1.NEW YORK

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-Ehh..fiera que te lo cargas!- Dijo tocando con delicadeza mi portátil como si se le fuese la vida en ello.

Helena, hazme caso lo que menos querría hacer es cargármelo querida.

-¿Que? Si,no,eh...drogas-Dije de un sobresalto temiendo que lo hubiese visto.

-Tu estas muy mal tía- Dijo riéndose- Bueno a lo que iba que mañana te llevo a un concierto de una amiga mía te va a caer genial.

-¿Que? No no de eso ni hablar que vergüenza Helena- Dije seria.

-Que exagerada eres, aparte ya tengo las entradas que por cierto se viene un compañero mío que también quería verla, eso si no esperes mucho de ese es muy egocéntrico- Me dijo dándome con regodeo un golpecito en el hombro mientras absorbía con energía su batido de Caramel machiatto que por cierto desde que llevaba una semana con ella parecia que solo se alimentaba de eso.

-Yo no me preocuparia por mi, tengo experiencia a lidiar con gilipollas egocéntricos- Dije entornando los ojos.

Por cierto, Helena y yo en la universidad teniamos una broma donde ella siempre decia que su primo era guapisimo, de echo hace media hora me entere de que ese primo era Joseph.

Y a pesar de que estuvieramos el y yo emparentados aunque fuese por familia muy lejana, me resultó un poco asqueroso y a la vez peligroso si algun familiar se enteraba en donde andabamos metidos.

Bueno al menos pude afirmar que el ojazos azules de mierda, psicopata y ahora asesino era su estupido primo, pero bueno como dicen nueva cuidad nueva vida, pero

¡Virgen de los abdominales!

No eran cercanos, si no uno de esos primos que muchas veces ni te acuerdas de que lo tienes.

Casi ni compartían familia, Joseph era el hijo de su tío segundo y una mujer que se tiraba a veces.

El ni siquiera hablaba con su padre.

Como estaba el primo.

Bueno, me centro.

-Superalo hace apenas unos días que estamos juntas y no paras de hablar de el, y mira que me da exactamente igual pero ya se me hace muy pesado guapa-Dijo recogiendo sus cosas de la silla que ninguna ocupaba para irnos.

-Pero te juro que intento no hacerlo pero mira que fue capullo, ni un mensaje, anda y que se lo haya comido la medusa griega esa-Dije con un puchero mientras me reía.

Podría haber muerto en realidad, me abandono como si de basura me tratara.

En cuanto vio que el problema le llegaba al cuello me dejo.

-Medusa convierte a la gente en piedra, no se come a la gente- Dijo ella pasándome un brazo por el hombro.

Siempre había sido muy listilla.

-Lo que sea-Dije apoyando mi cabeza contra la suya mientras cruzábamos la puerta de salida- A todo esto, descríbeme a ese tal compañero tuyo.

-Se llama Ian, familia de Irlandeses o algo asi escuche- Me explico ella poniéndose un dedo al lado de la boca como si así fuese a recordarlo.

-Helena, lo importante, se que es un egocentrico segun tu, y si viene de ti llamarle asi tiene que ser el mismísimo demonio.¿Esta bueno?- Pregunte directa sin darle mas rodeos al asunto mirándola con picardía.

Se que el chico seria demasiado creido viniendo de Helena, ya que recuerdo que en la universidad estubo con un chico llamado Mario...creo, a no, Oscar.

Eran hermanos siempre me confundia y ese si que era un verdadero gilipollas, menos mal que Helena se acabo dando cuenta, tarde, pero se dio.

-Pues a ver es alto, moreno, con ojos azu-Dijo ella callandose de repente ya que la interumpi.

-Vale, ya esta no quiero saber, sera mi marido y tendremos tres hijos-Dije sobresaltando con mirada soñadora y dramática mientras decia con ironia.

-¿No querias saber si estaba bueno señora Moore?-Me dijo riendose de mi.

-Ais...Moore, suena tambien-Dije aun vacilandola.

-No, no esta bueno, esta buenisimo y eso que ni es mi prototipo- Dijo ella arqueandome las cejas un par de veces.

-Bueno, el caso es que este tal Ian será un gilipollas y no creo que haga buenas migas con el.

Vaya, una nueva cagada de Aura se aproxima.

-Hey, hola Ian. ¿Que haces aqui?- Dijo Helena de repente sobresaltandome a mi también.

Lo primero que pense al levantar la mirada del suelo fue que, joder, eso no era estar buenisimo, parecia el mismisimo rey del infierno, iba con traje, me sacaba por lo menos una cabeza y media lo siguiente en lo que me fije fueron en sus brazos y las manos, se le veia fuerte, no en excesivo pero si lo suficiente para que encajasen perfectamente en mi cuello.

Aura céntrate por favor, enseguida tras haber inspeccionado los brazos fui directa a su cara, estaba perfectamente simétrica, tenía la mandíbula bien marcada y en cuello se le podían ver algunas venas perfectamente como si estuviera tenso, su pelo era color cafe y por ultimo y mas importantes unos ojos azules como el mar, pero no era de esas miradas con las que sabías perfectamente cómo era esa persona, era fría pero no por eso menos bonita.

-¿Con que soy un gilipollas? Helena que le has dicho ya de mi- Me dijo mirándome con una mirada fría pero con intriga, como si quisiese saber hasta mi tipo de sangre.

Mierda, me escucho.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora