32

5.5K 335 15
                                    

                           ♡+18♡

                           ♡+18♡

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ava Smith*

Después de mi abogado irse me quedé un rato con James y Noah terminando su tarea, Noah se quedó dormido así que James lo subió a su habitación, subí junto con él, él dejó al niño en la cama y luego le dio un beso en la frente, se veía tan tierno junto a mi pequeño, que lo imaginé cuando tengamos al nuestro.Salimos de la habitación y nos dirigimos hacia la mía, al entrar él se sentó sobre mi cama, solo me observaba.

—¿Te quedarás esta noche?— pregunté acariciando su rostro.

—Por supuesto que sí.

—¿Quiere que te busque algo de ropa o algo?

— No te preocupes tengo ropa en el auto.

Se levantó de la cama y se adentró al baño, cuando escuché que él estaba en la ducha, me dirigí hacia mi closet y saqué una lencería negra de encajes, me veía súper sexy con ella puesta, la barriga todavía no empezaba a crecer por lo que me veía más hermosa aún, busqué unas esposas y otros juguetes, ya que está noche le enseñaré como es el sexo a mi manera. 

 Puse las luces tenues y me senté en un mueble que había en una esquina de la habitación, él salió del baño enrollado en una toalla, me levanté y vi como él repasaba mi cuerpo con descaro, acción que me puso más candente de lo que estaba.

—Quiero que te acuestes en la cama y te relajes.— dije acercándome a él.

—Mierda Ava, no sé que estás haciendo, pero mira como me tienes.— vi como me señaló su enorme erección.

—Me gustaría que todo el tiempo estés así.— dije mordiendo mi labio de manera sensual.

—Vamos mira que de ser una pistolita, pasó a ser una enorme ametralladora.— me reí por su chiste, este hombre hasta en la intimidad era divertido.

—Quiero que esta noche seas un ladrón y yo quiero ser tu policía.— me acerqué a él sensualmente coloqué cada una de sus manos en el espaldar de la cama y le coloqué las esposas en cada mano.

—Mi amor sabes que me gusta tocarte, por favor déjame las manos libres.

—Tomé uno de mis látigos y le di un fuerte azote sobre sus tetillas.— lo siento señor Parker, me temo que su petición será denegada, está noche yo tendré el control de tu delicioso cuerpo, te enseñaré a follar a mi manera.

Di otro azote más y él solo mordía sus labios por lo placentero que es, fui esparciendo besos por su torso, hasta que llegué a una de sus tetillas y con todo el descaro del mundo comencé a lamerlas y morderlas, sentía a su enorme amigo debajo de mi húmedo sexo.

Una vez que terminé de lamer sus tetillas subí mi mirada a su rostro y di una mordida en su barbilla.— Me encanta tu cuerpo y lo mejor de todo es que solo yo puedo follarte.

Subí hacia sus labios y nos besamos de una manera desenfrenada y oca, él mordía mis labios, los succionaba, yo solo soltaba leves gemidos sobre sus labios, me separé de sus labios y llevé una de mis manos hacia su enorme erección. 

 Suavemente comencé a masturbarlo, veía como movía sus manos impacientemente, sé que estaba loco por soltarse y tocar mi cuerpo, pero hasta que no lo torturara no iba a soltarlo, aumenté el movimiento de mis manos a tal grado que sus gruñidos se escuchaban en toda la habitación, coloqué mis manos en la parte baja de su abdomen y sentí como se contraía, así que rápidamente dejé de masturbarlo.

—No mi amor tu líquido es mi sabor favorito, no quiero que por nada del mundo se desperdicie, lo quiero en mi boca.— mordí su abdomen y que quité el sostén dejando mis pechos expuestos ante él.

Me arrodillé cuando estuve a la altura de su miembro, tomé mis dos senos y coloqué su miembro en medio de ellos, comencé a masturbarlo con mis senos, puse mi boca sobre su miembro y mientras lo masturbaba se la chupaba.

—¡Joder! Esto es el puto paraíso, me quiero correr.— dijo a penas audibles, ya que su excitación no lo dejaba hablar.

Aumente tanto a las mamadas que sin darme tiempo a reaccionar sentí todo su líquido caliente en mi boca, inmediatamente me lo tragué, amaba el sabor que tenía su semen es exquisito, me levanté y quité la última prenda que me quedaba puesta y esa era mi tanga, la dejé caer al suelo, y me senté a horcajadas sobre él.

 Busqué las llaves de las esposas y procedí a quitárselas, cuando se las quité uní nuestros labios nuevamente y comencé a frotar nuestros sexos, gemía porque estaba demasiado excitada.

—Ahora sí señor Parker, fólleme a su manera.— mordí sus labios y sentí como sonreía ante mi petición.

—Me encanta esta nueva faceta tuya en el sexo, eres una diosa en todo los ámbitos.— sentí como puso sus manos en mi cintura y la acariciaba levemente.

—Me encantan tus halagos, pero siendo sincera en estos momentos señor deseo ser follada sin piedad.

—Tus pedidos son órdenes para mí.

Llevó uno de mis senos a su boca y mierda su cálida lengua le dio una bienvenida que ansiaba, los chupaba y lamia rápidamente haciendo que mojara más, los mordía duro pero suave a la vez, y con su otra mano jugaba con mi pezón. 

 Soltó mis senos para subir por mi cuello y dar muchos besos en el, me hizo uno que otro chupón, yo solo gritaba por placer, arañaba todo su torso, unimos nuestros labios dándonos más besos desesperados.

Se puso sobre mí mientras dejaba un camino de besos por todo mi abdomen, una vez que llegó a mi zona comenzó a lamerla sin piedad alguna, movía su lengua lenta de manera tortuosa, yo solo aferraba mis manos sobre su pelo, lo halaba y él sonreía al ver mi grado de excitación.

 Comenzó a aumentar el movimiento de sus lamidas era de una forma salvaje, mordía mi clítoris, los succionaba y lo refrescaba con sus labios, yo solo no paraba de gemir, luego llevó uno dos de sus dedos hacia mi entrada y empezó a masturbarme mientras me practicaba sexo oral.

Sentía un placer enorme, cerraba los ojos y apretaba las sábanas, sentí como vientre se apretaba hasta que exploté y llené toda su cara de mi líquido, él seguía lamiendo y yo seguía botando todo el líquido que tenía para él, al finalizar, él besó mi sexo y luego lamió sus labios. 

 Se posicionó sobre mis piernas y sin dejarme pensar entró en mí de una sola estocada, bajó hacia mis labios y nos fundimos en beso apasionado, mientras él se hundía dentro de mí yo gemía sobre sus oídos, mordía sus hombros y clavaba mis uñas sobre su espalda.

Los dos gemíamos sus gruñidos eran música para mis oídos, me embestía rápido sin delicadeza, eso me gustaba y él lo sabía, unas que otras embestidas hasta que llegamos a nuestros orgasmos cada uno. 

 Nos tumbamos en la cama, me coloqué sobre su pecho y me cubrí con las sábanas, sin decir más nada me sumergí en un sueño profundo y creo que él también, sentía su respiración relajada y eso me tranquilizaba, sé que a su lado tengo paz y eso es lo que más me importa.


Incontrolable deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora