23. Y es diciembre.
Caminé junto a los demás que se encontraban bailando en el salòn el cual se había llenado de gente, la cual conocía de vista o ni siquiera llegaba a eso. Pasaron los minutos y noté como mi cuerpo se iba sintiendo más libre y menos pesado, ni siquiera tenía la necesidad de beber más pues ya me sentía en las nubes a pesar de tener un calor insoportable, pero me gustaba esa sensación y no me detuve a pensar que aquel alcohol ingerido no había podido provocármela.
—¿Qué te pasa?—Kai habló mientras bailaba junto a él, mi mano se encontraba en su nuca y nuestras frentes estaban pegadas aunque mis ojos no le miraban, pues se encontraban cerrados intensificando la sensación de sentirse en una nube.
—No me pasa nada.—Respondí mientras abría los ojos y le miraba con una sonrisa pícara, Kai frunció el ceño al observar aquel estado de felicidad.
—¿Vas borracha?—Quiso saber y me encogí de hombros riéndome.
—Quién sabe.
—Oh, vamos, Mickie...
—Eh.—Paré su posible sermón levantando mi mano en alto.—No eres mi padre, no necesito una charla y menos en estos momentos.—Comencé a caminar en la dirección contraria a la que él se encontraba.
—Vamos, Mickie, yo...
—No quiero hablar ahora, Kai, solo quiero pasarlo bien.—Y terminé por dejarle allí solo en medio del salón mientras salía de la casa para llegar al patio trasero. Había algunas personas en aquel lugar, unos estaban magreándose, otros hablando incluso recuerdo haber visto a un chico durmiendo en el suelo.
—¡Eh, M!—Escuché como Charlotte me llamó y cerré los ojos fuertemente realizando una mueca de fastidio con mi boca. Estaba junto a Ryan sentados en un banco alrededor de una pequeña lumbre, siendo finales de noviembre, el áspero frío de Holmes Chapel se hacía notar.
—Creo que voy a dejaros solos.—Respondí, buscando una excusa para alejarme de Ryan Drogata Cualquiera que sea su apellido.
—Vamos, ven, siempre te quejas de que no conoces a Ryan.—Observé a Charlotte a medida que me acercaba y pude ver un porro en sus manos el cual, tras darle una calada, fue tendido a Ryan que con gusto lo aceptó para después llevar sus azules y siniestros ojos a mí, Genial, dos fumados y una borracha.
—¿Cómo te sientes, Mickie?—Ryan quiso saber cuando me senté junto a ellos sin evitar una desagradable mueca en mi cara.
—Me sentía bien, hasta ahora.—Mascullé la última parte de la oración un poco más bajo, aunque la mirada confusa de Charlotte me confirmó que lo habían oído.
—¿Quieres?—Ryan me ofreció el porro manteniendo esa diversión en sus ojos que me estaba comenzando a irritar.
—No, ella no va a f...—Charlotte pronunció, negándose ella por mí.
—Charlotte, estoy hablando con ella.—Ryan la interrumpió y la manera en la que Charlotte bajó la cabeza y se mantuvo callada mientras él continuaba mirándome y esperando una respuesta, no me gustó nada, Charlotte no era así, jamás se quedaba callada y ningún imbécil iba a cambiarla, por mucho que a ella le gustase.
-—Como Charlie ha dicho, no quiero, puedes meterte el porro por donde te quepa.—Le respondí mirándole con una sonrisa cínica y me guiñó un ojo, al parecer, estaba disfrutando de la situación.
—¿Qué te pasa, M?—Quiso saber Charlotte al verme tan alterada con Ryan y decidí que, si contarle lo de Samantha me hacía alejarla de aquel porreta, se lo contaría.
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Rebeldía II. (Luke Hemmings)
FanfictionTodo un verano había pasado, Mickie Irwin volvía a estar de nuevo en Holmes Chapel, donde todo se vino abajo tan solo unos meses atrás. Con su gran problema fuera de combate, las cosas podrían arreglarse pero, ¿qué pasará cuando descubra...