26. Secretos.

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                                26. Secretos.

Llamé a la puerta mientras me removía impaciente en mi sitio. Sostuve el gato de peluche más fuerte contra mi pecho cuando escuché como alguien se acercaba a la puerta, justo en el momento en el cual casi salgo a correr sintiendo que todo aquello era más ridículo de lo que debería.

—Ho...—Comencé a decir pero frené cuando observé los ojos de Charlotte sorprendidos, los cuales segundos después demostraron una diversión extrema.

—Dime que esto es para mí hermano y así puedo seguir riéndome, como sea para mí voy a golpearte.— Charlotte pronunció y rodé los ojos.

—¿Está Kai en casa?—Pregunté sincontestar su comentario y Charlotte rió.

—¿Por qué le has comprado un peluche?—Indagó mientras seguía mofándose de mí y le agarró las orejas al gato para moverlas mientras reía, desde luego, su humor era realmente desconcertante.

—Se supone que eres mi mejor amiga, no mi peor enemiga.—Pronuncié con el ceño fruncido y Charlotte soltó las orejas del peluche.

—¿Mejor amiga?—Repitió como si no hubiese oído bien y me encogí de hombros. Charlotte era lo más parecido a una mejor amiga esos cuatro meses atrás, habíamos estado juntas infinidad de veces, le había contado secretos e incluso ella me había contado suyos, habíamos confiado la una en la otra y nos habíamos apoyado, aunque también nos reclamábamos las cosas cada vez que era necesario. Sin dudarlo, Charlotte se había vuelto casi imprescindible en mi vida.—Vaya, supongo que tú también eres la mía... Solo que nunca había sido la mejor amiga de nadie.

—Supongo que siempre hay una primera vez para todo, ¿no?—Charlotte me sonrió, y esta no fue una de sus típicas sonrisas de maldad, o esas que siempre ponía cuando trataba algo, esta era dulce.

—Oh, sí, puedo decir que esta es la primera vez que a mi hermano le regalan semejante cursilada.—Y ahí volvía a estar la Charlotte de siempre.

—¿Quién es, Charlie?—Escuché la voz de Kai que caminó fuera de la cocina a la vez que le daba un muerdo a un bocadillo que llevaba en sus manos. Le observé, llevaba unos pantalones vaqueros y una camiseta negra con un cuello "V" dejando ver un poco de su pecho, si sabía que me recibiría así, habría ido antes a regalarle el peluche pues estaba sexy con aquella ropa.

—Supongo que ahora es cuando debo irme de casa, ¿no?—Dijo Charlotte en el momento que los ojos de Kai y míos se cruzaron.

—Sí.—Kai respondió firmemente.

—Fait attetion, je suis ta petite soeur, stupide architecte.—Charlotte dijo fingiendo estar ofendida a la vez que cogía un anorak para salir fuera de casa. "Ten cuidado, soy tu hermana pequeña, estúpido arquitecto", di gracias a las clases de francés. Kai rió ante la frase que Charlotte acababa de pronunciar y le revolvió el pelo antes de salir de casa, al igual que Ashton siempre lo hacía conmigo.—Va te faire enculer!

—¡Charlotte!—Kai reclamó ante aquella última frase y ella le lanzó un beso, para después guiñarme a mí un ojo y terminar por salir de casa.

—Está bien, eso último no he podido traducirlo.—Le hice saber y Kai soltó una carcajada.

—No quieras.

—Oh, vamos, quiero aprender francés.

—Que me den por culo, M, Charlotte me ha dicho que me den por culo.

—Va te faire enculer.—Repetí con el ceño fruncido, preocupándome en pronunciarlo bien y Kai rió nuevamente.

—Está bien, aprendiz de francés.—Cuando su risa se calmó, estiré mis brazos, tendiéndole el peluche con forma de gato y él lo cogió con una sonrisa divertida a la vez que genuina.

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora