16. Bienvenido, Kebab.

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                                 16. Bienvenido, Kebab.

Me acerqué rápidamente a ellos, Kai había provocado que la nariz de Luke comenzase a sangrar con un puñetazo y Luke solo le había golpeado el estómago. A pesar de la diferencia de estatura, ya que Kai era más bajo que Luke, esto no impidió que, por primera vez en su vida, Luke recibiese una paliza en vez de darla.

—¡Ya está bien!—Intenté meterme pero Travis me agarró de la cintura levantándome en el aire, evitando que llegase siquiera a menos de un metro de ellos.—Suéltame.

—Cierra la boca, estoy salvándote el maldito culo, yo les separaré.—Travis impuso mientras me mantenía elevada y yo pataleaba. Me dejó finalmente en el suelo, siendo él el que se acercó a los chicos para apartar a Kai de Luke que se encontraban en el suelo. Chris tenía agarrado a Luke que luchaba por deshacerse de su agarre, al igual que lo estaba haciendo Kai con Travis. Chris se llevó a Luke al patio trasero a la fuerza y con poca cooperación y, cuando ya no estuvo a nuestra vista, Kai se deshizo a mala gana del agarre de Travis y salió fuera de la casa. Hice un indicio de ir trás de él pero Charlotte se me adelantó y decidí esperar a que terminase de hablar con ella.

—Maldita sea...—Gruñó Ashton mientras se sentaba a mi lado con el ceño fruncido, aunque esto no escondía su ligera intoxicación alcohólica.—Tienes que eliminar ese puto sex appeal que pareces tener con los tíos, ¿por qué te llevas tú todos los genes atractivos? Yo ni siquiera me como un rosco.

—¿Qué hay de la virgen María?—Pronuncié aún tocada por lo que acababa de pasar pero queriendo cambiar de tema de conversación.

—¿Quién?—Rodé los ojos ante su falta de memoria, ¿por qué siempre era yo la que recordaba las conquistas que Ashton ni siquiera se acordaba de que había tenido?

—Elena, que quería que ser virgen hasta el matrimonio, la del jardín del Edén.

—Oh, esa Elena, virgen Elena, María MagdaElena.—Intentó ser gracioso, riéndose solo él de su propio chiste, para después mirarme, extrañado porque yo no había encontrado la gracia.—Vamos, es divertido.

—María Magdalena era puta.—Travis pronunció y elevé una ceja ante su comentario.—¿Qué? El código Da Vinci lo deja claro.

—María MagdaElena.—Volvió a repetir Ashton, riéndose de nuevo.

—¿Tus amigos piensan que eres gracioso?—Charlotte apareció en escena y Ashton la fulminó con la mirada mientras Travis bufaba ante su presencia.

—Lo cierto es que no lo sé, pero al menos tengo amigos.—Mi hermano masculló entre dientes, esto sí que me resultaba divertido.

—Esa cosa de ahí no cuenta, lo sabes, ¿no?—Señaló a Travis con una sonrisa, Charlotte amaba molestarles.

—Entiendo que te parezca totalmente irresistible y que estés frustrada sexualmente porque no te he llevado a mi cama, pero yo no tengo la culpa de que seas mi tipo. Si te callas y te portas bien, para tu cumpleaños te pagaré un polvo.—La sonrisa de Travis hizo desaparecer la de Charlotte que le enseñó el dedo del medio a la vez que le guiñaba un ojo.

—Mi hermano está fuera.—Charlotte se dirigió a mí en un tono frío.—Por si te interesa, aunque quizá será mejor que busques a Luke.

—Hablamos luego.—Pronuncié pasando a su lado, quería ir paso por paso. Salí de la casa y busqué a Kai, encontrándole sentado en el capot de su coche.

—Si no te importa, necesito estar solo.—Mencionó mientras miraba a todos lados menos a mí.

—Sí que me importa.

Rebeldía II. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora