43. Ballet sobre la cancha de baloncesto.

68.3K 3.8K 1.7K
                                    

                                                 43. Ballet sobre la cancha de baloncesto. 

Luke caminó hasta mí tras tirar algunas canastas y hacer un poco de entrenamiento que estaba acostumbrado a hacer solo.

—¿Qué pasa? —Fueron sus primeras palabras y ladeé la cabeza, intentando fingir que no había descubierto un mensaje de Chris hablando sobre la peor de las pesadillas, Mark.

—Nada.

—Sabes que realmente apestas mintiendo, ¿qué he hecho? —dijo cruzándose de brazos y me encogí de hombros.

—No estoy mintiendo.

—Ángel... —Se acercó a mí y sujetó mi cara entre sus manos, haciendo que mis ojos que chocasen con los suyos. —¿Ves?

—¿Ves qué? —reclamé encogiéndome de hombros.

—Me estás dando esa mirada. —Enarqué una ceja ante lo absurda que estaba siendo aquella conversación.

—¿Qué mirada?

—Esa que tienes siempre que estás molesta —pronunció ladeando la cabeza como si estuviese analizándome—: esa que es diferente de tu mirada de felicidad y de esa especial que solo tienes cuando hurgo en tu ropa interior.

—Estás loco. —Negué con la cabeza riendo ante su análisis.

—Venga, nena, ¿qué pasa que no puedes contármelo? —indagó echándose hacia atrás el flequillo sudado.

—No —finalmente decidí confesar—, ¿qué te pasa a ti que no puedes contármelo? —Y a pesar de no haber nombrado nada que le pudiese llegar a pensar que se trataba del tema de Mark, su manera de tragar saliva de forma abrupta me confirmó que sabía de lo que estaba hablando.

—¿Cómo...?

—Te ha llegado un mensaje y te pensaba avisar pero ha salido en la pantalla, y llámame entrometida, pero no he podido evitar leerlo cuando el nombre de Mark aparecía en ella.

—Mierda, ángel...

—Explícate. —Me crucé de brazos y él se alejó un poco de mí, quizá debatiéndose en si debería contármelo o no.

—No puedo —finalmente declaró y tuve que contener mi boca para que no se abriese.

—Me daría igual que fuera sobre quien fuese, pero Mark... ¿En qué mierdas estás metido? ¿Es eso a lo que se refería Kai de zonas peligrosas? ¿Qué está pasando? —presioné, y es que no podía evitarlo cuando era de Mark de quien estábamos hablando.

—Por favor, entiéndeme, no puedo.

—¿Llevas estando metido en lo que sea que es esto desde antes de que yo volviese? —Sus ojos dudaron sobre los míos, temiendo responder algo que fuese a darme pistas de aquello que estaba tan empeñado en ocultarme.

—Poco tiempo después de que llegases, en realidad. —Vio la forma en la que le estaba mirando y añadió:—Confía en mí, por favor.

—¿Cómo voy a confiar en ti cuando tú eres el primero que no confía en mí? —Bajó su mirada, sabiendo que en ese momento, tenía razón. Abrió la boca para decir algo, pero volvió a cerrarla, decidiendo que fuese lo que fuese, no merecía la pena.—Voy a salir del gimnasio, Travis viene a por mí. —Me levanté de las gradas y me observó con sus ojos llenos de impotencia.

—Mickie...

—Nos vemos mañana en clases. —Terminé de bajar de las gradas y su mano rodeó mi muñeca, haciéndome que me girase hacia él.

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora