Rebeldía II. (Luke Hemmings)

32. Infierno.

32. Infierno.

-¿Dónde iremos?-Quise saber cuando salimos de casa de Luke y él se encogió de hombros mientras continuaba caminando hasta la moto.

-Podemos ir a la cafetería de Beezus, ¿no? Me dijiste que tenía una pero nunca llegamos a ir.

-No sé si será buena idea.-Mordí mi labio, Beezus no soportaba a Luke y no sabía si sería adecuado llevarle allí.

-O podríamos comprar café e irnos al sitio ese donde me contaste lo de tu padre, es precioso y está muy tranquilo.

-¿Y no tendrás frío?-Quiso asegurarse mirándome antes de subirse a la moto, negué con la cabeza y sonreí.

-Vamos, estoy bien.

(...)

-No puedo creer que mi madre se haya fijado más en la camiseta desabrochada y los pelos revueltos que en el moratón que está empezando a salirme en el ojo, o en mi labio roto.-Luke rió y me uní a él.

-Eso no le importa, solo quiere que no luzcas como un gigoló.-Me encontraba sentada en la moto con el café caliente en mis manos mientras que Luke se encontraba apoyado en esta por fuera.

-No le importa que pueda estar desangrándome por dentro, solo la parte del gigoló.

-Eres un exagerado.

-No bromeo.-Luke se encogió de hombros.-Kai golpea fuerte, la próxima vez dile que me escriba una carta como hice yo contigo.

-Oh, vamos, te encantan las peleas.-Luke sacó un cigarrillo de la cajetilla que llevaba en el bolsillo de su pantalón y sonrió antes de responder.

-Lo sé, pero supongo que eso era lo que querías oír.-Exhaló el humo del cigarro echando la cabeza hacia atrás mientras mis ojos se centraban en su boca.-Si te dijera que he disfrutado cada golpe que le he dado...-Me miró y observó la mueca de desagrado que se formó en mi rostro.-¿Ves? Justo esa mueca estaba intentando evitar.

-Eres idiota.-Rió roncamente y le dio otra calada al cigarro antes de tenderlo hacia mí.

-¿Vas a querer?-Quiso saber con el ceño frucido y me fijé en aquello mientras negaba con la cabeza, provocando una mueca de satisfacción en la cara de Luke seguida de una sonrisa.

-Estoy fuera de eso ya.

-Me alegro de que tu fase de rebeldía se haya esfumado, solo hay lugar para un rebelde en esta ciudad, y soy yo.

-Que no fume más no significa que vaya a dejar mi actitud, fumar no es sinónimo de ser rebelde, solo te mata.-Luke giró su cabeza hacia mí, observándome de lado.

-Todo el mundo muere de algo.-Justificó y decidí mantenerme en silencio.-¿Y que harás con Kai? Vas a dejarle, ¿cierto?

-No, voy a hablar con él.

-Mickie, Kai ha metido la pata hasta el fondo.

-Tú lo hiciste muchas veces y no te dejé, ¿miento?-Y juro que pude oír como apretaba la mandíbula.

-Yo jamás te golpeé.

-Lo dices como si lo hubiese echo adrede.

-Salió corriendo justo después de hacerlo como un maldito cobarde.

-Estaría bloqueado por lo que acababa de hacer, Luke. Tú también podías haberme golpeado en vez de él. No voy a dejar a Kai, hablaré con él y ya está.

-¿Quieres decir que las cosas siguen igual, que ni siquiera vas a decir nada respecto a lo que te he dicho en el baile?-Luke arrojó el cigarro para luego girarse a mí y observarme con ira en sus ojos.