19. ¿Apostamos?
Rodeé su cintura con una de mis manos cuando arrancó la moto. Hacía tanto tiempo desde la última vez que estuve sentada allí, en realidad habían pasado poco más de cinco o seis meses y yo sentía que era mucho más. Estiré la mano que no sujetaba su cintura y eché la cabeza hacia atrás, sintiendo el aire chocando con mi rostro en el cual se fundía el olor a colonia de Luke que parecía llevar impregnado en él. Siempre había odiado esa moto, odiaba el peligro que esta suponía tanto para mí como para Luke, pero en estos momentos, nada me haría sentirme mejor, había echado de menos sentirme de esa forma. Paramos en un semáforo en rojo y Luke me miró de soslayo, pillándome sonriendo sin ninguna razón, y pude ver como mi gesto se reproducía en su rostro a la vez que volvía a acelerar, esta vez mucho más rápido, provocando que mis dos brazos rodeasen su cintura.
—Deja de ser tan imprudente. —Pude escuchar como decía por encima del ruido que producía el viento y el motor del vehículo.
En menos de dos minutos, habíamos llegado a la calle de su casa, y frenó la moto metros antes de estar frente a su puerta. Fruncí el ceño sin saber lo que realmente iba a hacer, bajó de la moto y esperó a que yo hiciese lo mismo. Ambos comenzamos a caminar hasta su casa, miré a Luke que llevaba sus manos metidas en los bolsillos delanteros del pantalón y fruncí aún más el ceño, ¿qué pretendía?
Y cuando nos paramos frente a su casa y observé el gran ventanal que daba al salón, todo fue incluso más confuso. Allí no estaba su madre o su padre, ni siquiera estaban los muebles que solía haber, si no que había otros totalmente distintos en su lugar y unos niños que desconocía estaban junto a ellos.
—¿Quienes son? —Me giré a preguntarle a Luke cuando una mujer de mediana edad apareció en el salón.
—Los nuevos dueños de la casa —habló y no pude apartar mis ojos de él.
—¿Os habéis mudado? —indagué, Luke sonrió tristemente antes de contestar.
—Más bien hemos tenido que hacerlo. —Se giró a verme.—Te lo he dicho, Mickie, todo se complicó cuando te fuiste...
—¿Qué fue lo que pasó?
—Cuando todo lo del secuestro llegó a oídos de mi padre... Encolerizó, se enfureció como nunca, culpando a mi madre de lo que había pasado, lo peor es que él ni siquiera había sabido que mi madre estaba con Mark cuando también salía con él y se sintió engañado en todos los sentidos... Mi madre intentó tranquilizarle como pudo, y parecía que las cosas podían ir bien... —Y de nuevo, esa sonrisa triste.—Pero no fue así, mi padre no dejaba de sacar el tema cada vez que podía y mi madre había aguantado demasiado de mi padre como para sumarle esto...
—Y le pidió el divorcio —continué con su historia, adivinándola pues Luke asintió ante ello.
—Mi padre se las ingenió para dejarnos absolutamente sin nada, nunca pensé que tenía tantos contactos como para lograr dejarnos realmente sin nada a mi madre y a mí, sin casa, a mi madre sin trabajo... Sin nada, Mickie.
—Maldito desgraciado —maldije con ira y furia, el padre de Luke siempre me había parecido una persona fría, calculadora y cruel, pero nunca pensé que su crueldad podría llegar a tal nivel.
—Ni siquiera dudó en arrebatarnos todo, más que desgraciado diría hijo de puta, gilipollas, mal nacido...-Luke comenzó a enumerar miles de adjetivos que cuadraban con su padre.
—¿Y entonces ahora...?
—Vivimos en un piso a las afueras de la ciudad, mi madre trabaja de cocinera en el restaurante de antes y yo de camarero... Ganamos realmente una mierda y no nos alcanza para nuestras necesidades, por lo que a veces cuido a los trillizos, puesto que mi tío nos ayuda con el alquiler —confesó, nombrando a sus primos que había conocido una vez. No pude evitar sentirme mal por él—. Oh, no me mires así.
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Rebeldía II. (Luke Hemmings)
FanficTodo un verano había pasado, Mickie Irwin volvía a estar de nuevo en Holmes Chapel, donde todo se vino abajo tan solo unos meses atrás. Con su gran problema fuera de combate, las cosas podrían arreglarse pero, ¿qué pasará cuando descubra...