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Ava Smith*

Noah durmió conmigo, lo llevé a la escuela y en estos momentos estoy de camino hacia la inmobiliaria papá no ha dejado de llamarme y preguntarme que si ya he llegado, realmente para el día de hoy tengo en mente ir al campo de tiro cubierto que tenemos en la inmobiliaria, reforzar mi puntería y luego irme al gimnasio a entrenar a los chicos con la ayuda de James.

 Cuando llegué fui directamente a los vestidores, me vestí con una blusa de tiros blancos, unos pantalones cortos con una correa, en la pierna el porta armas, unas guantillas en las manos, e hice un moño alto.

Me dirigí al campo de tiro y escuchando a Fetty Wap comencé a dispararle al blanco, es increíble como después de tanto tiempo sin tocar un arma todavía mi puntería se mantenga intacta, estuve practicando durante 30 minutos después fui a toda prisa...

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Me dirigí al campo de tiro y escuchando a Fetty Wap comencé a dispararle al blanco, es increíble como después de tanto tiempo sin tocar un arma todavía mi puntería se mantenga intacta, estuve practicando durante 30 minutos después fui a toda prisa al gimnasio, ya que iba a ser ahí donde le daríamos la bienvenida a la nueva integrante, pensé en darme un baño y quitarme la ropa que cargaba para ponerme la deportiva, pero pensé en hacerlo luego.

 Cuando entré al gimnasio todos estaban con un semblante serio, enseguida reconocí a mi padre y detrás de él estaba la rata asquerosa de mi hermana no entiendo como tiene la vergüenza de verme a la cara después de todo, mi padre se quedó viéndome fijamente y en mis ojos se veía la rabia y el enojo, él aprovechó que todavía permanecía en silencio para el hablar.

— Necesito que enseñes todo lo que sabes a Regina, ella trabajará con ustedes en esta misión, puede morir si no se capacita correctamente.— dijo sin dejar de mirarme con cara de súplica.

 —No tengo nada que enseñarle, porque simplemente no trabajará conmigo y si insistes pues hasta aquí llegaron mis servicios para Juan y su empresa.— escupí esas palabras.

— Hija, solo te estoy pidiendo que la cuides en esa misión. 

 — Pues se lo estás pidiendo a la persona menos indicada porque si por mí fuera yo misma le diera 2 balazos para que deje de existir en este mundo.

— Tu madre no estaría orgullosa de escucharte hablar así de tu propia sangre.

 — De lo que mi madre realmente no estaría orgullosa es de ver como defiendes a la puta que tienes como hija, no sabes cuanto deseo que hubiera sido ella la que esté muerta y no mi madre.

Sin pensarlo mi padre me dio una cachetada tan fuerte que pude sentir el sabor a sangre en mi boca, era la primera vez que mi padre me ponía una mano encima, todos se quedaron observando la escena sin decir una sola palabra, Juan solo negaba con la cabeza al ver la actitud de mi padre, él sabía todo lo que mi hermana me había hecho.

—No importa cuantos golpes me des, eso no va a cambiar mis sentimientos hacia ella.

 — Es tu hermana ¡Joder!

— Si fuera mi hermana como tanto dices.— dije haciendo comillas en el aire.— ella no me hubiera traicionado de la manera en que lo hizo, entonces no me vengas a joder con tus malditos sermones de padre perfecto cuando defiendes a una maldita perra que ni siquiera le importó traicionar a su propia sangre.

Incontrolable deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora