- Izan , encantado- Contestó el chico entrando en mi casa sin siquiera preguntar y cerrando la puerta tras él con prisa.
¿¡Pero y este tío que demonios hace!?
-¿Se puede saber que demonios estas haciendo?- Grité mientras con una mano me seguía agarrando la toalla al cuerpo y con la otra gesticulaba.
Vi que el chico se asomaba por la mirilla y su nerviosismo no había parado.
Sin siquiera darme cuenta, le tenía a menos de un centímetro de mi.
Se había girado drásticamente hacia mi y de una zancada llegó hasta donde estaba yo, me puso una mano fuerte en el pecho y me puso apoyando con fuerza mi espalda contra la pared que tenía tras de mi.
Con la otra mano me tapó la boca y en un tono serio, asustado e incluso diría psicótico me dijo bien claro- Cállate- Y se puso delante de mí.
No puedo tener ni una noche tranquila, pensé.
Todos los locos vienen a mi.
Que habré hecho yo para merecerme esto, pensé de nuevo.
-¡Te quieres callar!- Me volvió a ordenar, aunque esta vez ni se giró a verme.
Mierda otra vez con lo de hablar en alto.
¿Y este quien se cree?
-No, no quiero- Le contesté saliendo de detrás de él sin entender nada.
Un golpe en la puerta sonó.
Fuerte muy fuerte.
Mi grito retumbó por todo el edificio.
Izan y yo nos miramos pasmados, los ojos posiblemente se nos salieron de las órbitas.
-Abran la puerta- Ordenó una voz firme de hombre.
-No si ya te digo yo que un dia de estos me encuentran tirada en una cuneta, estas cosas solo me pasan a mi, joder- Dije farfulleando mientras tiraba del brazo al tal Izan rapido metiendole en el cuarto de baño.- Tú, sea quien seas no te muevas de aquí.
Me acerqué corriendo a la puerta y miré por la mirilla para saber a qué narices me enfrentaba.
¡Oh dios mío!
Dos hombres ,no, dos torres, que podrían ser perfectamente dobles de Dwayne Johnson, iban de negro y con no mucha pinta de amigables, llevaban uniforme de policia, al menos no eran mas mafiosos, y me alegraba de eso, por fin parecia ser todo más normal despues de estos ultimos dias.
Me arme de valor y abrí la puerta.
Ainara, es hora de actuar- Me convencia a mi misma mentalmente.
-Muy buenas noches agentes- Les dije con una amplia sonrisa- Perdón por mis pintas estaba duchándome.- Recalqué para que no sospecharan.
-Lo sentimos señorita, nos hemos confundido de apartamento- Me dijo uno de ellos observando mis pintas y mirando tras de mi lo poco que se podía ver de la casa de Helena.
-No se preocupen, ¿Necesitan o ha pasado algo?- Pregunte haciéndome la tonta.
-¿Has visto algún chico por aquí rubio y alto por el edificio?- Me preguntó el otro hombre.
Si, creo que sí, ¿Es un prepotente, borde y se cree que es el rey del mundo?
Me suena.
-No lo siento ¿Qué ha pasado? ¿Es peligroso?- Volví a preguntar fingiendo miedo.
-Verá señorita, andan por la zona una nueva familia que hace unas horas han intentado atracar un banco y pensamos que se había metido en este edificio, sentimos mucho las molestias- Me contestó de nuevo el otro policía con prisas.
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MIRADAS QUE MATARÁN
RomanceHuir de Canadá para irse a Nueva York con una vieja amiga de la universidad y tener una nueva vida lucía muy bien, ¿Verdad? , lo que nadie sabe es el motivo por el que huir no fue nunca una opción para Aura, una chica la cual la vida no le había pue...