pelirroja se encontraba dando los vasos de alcohol en aquella parte.

—¿Has visto a Charlotte Favre? —pregunté casi atragantándome con mi propia voz y la chica enarcó una ceja.

—¿Quién eres tú? —Los ojos de la chica me examinaron de arriba a abajo y tuve que contenerme para no hacer un comentario inapropiado por la poca discreción que parecía tener.

—Es urgente, ¿dónde está Charlie? —La chica rodó los ojos ante mi falta de respuesta.

—No es mi asunto tener controlados a todos los que están aquí, supongo que estará en cualquier lugar de la casa follándose a Ryan, he oído que él tenía planes para esta noche, y al parecer, mi fiesta es el lugar más romántico que ha podido encontrar —confesó con una cínica sonrisa y pestañeé varias veces asimilando lo que acababa de decirme, cuando me giré, Travis ya estaba saliendo de la cocina, caminando escalones arriba y abriendo todas las puertas de las habitaciones que allí había, hasta que llegamos a una en la que el cerrojo estaba echado. Travis suspiró unos segundos, rodó los ojos y en el siguiente instante ya había roto la puerta por una de sus lados gracias a una fuerte patada.

—¡Charlotte! —grité cuando vi la escena que se estaba desarrollando en aquel lugar, Ryan tenía cogida a una Charlotte a penas cubierta por un sujetador y unas bragas, él se encontraba con la camisa quitada y el cinturón de sus pantalones vaqueros desabrochado—. ¡Aléjate de ella! —Corrí hasta donde se encontraban intentando empujar a Ryan fuera de Charlotte el cual la lanzó sobre la cama, y pude observar que estaba llorando. 

—Hola, Mickie, volvemos a vernos —Ryan pronunció con una sonrisa macabra y le escupí en la cara, siendo lo que más deseaba en ese momento. Su sonrisa se volvió más grande mientras pasaba la mano por su cara para limpiarse la saliva—. Vaya, tan salvaje como recordaba. —Cuando esas palabras terminaron de salir de su boca, Travis ya se encontraba delante de mí, mirando a Ryan con la mandíbula tensada y su ceño fruncido, pero esto no me hizo darme cuenta de que estaba enfadado, si no que fueron sus ojos mirándole con ira.—¿Y tú quién coño eres? Esto no era vuestro puto asunto. —Travis se giró a verme con una sonrisa cínica y se encogió de hombros.

—Necesito hacerlo —dijo y fruncí mi ceño mirándole cuidadosa, y fue entonces cuando el brazo de Travis se levantó y su puño impactó contra el rostro de Ryan, provocando que este cayese al suelo. El rubio se llevó la mano a su nariz, donde uno de sus orificios comenzaba a sanar. 

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora