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James Parker*

Verla con tanto dolor no sé por qué, me dolía, no conozco a Regina, pero por lo que pude presenciar es una sínica, no sé que tanto daño le causó a Ava sea el que sea la destrozó y nos lo demostró a todos en ese gimnasio frente a su padre.

 Cuando su padre la golpeó frente a todos nosotros sentí rabia y juro por Dios que de no haber sido por mi tío que sostuvo mi brazo para detenerme lo hubiera mandado al hospital por tocarla de esa manera.

Me enteré de que ella tiene un hijo y me gustó ver la forma en la que lo defendía es increíble como nos demostró a todos que su hijo era lo más importante para ella, entre el idiota de Mark y yo tuvimos que interponernos y separarlas, no por miedo a lo que Regina pudiera hacerle a Ava sino porque Ava la iba a matar si seguía viéndole la cara de estúpida un segundo más.

La busqué por toda la planta para ver si necesitaba algo o tal vez quería desahogarse con alguien, pero no la encontré por ningún lado, el único lugar que se me ocurrió fue el campo de tiro techado, como ella estaba practicando anteriormente me imaginé que allí podría estar, fui y al entrar la vi mirando hacia la nada y las lágrimas no dejaban de correr por su hermoso rostro.


Observaba desde la puerta todo lo que ella hacía, ella se percató de mi presencia y con su mirada supe que mi silencio valía más que mil palabras, ella secó sus lágrimas y se acercó a mí sin darme tiempo a decir algo me abrazó, enredo sus brazos en mi cuerpo y se apegó a mí, era un abrazo en busca de apoyo y sin dudarlo se lo di. 

 Nunca en la vida había sentido la necesidad de consolar a una mujer, pero con ella todo era distinto hasta mi forma de pensar cuando estaba a su lado, le demostré a través de ese abrazo un cariño y dulzura para que se sienta segura y sepa que no está sola.

Se separó de mí y me dio las gracias, yo solo asentí con la cabeza y vi como ella desaparecía por la puerta, pasó frente a los chicos y no dijo una sola palabra.

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Ava Smith*

Lo primero que hice al salir de la inmobiliaria fue subir a mi auto y dirigirme a casa de Harry esta mierda no puede continuar o juro por Dios que la mataré sin importarme las putas consecuencias. 

 Iba todo el camino hecha una furia, mi padre no dejaba de llamarme y yo no pensaba en contestarle, cree que porque esa perra sea mi hermana yo debo perdonar todas sus aberraciones pues conmigo se equivocó no me importa la familia ni si es mi sangre, si me traicionas me la pagas así de sencillo, él la defiende porque ella siempre ha sido su consentida y preferida, pero me importa un culo si no me quiere, a mí no me hace falta nadie para vivir en este mundo de mierda.

Llegué a la casa de Harry, me acerqué a la puerta y los hombres de él no me querían dejar pasar, hice un puto escándalo que Harry salió todo cabreado, al verme su humor cambió, le hizo una seña con las manos a sus hombres y enseguida me dejaron pasar.

—Ella es mi mujer, mi esposa y la madre de mi hijo, espero que esta mierda no se vuelva a repetir.— dijo Harry sin quitarle la mirada al hombre que no me dejaba pasar a la casa.

Entré a su casa es muy bonita y delicada, no seguí observando detalladamente la propiedad porque el coraje que me cargaba no me lo permitía, Harry fue al mini bar y se sirvió un baso de vodka me brindó, enseguida negué con la cabeza.

— No he venido a beber ni a pasarla bien, vengo por algo más importante— dije mirándolo furiosa. 

 — Me imagino por lo que es, tu padre tuvo que llevarla al hospital para que le saturaran las heridas que le causaste en el rostro.— decía mientras le daba un sorbo a su trago.

Incontrolable deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora