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Ava Smith*

Llegué lo más rápido posible al hospital los chicos iban detrás de nosotros, al llegar dejé el auto estacionado en medio de la calle frente al hospital, me bajé del auto sin mirar a nadie y entré al hospital.Fui a recepción y la chica que estaba dando servicio en ese momento me dijo que a Job lo estaban operando de emergencia, me dijo que era en el segundo pasillo, no le respondí yo solo fui a toda prisa detrás de mi amigo.

Me senté en uno de los asientos que estaban al frente de la puerta del quirófano, me quedé observando cada movimiento lo que sea, yo solo necesitaba una noticia para no volverme loca.James y los demás llegaron a mi lado ninguno dijo media palabra y no esperaba menos. En el estado que estaba no deseaba escuchar a nadie decir absolutamente nada acerca de Job.

Pasaron 30 minutos cuando un doctor salió del quirófano preguntando por los familiares de Job, me levanté de golpe.

— Soy yo su mejor amiga, Job no tiene a más nadie solo a su hija y es pequeña.—dije secando mis lágrimas.

— Entiendo, deben saber que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, pero desgraciadamente la bala perforó una arteria que iba directo al corazón.— me observaba con tristeza.

— ¿Qué quiere decir doctor?

— Lo que trato de decirles es que solo un milagro puede salvar a Job, según mis diagnósticos no sobrevivirá esta noche.

— ¿Puedo pasar a verlo?

— Claro, pero no en estos momentos yo le avisaré cuando puede pasar.

Vi como entraba nuevamente al lugar de donde había salido, pasé mis manos por mi cabeza, por un momento me detuve a ver mi atuendo y estaba toda sucia de sangre, eso no me importó mi prioridad en estos momentos es Job. James se acercó a mi asiento y se sentó a mi lado, puso una de sus manos en mi espalda y daba leves caricias para consolarme.

—Debes ser fuerte, todos debemos de serlo.— me decía James mientras echaba mi pelo detrás de mi oreja.

—Quiero serlo, por mi culpa él está debatiendo entre la vida y la muerte y no es justo.

—No es tu culpa no vuelvas a decir eso.

— Entonces. ¿De quién es?— sequé mis lágrimas.

—De nadie amor, la culpa es de ese hijo de puta de que le disparó.

— Fue por Job intentar defenderme.

—Cualquiera de nosotros lo hubiera hecho por salvar tu vida.

—Me siento mal por él y su pequeña.

—Tranquila yo tengo fe de que él se va a salvar.— me dio un abrazo.

—No quiero que se muera, no soportaría otra pérdida más.— mis llantos se escuchaban por toda el área.

Me separé de James y observé a todos, ellos estaban llorando y abrazados unos con otros, April estaba con Chris abrazada de él llorando, me levanté de mi asiento y fui hasta donde ellos. Ella se separó de Chris para mirarme, yo solo no podía decir una sola palabra, me acerqué a ella y la abracé mientras las lágrimas caían por mi rostro.

—Lo siento estaba en shock, no sabía que hacer, todo había pasado muy rápido y no debí decirte todas esas cosas, tú no tienes la culpa de nada— dije mirándola.

—No hay nada que perdonar, todos estábamos asombrados por lo que había pasado, la reacción que tomaste es normal.

Nos separamos del abrazo y secamos nuestras lágrimas, al poco tiempo vino una enfermera a decirme que ya podía pasar a ver a Job.Dejé a los chicos en la sala de espera y seguí los pasos de la enfermera, nos paramos en una puerta al lado de esta había una bata azul, con su gorro, cubrebocas y guantes desechables.

Me explico que era parte del protocolo, entendí perfectamente a lo que se refería, luego de desinfectar mis manos y colocarme todo ella me dejó pasar. Al entrar vi todo el lugar era una habitación se puede decir acogedora, frente a la puerta estaba Job acostado en una cama enorme, él estaba entubado con el torso desnudo, tenía vendas en la herida.

La enfermera me dijo que solo tenía 5 minutos para estar con él que cuando los minutos se acabaran ella pasaría a buscarme, hice un movimiento con la cabeza diciéndole que estaba bien. Una vez que ella se fue yo me acerqué a la camilla donde estaba Job, con lágrimas en los ojos y una sonrisa de tristeza comencé a hablar.

—Te ves muy guapo vestido de enfermo.— desde lo más profundo de mi corazón esperaba una de sus sonrisas pícaras que siempre me daba.

Pero mi espera fue en vano porque esa sonrisa no quería llegar, me acerqué a él y puse una de mis manos sobre las suyas, sus manos estaban frías, su piel se veía pálida, sus labios secos.

— Job debes hacer un intento en abrir los ojos, lucha por tu vida, por tu hija, por mí, por todas las personas que te queremos.

Dejé caer mi cabeza en su pecho y con la otra mano que tenía libre daba leves caricias a su torso, las lágrimas no cesaban, desde lo más profundo de mi ser deseaba que Job me dijera algo, que se quejara lo que sea, pero sentir que está vivo que está aquí con nosotros.Duré un buen rato pegada a él hasta que la enfermera entró y me dijo que ya debía salir, me despedí de él y me dirigí hacia la puerta.

Me quité todas las cosas que tenía puesta y las eché al bote de basura, me lavé las manos y fui otra vez donde los chicos.Al llegar el doctor estaba hablando con James y los demás solo escuchaban, al doctor verme posó toda su atención en mí para luego comenzar a hablar.

—Debo decirle señorita Smith que el señor Job solo estará entubado y con la máquina solo si ustedes así lo desean.— dijo mientras veía a todos mis compañeros.

— Pues al señor Job no se le quitará la máquina, yo pienso firmar para que él siga yo tengo fe de que él se salvará.

— Buscaré los papeles que debe firmar para hacerse responsable de lo que le pase al señor.— lo miré y asentí con la cabeza.

El doctor se fue en busca de los papeles y yo me dejé caer de espalda a la pared mientras pensaba en toda la mierda que había pasado en tan solo horas.

La voz de Chris me sacó de mis pensamientos.

—Yo pienso que deberíamos desconectarlo.—dijo de manera seca.

— ¡Perdón!— alcé la voz llamando la atención de todos.

— Claro Ava es mucho dinero mantenerlo pegado a esa máquina sin tener la certeza de que él despertará.

— El puto dinero no importa lo que importa es que él se recupere, a mí no me importa si tú o el doctor piensan que no hay esperanza o posibilidad de que él resista, pero te diré algo no pienso quitarle la oportunidad a Job de ver a su hija crecer ni mucho menos la oportunidad de vivir.

— Pues asume tú todo lo que halla que pagar.

—Créeme que lo haré, no necesito la ayuda monetaria de nadie, si tengo que robar o hacer lo que sea para mantener a Job con vida lo haré, tú no te preocupes por el miserable dinero.

— De verdad insisto en que lo desconectemos.

— Sabes algo Chris si fueras tú o cualquiera de ustedes que estuviera en el lugar de Job sin pensarlo actuaría de la misma forma, y sé que Job también lo haría, realmente no sé quién eres, pero tu actitud deja mucho que decir de ti.

Me alejé de él y me senté en uno los bancos a esperar al doctor para firmar los papeles y hacer todo el procedimiento.

Incontrolable deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora