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James Parker*

Desperté más temprano que Ava, quería darle la sorpresa, organicé todo en la entrada de la villa para que cuando ella saliera lo viera todo, estaba menos nervioso, aun así tenía los pelos de punta.Preparé todo y decidí levantar a Ava justo cuando iba a despertarla ella ya estaba en el baño maquillándose.

—No necesitas maquillaje para mí eres la mujer más hermosa del mundo.— daba leves caricias en su abdomen.

—Gracias por el halago, pero me siento hermosa cuando lo hago.

—Te entiendo, date prisa que siguen las sorpresas.

La dejé en el baño y salí a colocarme una camisa y entré en los bolsillos de mi pantalón los anillos, me quedé sentado en la cama a esperarla.

—Ya estoy lista.— solo veía ese hermoso vestido blanco que se le pegaba al cuerpo.

—Estás preciosa.— me acerqué a ella, deposité un beso en sus labios.

La llevé a la salida de la casa, ella al ver el arreglo de pétalos que estaban flotando en el mar se llevó las manos a la boca, sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas.

—No, no quiero que llores, quiero que disfrutes este día tanto como yo lo haré.

Ella se abalanzó sobre mí y me dio un fuerte abrazo, la ayudé a subir a bote para luego subir yo, en el bote estaban los mariachis y el juez civil que nos casaría, si así como lo oyen tengo pensado casarme en el día de hoy con ella. 

 Ella saludó a los demás y se sentó yo encendí el bote y comencé a adentrarme en el mar, después que estábamos retirados me alejé del timón y tomé a Ava de las manos.La guie hasta adentro del bote donde había una mesa bien hermosa, detrás de la mesa estaba el juez con unos papeles.

—Dime que no es lo que creo que es.— dijo con una sonrisa y lágrimas en los ojos.

—No puedo esperar más para que seas mi esposa.— la acerqué a mí y besé sus labios.

Nos sentamos cada uno en una silla, el juez nos pasó los papeles que cada quien debía firmar, ella me miró y luego procedió a firmarlo, yo hice la misma acción y firmé los papeles.

—¿Tienen a los padrinos?— preguntó el juez.

—Por supuesto que sí.— Ava se acercó a uno de los músicos y a la chica de la barra.

Ambos firmaron como nuestros testigos, se posaron detrás de nosotros a esperar que el juez organizara los papeles.

—Bien creo que le toca a usted señor James besar a la novia.— dijo el juez con una sonrisa.

—Eso ni dudarlo señor Juez.

Tomé a Ava de la cintura, llevé una de mis manos hacia su cara y con mi pulgar di una leve caricia, acerqué sus labios a los míos, sin pensarlo unimos nuestros labios.Nuestro beso estaba cargado de varias emociones que en el momento no podía descifrar, mordí su labio antes de separarme de ella, ella me regaló una sonrisa.

Coloqué el anillo en su dedo, luego ella colocó el otro anillo en mi dedo, nos volvimos a besar y luego miramos al juez.

—Los declaro marido y mujer, deseo toda la felicidad del mundo para ustedes dos.

—Gracias.— agradecimos juntos.

Ava Smith*

Mi mayor sorpresa fue cuando James me dijo que nos casaríamos, no me esperaba casarme así sin organizar ni tener los preparativos necesarios, pero como dicen por ahí las mejores cosas son improvisadas.Me siento feliz de saber que ya soy señora Parker, pensaran que soy cursi y esas cosas, no me importa es lo que siento y no lo voy a negar.

Incontrolable deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora